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Voto de Juan Ignacio :
6
Drama "No codiciarás los bienes ajenos": Un hombre muere dejando una colección de sellos de gran valor. Sus dos hijos, Jerzy y Artur, que son los herederos, advierten que falta un sello para completar una valiosa serie. Décimo (y último) de los diez mediometrajes que constituyen el llamado "Decálogo" y que se inspiran en los Diez Mandamientos. (FILMAFFINITY)
8 de enero de 2020
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Jerzy y Artur, hermanos que desde hace dos años no se ven, coinciden en el entierro de su padre, con quien ninguno de los dos mantenía contacto últimamente. Al entrar juntos en casa de este se encuentran con un apartamento casi blindado, lleno de una importante y valiosa colección de sellos postales. Tanto Jerzy como Artur no salen de su asombro al descubrir la faceta oculta de su padre, que les crio con gran sobriedad, rayana en la pobreza, cuando sacrificaba a su familia mientras, poco a poco, se iba haciendo rico gracias a su afición de coleccionista, a lo que se dedicó durante treinta años. A los dos hermanos, esa condición de nuevos ricos, gracias a un mundo que desconocen, el de la filatelia, les viene grande y pronto se verán en problemas.

Décimo y último episodio de la serie 'Decálogo' que Krzysztof Kieslowski dirigió en 1988 para la televisión pública polaca.

Si en los primeros ocho capítulos de este ciclo se puede encontrar trascendencia, y bastante ambigüedad y simbolismo, en estos mediometrajes televisivos; y en el noveno todo un melodrama matrimonial; en este décimo, Piesiewicz (nunca se puede olvidar este nombre a la hora de analizar, aunque sea someramente, el trabajo del gran director polaco) y Kieslowski, como guionistas, y el último como director, abordan una auténtica comedia negra trufada con cierta intriga (ingrediente que no falta en toda la serie), y esto es lo que considero más representativo de esta última entrega televisiva.

No cabe duda de que además de su maestría como director, Kieslowski nos mostró a lo largo de su carrera cinematográfica muchos de los rincones, desde lo más externos hasta los más profundos, de la condición humana. En 'Decálogo 10' nos presenta la codicia, hasta qué punto ese defecto puede manejar la existencia de la persona. Y lo hace utilizando unos personajes que, aunque no sean del todo creíbles al ser caricaturizados quizás en exceso en aras de dotarles comicidad, si bien terminarán dándose perfecta cuenta de donde su tremenda avaricia (de la que al comienzo del filme ni ellos mismos eran conocedores) les ha llevado, no podrán dejar de seguir los pasos de su difunto padre a quien ellos mismos, por lo mismo, en un principio denostaron.
Juan Ignacio
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