Ahora sí. Ya me puedo considerar uno más de Filmaffinity. Al fin, me he estrenado con el gran Uwe Boll. Y oye, he quedado encantado pues pocas veces había visto tal cantidad de despropósitos como en esta película. Es más, no estoy de acuerdo en que sea la peor película que se haya hecho nunca ya que otras me parecen más execrables, por ser mucho más dañinas, como por ejemplo toda esta basura de vampiros para adolescentes con las que nos bombardean actualmente, o Bambi, por nombrar algunas.

House of the Dead, cochambrosa obra que destila caspa por todos lados, es al menos un esperpento honesto que resulta totalmente inofensivo y hasta gracioso si tienes un poco de sentido del humor, que manifiesta la incapacidad de su “director” para hacer cine aunque asombrosamente éste siga rodando películas.

Y sí, es una basura, pero para el recuerdo quedará esa horrible música techno, que no pega ni cola.
O esa sobresaturación de zombies, rápidos o lentos, según convenga.
O esa conversión de los protagonistas en ninjas que disparan como el mejor de los francotiradores.
O ese cura español de la edad media ciclado a lo Vin Diesel.
O esas hachas de plástico.
Y muchas más que ahora no recuerdo.