El cine en general, ha tenido siempre una inspiración clara en los altos vuelos, como ocurre en este caso. Aunque Plan de vuelo no este concebida como una simple película apoyada en el pilar básico del avión, como único elemento a tener en cuenta a la hora de narrar la historia, si es verdad que gran parte de su peso reside en los 12.000 metros de altura, a los que transcurre la trama. Por lo demás el resto del interés de la cinta, básicamente, resulta ser un combinado de tópicos elementos del género. Las influencias de películas como Alarma en el expreso o Nightmare at 20,000 Feet son más que evidentes para cualquier espectador con alguna pequeña noción del mundillo fílmico. Analizando el producto en su totalidad y a pesar de lo ya nombrado los espectadores nos vamos a situar ante un acertado cóctel, bien agitado por Robert Schwentke.

Plan de vuelo, como su nombre indica, embarca al espectador en un vuelo transoceánico, en el que viaja Kyle Pratt junto a su hija Julia, ambas dirigidas hacia América tras la triste perdida de su marido y padre, respectivamente. Pronto Kyle se verá envuelta en la peor situación posible para una madre, la desaparición de su hija sin dejar el más mínimo rastro. Como es de suponer la incrédula madre comenzará una desesperada búsqueda a bordo del avión contando con la ventaja de conocer gran parte de los planos del mismo, por ser la diseñadora de uno de sus motores… Esta historia, si bien como decíamos antes tomaba evidentes detalles de otras producciones, alcanza, eso si, un alto nivel de tensión entre el público, contando a su favor con el inquietante factor de que la historia transcurra en un tenebroso E-474. Esta tensión creciente hasta más de los tres cuartos del desarrollo de la historia, decae en los últimos quince o veinte minutos de proyección, a sabiendas, de que el resultado del conflicto se avecina tópico y falto de cualquier originalidad.

Estéticamente hablando, la obra cuenta con un gran poderío visual. El alemán Robert Schwentke, demuestra habilidad a la hora de dirigir, logrando travellings de cierta calidad en el interior del avión y ejerciendo un conseguido movimiento de cámara en general. Quizás, lo que más llama la atención, sean los pésimos efectos digitales, recordando a pobres telefilmes de segunda. La actuación de Jodie Foster, tinta de un ligero componente dramático al film, interpretando con gran pericia, la situación que vive la madre al no saber si realmente todavía conserva la cordura. El resto del reparto denota una cierta irregularidad, manchando este más que aceptable apartado. En cuanto a lo sonoro, nada que despreciar: la banda sonora correcta con buenos matices orquestales en ciertos momentos y el sonido digital, ensordecedor, siguiendo la estela de lo que hollywood nos tiene acostumbrados.

En pocas palabras, altos presupuestos, con rasantes resultados finales.