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Críticas de Demetrio Rudin
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Críticas 100
Críticas ordenadas por utilidad
7
6 de junio de 2006
81 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un vividor coincide en el tren con una joven ingenua, él pretende que ella le pague el billete, es un tramposo atractivo a los ojos de ella. Más adelante, vuelven a encontrarse en una fiesta y tras un breve romance ella decide casarse con él, a pesar de la oposición de su padre. Siempre se le atribuyó la condición de solterona y quiere demostrar a todos que alguien la puede amar.

Sospecha es quizás uno de los thriller menos afortunados del gran genio Alfred Hitchcock; la película sin ser un fracaso estrepitoso no cumple en cierto modo con la habitual calidad ofrecida por los títulos hitchcockianos. El argumento resulta interesante en cuanto nos propone un drama de tintes psicológicos, característico dentro de la extensa filmografía del director. En este aspecto, la historia lleva a cabo un notable tratamiento de personajes que permite desarrollar un peculiar análisis de su protagonista, Johnnie, un hombre atractivo de éxito entre el público femenino, pero tremendamente vago a la hora de buscar un trabajo para poder mantener la lujosa vida ofrecida a su esposa Lina: será la propia Lina al descubrir progresivamente las triquiñuelas y los vicios de su marido, la que explote el papel de victima. Sin lugar a dudas es en esta escrupulosa búsqueda de la verdadera personalidad del personaje masculino donde reside el mayor acierto del film; se dejan de esta manera, momentos de gran suspense, como en los minutos finales, y tramos más distendidos y alegres, a raíz de la presencia del amigo de Johnnie. El desenlace se muestra, eso si, algo flojo y forzado, como consecuencia de la imposición sobre el director británico de dar un final feliz al relato.

Técnicamente, la cinta no resulta brillante; el estupendo uso de elementos espaciales como las escaleras y la maravillosa utilización de la iluminación como recurso atmosférico se diluyen a causa de secuencias demasiado cortas intercaladas incluso con fundidos en negro poco habituales para el maestro del suspense. El reparto está muy bien compensado, la excelente interpretación de Cary Grant unida a la efectiva caracterización de Joan Fontaine logra aportar realismo a la narración. La banda sonora de Franz Waxman refuerza a la perfección el clima de tensión e inseguridad combinando partituras orquestales con abundancia de viento-metal.

En resumen, viendo esta obra no nos vamos a encontrar con uno de los largometrajes más trabajados de Hitchcock, nos vamos a encontrar frente a una interesante cinta de influencia negra (iluminación escasa, sombras, dualidad en los personajes…) recomendable para todo aquel/la que guste del cine sobrio con buenos actores.
Demetrio Rudin
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10
19 de abril de 2006
65 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Christopher Cross, un cajero infelizmente casado, es un gran pintor de talento. Cross tiene una aventura con Kitty, una hermosa mujer, y por ella comete un desfalco en su empresa, para que siga creyendo que es un hombre rico. Pero Johnny, el malvado amante de Kitty, aprovecha los cuadros de Cross para venderlos como si fuesen obras de ella.

Perversidad es una de las películas más pesimistas y desgarradoras del cine negro americano. La historia basada en la novela “La chienne”, esta construida a partir de sus tres protagonistas principales; Christopher, un hombre casado, honrado y cumplidor que ha llevado una vida tranquila sin mayores sobresaltos, que cae perdidamente enamorado de Kitty, una bella joven que se halla completamente dominada por su novio Johnny, un ser agresivo, cruel que usa el éxito que tiene con las mujeres con el único fin de buscar el máximo provecho para si mismo. De estos tres personajes, Christopher se alza como un ejemplo de humildad y buena fe hasta que conoce a Kitty, que tampoco resulta ser una típica mujer fatal, propia del cine negro, si no más bien una victima del obsesivo amor que siente por Johny, el verdadero causante del desastre que esperará tanto a Christopher como a Kitty, e incluso al propio Johny. Desde el comienzo se nos advierte de la fatalidad con la que se resolverá el relato, pues la relación entre Kitty y Christopher está basada únicamente en el engaño y la mentira, llegando a situaciones limite que no acarrearan más que un trágico final. En este aspecto la cinta aborda a la perfección el hundimiento de Chris, fruto del penoso trato que recibe por parte de las dos únicas mujeres del film, por un lado su esposa y por el otro Kitty. Sorprende la digresión entre los dos personajes masculinos, mientras que Chris se somete fácilmente al poder femenino, Johny ejerce una completa dictadura sobre su novia, llegando incluso al maltrato físico y psicológico.

Estéticamente la película se muestra notable. Lang trabaja esta vez con poca fluidez de planos medios, orientando más su dirección al empleo de amplios movimientos de cámara que logran sumergir al espectador de lleno en la historia. La fotografía también consigue crear un ambiente de sordidez y desamparo mediante el uso de sabias combinaciones de luz, buena muestra de ello es la secuencia rodada en el hotel, que supone el inicio de la tortura de Chris. El reparto esta muy bien equilibrado destacando sobre todo un maravilloso Edward G.Robinson. La banda sonora aporta a través del sonido del gramófono en el piso de la pareja de novios excelentes temas musicales que a medida que la trama avanza se tornan en partituras estrambóticas que persiguen una sensación de angustia referida a la locura de Chris.

En resumen, nos encontramos ante un maravilloso film negro, que recordará a otras producciones caso de la mujer del cuadro, con la que comparte reparto, temática y dirección.
Demetrio Rudin
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7
8 de febrero de 2006
64 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo lo que Veda desea, su madre se lo da. Incluso si debe poner fin a su matrimonio de clase media, e intentar ascender en un mundo empresarial dominado por los hombres, casándose con un hombre rico a quien no ama.

Alma en suplicio es un característico film norteamericano de mediados de los cuarenta, en cuanto asienta sus bases sobre una sobria historia melodramática con una cierta influencia negra. La trama narrada a modo de un largo flashback nos introduce en la vida de Mieldred, una mujer capaz de cualquier cosa con tal de satisfacer los caprichos de su hija Veda, una joven malcriada, extremadamente caprichosa que engloba en cierto modo el papel de mujer fatal. En este sentido, la película acopia la mayoría de los rasgos propios del cine negro: ambiente denso, dualidad, personajes conducidos hacia un final trágico, retrato de una sociedad corrupta y afectada por la todavía reciente guerra mundial… Como apunte cabe decir que la historia crítica el esteriotipo de vida que siguen los jóvenes de las clases altas y deja a los personajes masculinos no muy bien parados por lo general.

La estética ofrecida por Alma en suplicio en las secuencias iniciales y finales obedece a los cánones del cine negro más clásico, con fuerte contraste de luces y sombras en la fotografía (Ernest Haller), y espacios nocturnos que crean la atmósfera acertada. Por el contrario durante el resto de la historia hay un tratamiento mucho más realista, adecuado para el tono semidocumental de la biografía de Mildred Pierce. El reparto encabezado por la mítica Joan Crawford, lleva a cabo un excelente trabajo, en especial Ann Blyth que se mete de lleno en su papel de joven caprichosa y malcriada. La banda sonora de MaxSteiner suena con fuerza, incrementado a las mil maravillas el carácter dramático del argumento.

Interesante largometraje negro; con una profunda reflexión de cómo la mala educación familiar puede afectar verdaderamente a la formación de una persona, en este caso una mujer.
Demetrio Rudin
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8
10 de abril de 2006
58 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un veterano periodista deportivo llamado Eddie Willis, eventualmente sin empleo, acepta una propuesta de un amigo suyo, Nick Benko, que domina un grupo de promotores de boxeo, para que actúe como agente de prensa de la operación que piensa montar con un gigante argentino que ha encontrado, llamado Toro Moreno, al que pretende hacer boxear para enriquecerse a su costa.

Película perteneciente al cine negro de finales de los años cincuenta. El argumento de Más dura será la caída aborda un tema poco tratado en el celuloide de aquellos tiempos; el boxeo, un deporte duro y poco gratificante en beneficios y en salud, no tanto para el que lo dirige, como para el que lo practica, o al menos así lo plantea la cinta. Siguiendo la tónica del boxeo, este título no tratara de sumergirse en el deporte en sí, si no más bien en lo que se cuece detrás de él, un negocio muy productivo para los managers que mueven la batuta en este mundo de corrupción y amaños. La estructura narrativa gira entorno al personaje de Bogart, un hombre aparentemente falto de sentimientos, pero que no soportara el trato dado a Toro Moreno, un falso gigante del ring que vera en apenas un combate como su sueño de conseguir el título de los pesos pesados se hace añicos. En este aspecto me gustaría recalcar el espíritu moralizante que desprende la obra, con un final abierto que apela a la justicia en un universo movido únicamente por el dinero.

En lo visual el largometraje resulta bastante convincente. Mark robson se desenvuelve con aparente facilidad tanto en los interiores, con unos planos largos combinados con unos encuadres dirigidos al diálogo en mayor medida, como en los exteriores con unas magníficas vistas urbanas. La fotografía y el montaje, también deben ser resaltados, Burnett Guffey y Jerome Thorns realizan un brillante trabajo; el primero ante la imposibilidad de contraponer el espacio campo ciudad, emplea sabiamente la combinación de interiores y exteriores para lograr el mismo resultado, mientras que el segundo lleva a cabo una fantástica recreación de los combates de boxeo. Esta película supone la última aparición de Humphrey Bogart en el cine, lo que tiñe al film de un aliciente muy importante. A pesar de que no sea su mejor interpretación Boggie capta a la perfección la difícil situación de Wilis. Entre el resto del reparto destaca Mike Lane, quién da vida a Toro Moreno, con una personalidad ingenua y tanto infantil. Las melodías de Hugo Friedhofer, tocadas por instrumentos tanto de viento como de cuerda, acopian un carácter rápido que combina de forma excelente con el tono de la obra.

Obra negra, que guarda su mayor interés en suponer el último trabajo de Humphrey Bogart, acompañado esta vez de una entretenida trama y de una sólida puesta en escena.
Demetrio Rudin
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8
17 de marzo de 2006
50 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sam un padre soltero, luchador, deteriorado mentalmente es un papá modelo. Con la ayuda de cuatro desafiantes camaradas y su vecina Annie han criado a su hija Lucy. La vida de Sam cambia cuando la Agencia de Servicios de Niños desea dar a Lucy en adopción y él determina pelear contra el sistema legal y buscar la ayuda de un abogado.

Conmovedora y carnal historia para una exquisita película de Jessie Nelson (coguionista y director de la misma). La trama de “Yo soy Sam” nos introduce en la vida de Sam, un deficiente mental que se enfrenta a un juicio por la custodia de su hija, ya que según las autoridades escolares Sam constituye un obstáculo para la educación de la niña. Será en este poco común enfrentamiento jurídico cuando intervenga Rita Harrison, una abogada muy ocupada sin tiempo para su familia que descubrirá en Sam a un hombre inocente y lleno de amor. Así las cosas, el film con una duración cercana a las dos horas y cuarto, presenta un ritmo endiablado acompañado tanto de momentos de humor como de otros tan tiernos que serán capaces de sonsacar una lágrima al espectador. En este sentido me gustaría apuntillar la excelente labor de la pareja de guionistas, que logran llevar a cabo, un maravilloso final de la trama, muy emotivo pero sin caer en sensiblerías.

Estéticamente el film resulta deslumbrante. La facilidad en el manejo de la cámara unida a la fantástica fotografía de Elliot Davis, llena de luminosidad, esbozada en una gama de colores muy viva y natural, consigue crear un ambiente cálido, afable, que contrasta con el ajetreo matinal de la ciudad de los Ángeles. Como detalla cabe destacar la fantástica secuencia en la que Sam va a comprar los zapatos de Lucy acompañado de sus cuatro amigos discapacitados. El reparto de la película es otro gran acierto. Sean Penn cuaja una de sus mejores interpretaciones, bordando el papel de retrasado mental. La jovencísima Dakota Famming aporta a la obra un tono de ternura, muy acorde con el carácter de la historia. Y la conocida Michelle Pfeiffer logra un certero papel como Rita, una abogada separada que se llegará a enamorar de Sam. La banda sonora de este título es una de la mejores que he podido escuchar en el amplio mundo del celuloide. La adaptación de ocho temas de los Beatles a manos de artistas de la talla de Rufus Wainwright, Sheryl Crow, Sara McLachlan, Eddie Vedder nos regala un apartado sonoro muy emotivo, con alguna que otra referencia visual al grupo británico; por ejemplo la secuencia al cruzar por un paso de peatones en el centro de los Ángeles, homenaje a Paul, John, Ringo y George en el barrio londinense de Abbey Road para la portada de uno de sus álbumes

Yo soy Sam es un gran drama gracias a un emotivo argumento, una buenísima dirección, un gran reparto y una magistral banda sonora. Recomendable para disfrutar de un rato entretenido.
Demetrio Rudin
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