Si Están vivos desparrama jocosidad y humor cutre a la par que critica la sociedad desde una postura izquierdista...pues todo tiene su razón de ser. Resulta que la idea es, pongámosle dado que tampoco transpira genialidad, interesante; pero si la idea puede ser definida como tal la forma de plasmarla, el tono, el espíritu que abarca a la peli jamás se condice con su supuesto carácter comprometido. Se puede hacer una lista muyyyyyy extensa de pelis de corte netamente fantástico que se dedicaron a exponer verdades sociales sin un ápice de humor o aroma a estupidez, pero sí con una ironía rayana en el sarcasmo, o directamente en la brutalidad ideológica absoluta.

Están vivos pretende sacar a la luz un sistema caduco, perfecto hasta ahí. Pero si luego todo se lleva a los extremos de la comedia gruesa al grado de no poder tomarte nada en serio...pues la cosa no funcionó, no funciona ni va a funcionar. Por decirlo de una forma sintética: Están vivos se contradice. No podés criticar algo estableciendo fundamentos para luego reirte de tu propia postura, terminás anulando tu obra y, por ende, anulándote.

Me resulta sospechoso el nombre de Carpenter detrás de todo ésto. Tiene sus, muchas, grandes obras y sus, muchas, pelis irregulares. Pero jamás pecó de incoherencia. Acá hay otras manos; otras que patinaron con la pluma hasta volcar el tintero.