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Voto de Iñigo Montoya:
9
Ciencia ficción. Fantástico. Acción. Terror. Comedia Un trabajador encuentra casualmente unas gafas que permiten ver a las personas tal y como son. Gracias a ellas descubrirá que importantes personajes de la vida política y social son en realidad extraterrestres. Durante su particular cruzada podrá observar cómo estos alienígenas han ido sembrando el mundo de mensajes subliminales con los que pretenden convertir a los hombres en una raza de esclavos. (FILMAFFINITY)
16 de octubre de 2010
28 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
"No sé exactamente como esta el panorama en Europa, pero aquí hemos devenido en auténticos fascistas y racistas. Algún día tendremos que asumir los errores y pagar las consecuencias de haber caído tan bajo. America esta estancada, nuestros chavales piensa que el Sol gira alrededor de la tierra y la mitad no saben ni leer. Estudian historia pero son incapaces de situar los EE.UU. en un mapa. Y no exagero, lo único que hacen es mirara la televisión. ¡Es deprimente! Mucha gente combate así su mierdosa realidad. Estar contento en los USA consiste en tener un buen coche y en ir bien maqueado, entonces todo es perfecto. La filosofía de Reagan es el capitalismo incontrolado, Reagan es una enfermedad, y los alienígenas de mi película son tan estúpidos como el. Creo que nunca me había divertido tanto como cuando en otoño del 86 empezaron a desvelarse los escándalos de su administración."

JOHN CARPENTER

Carpenter estaba cabreado. Y mucho. A diferencia de sus anteriores películas, Están vivos en un film político. Pero para que las pobres mentes Reaganistas que retraba en sus palabras no salieran despavoridas, lo ocultó de la mejor manera que sabe, la ciencia ficción. Los extraterrestres nos han invadido y están entre nosotros, pero en lugar de la violencia, han utilizado la televisión y los medios de comunicación para lavarnos el cerebro y hacernos sumisos. Carpenter no deja títere con cabeza en su feroz alegato contra el capitalismo, los políticos, la televisión, las clases altas, el consumismo y la era Reagan. Solo la pobreza de sus limitados 4 millones de presupuesto hace que la película quede solo un poco deslucida. Aun así, de lo mejor de Carpenter.
Iñigo Montoya
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