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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
1
Thriller. Drama. Terror A una mujer (Jennifer Lawrence) le pilla por sorpresa que su marido (Javier Bardem), un escritor en pleno bloqueo creativo, deje entrar en casa a unas personas a las que no había invitado. Poco a poco el comportamiento de su marido va siendo más extraño, y ella empieza a estresarse y a intentar echar a todo el mundo.
30 de septiembre de 2017
33 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que a los que gusten esta cosa llamada “Madre!” les queda mucho cine del bueno por ver, paladear y comprender, porque quizás sea una de las películas más pretenciosas y estúpidas que he visto en mucho tiempo. Su director, tras el duro traspiés que supuso “Noé”, ha decidido tirar por la vía fácil y dárselas de “autor marginal”. Pero poco queda de ese director arriesgado que filmó “Pi (fe en el caos)” o “Réquiem por un sueño” (sin duda, al menos para mí, su film más turbio y a la par más conseguido). Incluso, con todas sus trampas, también se encuentra alejado de su notable “Cisne negro”.

Aquí Aronofsky desborda el rollo críptico invertido en, por ejemplo, “La fuente de la vida”, que si en la mencionada “milagrosamente” lo compensaba y justificaba, aquí fracasa por completo al no medir sus dosis, ostentando ser un Buñuel, Von Trier, Polansky, Malick, Mankiewicz o Schlesinger en su, por muchos desconocida, “Como plaga de langosta” entre otros directores, pero sin dar en la talla en ninguna de sus imitaciones. Con “Madre!” consigue un film falsamente intelectual, aburrido, pedorro, pretencioso, como anteriormente hemos dicho, previsible, al menos para mí, de cabo a rabo, y obviamente efectista, pero sin garra, muy morcón, con la finalidad de consternar al público más impresionable y para que otro sector, el más pueril, ignorante y adocenado la considere una obra maestra. Imperdonable, en definitiva, porque Aronofsky ha demostrado una nula inspiración y que solamente promete, cuanto menos, en ser una de las que más nominaciones acumule para los próximos “Razzies”, que si la producción más mediocre no lo empeora, podrá arrasar merecidamente en muchos de sus apartados.

Ni siquiera se merece el pormenorizar todos sus despropósitos en el apartado del spoiler. Para mí, “Mother!” queda como un ejemplo de lo que es una “boutade”, un “bluff”, una pérdida de tiempo en toda regla, y lo que me indigna es que haya algún crítico “profesional” pagado, estafado o simplemente necio, que pretenda darle un mínimo de sentido o intente, como su “autor”, en vender la moto, sea por imperativo legal de su empresa o por iniciativa personal, con el fin de aparentar una profundidad intelectual inexistente. También me molesta porque muchas veces he ejercido de “abogado del diablo” y he defendido, porque me han gustado, películas que el “gran público” ha aborrecido, pero en este caso no me queda más remedio que sumarme a la quema y al repudio que le está dando "la masa", porque, hablando en plata y para resumir, es una mierda pinchada en un palo, y razones contundentes hay muchas. Este supremo pinchazo, para colmo, supondrá, desgraciadamente, que las productoras más potentes sigan invirtiendo en productos “comercialoides”, huyendo de lo que se entiende como cine para adultos o del verdadero cine de autor. Una putada para lo que supondría la progresión cinematográfica de grandes estudios, que en lo que va de siglo ha sido prácticamente inexistente.

La elección de sus actores ha sido desafortunada: el pretender extraer una catarsis de su protagonista, una de las actrices más protegidas y sobrevaloradas del momento, no ha salido bien, ya que su histerismo es postizo, no hay visceralidad y lo peor, no hay control, además su que su personaje peca de simple, un ser dependiente expuesto solo para el vapuleo al que se le somete. Peor es para su compañero. Javier Bardem, el que se ha sometido a desaparición de bolsas, ojeras características y revisión de “piños”, ha quedado aún más feo, no da el personaje, le falta ambigüedad y le sobra caritas de carnero degollado. El resto de sus actores quedan desaprovechados (¡quién lo diría!) donde Ed Harris es una sombra ramplona de otras composiciones o Michelle Pfeiffer, que por culpa de sus arreglos faciales, agrava lo que es un personaje sin peso, un mero muñeco y no es como requerían las intenciones de Aronofsky.

Técnicamente está cuidada, pero el gran fallo es tanto su dirección ambiciosa, desmedida en caprichos y exenta de rigor y por supuesto su guión, que en cualquier escuela de cine hubiera supuesto un suspenso como una catedral, donde su dramaturgia brilla por su ausencia y derivando todo lo que ha querido y más, sin reparar ni siquiera en el sentido común, lo que nos habría ahorrado de entrada metraje, así como escenas que no aportan absolutamente nada.

Y realmente poco más que decir. Simplemente podríamos seguir añadiendo directores a los que se ha pretendido copiar y aclarar que para mí esto no es un thriller psicológico con tintes filosóficos o metafísicos. Ya quisiera el gato haber lamido el plato. Por último reconocer que este film despierta la parte más soez en mí, de ahí el título de mi comentario, y me entran ganas de poner en práctica un antiguo chiste fácil y preguntarle a Aronofsky que quién es la madre del topo, para que al contestar que de quién se trata replicarle que la madre del topo es “topotamadre”. Porque esa es la sensación de impotencia que me ha dejado su timo y porque el chiste en cuestión contiene más intriga y filosofía que todo su ampuloso largometraje. Quizás para su próxima película le recorten presupuesto, y el estar ceñido a una serie de condiciones le dé la oportunidad de enmendar errores tan repulsivos con los que últimamente nos ha castigado, sin además reconocer siquiera ningún sentimiento de culpa.
Maggie Smee
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