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Voto de AlbertoVP:
10
6,3
29.467
Thriller. Drama. Terror
A una mujer (Jennifer Lawrence) le pilla por sorpresa que su marido (Javier Bardem), un escritor en pleno bloqueo creativo, deje entrar en casa a unas personas a las que no había invitado. Poco a poco el comportamiento de su marido va siendo más extraño, y ella empieza a estresarse y a intentar echar a todo el mundo.
27 de septiembre de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
mother! es una película atravesada por una dualidad extrema. Por un maridaje que es un engaño conformado por la bondad y un mal que ha desequilibrado la balanza a su favor en los últimos tiempos. Jennifer Lawrence y Javier Bardem vendrían a representar, respectivamente, el humanismo y su corrupción, la caridad y el ego infinito, el amor ilimitado, incluso más allá del dolor, y el egoísmo total. Todo en una tensa relación que oculta sus miserias bajo una carcasa feliz.
Así las cosas, difícil se antoja no ligar este ambicioso trabajo con El Árbol de la Vida, de Terrence Malick. Por ejemplo, los personajes comparten claras similitudes (la Gracia de la mujer Vs. la estulticia masculina) y la cinta busca bascular entre lo íntimo y lo general hasta el punto de que los marujas ya hablan de viaje expiatorio, de ecos de la relación entre el director norteamericano y Rachel Weisz. La distancia, sin embargo, entre una producción y otra es sideral en términos de elocuencia y ambigüedad. Donde había luz, complejidad y transparencia en El Árbol de la Vida, quedan buenas ideas cuya brillantez inicial es finalmente sepultada bajo el magma de la grandilocuencia y la mirada unidireccional en mother!.
Así las cosas, difícil se antoja no ligar este ambicioso trabajo con El Árbol de la Vida, de Terrence Malick. Por ejemplo, los personajes comparten claras similitudes (la Gracia de la mujer Vs. la estulticia masculina) y la cinta busca bascular entre lo íntimo y lo general hasta el punto de que los marujas ya hablan de viaje expiatorio, de ecos de la relación entre el director norteamericano y Rachel Weisz. La distancia, sin embargo, entre una producción y otra es sideral en términos de elocuencia y ambigüedad. Donde había luz, complejidad y transparencia en El Árbol de la Vida, quedan buenas ideas cuya brillantez inicial es finalmente sepultada bajo el magma de la grandilocuencia y la mirada unidireccional en mother!.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El problema en este sentido reside, si duda, en ese supuesto perfil tan personal de la realización. Es difícil saber si Darren Aronofsky está en verdad hablando de su vida o de la del vecino de enfrente. Una expiación exige desnudar el alma. Aquí queda apuntado el gesto, sí, pero no desarrollado, y a ese mero apunte se le empezarán a adobar reflexiones que van a provocar más confusión que otra cosa. De modo que el viaje expiatorio al final no es más que una idea superficial acerca del ego del autor. Un ego que no es convertido jamás en una cuestión global (sólo es cosa del creador), lo que imposibilita el acceso a la universalidad pretendida. Un creador que es poeta, aunque se comporta como una estrella de pop (¿quiere decir que todo, incluso la poesía, ya es pop?). La estrella de pop recibe visitas de fans lo suficientemente fanáticos como para desplazar la pieza al territorio de La semilla del diablo en un movimiento histriónico y desmesurado que no acaba de convencer. Y en ésas aparece Kristen Wiig y le espeta a una embarazadísima Jennifer Lawrence algo así como ‘You are about to pop!’, lo que le deja a uno aún más con la duda de si lo que está viendo es o no una crítica a la citada cultura.
En ese instante, el que esto escribe no pudo por menos que volver a pensar en Terrence Malick, pero esta vez en su sublime Knight of Cups. En aquella escena dentro de un museo protagonizada por Natalie Portman y Christian Bale en la que, en menos de un minuto, quedaba muy clara una idea poderosa que irritará a mucho bobo dispuesto a tildarla de reaccionaria: perdimos la perspectiva el día en que glorificamos lo material.
¿Busca igualmente referirse a esto Aronofsky? Difícil de decir, porque toda esa vertiente negativa del mundo que representa Javier Bardem nace sobre un supuesto gesto íntimo que, al final, no es tal. Mucho más brillante se antoja la otra cara, la de una Jennifer Lawrence mostrada en un casi permanente primer plano dentro de un film que se mueve con una elegancia increíble por los espacios de una casa que en realidad no es.
Sigue leyendo en: https://hombreblandengue.wordpress.com/2017/09/24/madre-o-la-expiacion-del-autor/
En ese instante, el que esto escribe no pudo por menos que volver a pensar en Terrence Malick, pero esta vez en su sublime Knight of Cups. En aquella escena dentro de un museo protagonizada por Natalie Portman y Christian Bale en la que, en menos de un minuto, quedaba muy clara una idea poderosa que irritará a mucho bobo dispuesto a tildarla de reaccionaria: perdimos la perspectiva el día en que glorificamos lo material.
¿Busca igualmente referirse a esto Aronofsky? Difícil de decir, porque toda esa vertiente negativa del mundo que representa Javier Bardem nace sobre un supuesto gesto íntimo que, al final, no es tal. Mucho más brillante se antoja la otra cara, la de una Jennifer Lawrence mostrada en un casi permanente primer plano dentro de un film que se mueve con una elegancia increíble por los espacios de una casa que en realidad no es.
Sigue leyendo en: https://hombreblandengue.wordpress.com/2017/09/24/madre-o-la-expiacion-del-autor/