La película presenta a una pareja joven de escasos recursos. Ella es una mujer supersticiosa que cree en la suerte y cuyo optimismo choca con él, un joven idealista y bastante ingenuo, que culpa de todos sus fracasos al resto. Ambos son premiados por pura suerte con un "regalo" en forma de pasar un día viviendo y sintiéndose ricos. Como si la riqueza diera la felicidad. Y vemos pronto como esto no es cierto. La riqueza se nos muestra como pura majadería, muestra de ello son las caras de los protagonistas en el restaurante al ver servida su comida; o los zapatos de la joven, que por muy de lujo que sean son no dejan de ser incomodísimos. Crítica al consumismo desmesurado que no lleva a ninguna parte, y que hace al ser humano superficial. Los jóvenes eran más felices con 3 pesetas, que con un montón de joyas y cañas de pescar que nunca usarán. No hay mayor riqueza que el tenerse el uno al otro. Y esa es la moraleja de la historia.

Una historia de amor bien contada, donde no todo es bonito, pero sí todo es real. Un humor muy preciso, y para nada estirado. No necesitan recurrir todo el rato a lo mismo para hacer reír. Interesante la lectura interna que hacen del mundo del espectáculo en la cinta, y del mundo del cine. El personaje de Fernando Fernán Gómez es interesantísimo, y la psicología del mismo nos hace ver a un personaje soñador, pero también derrotista. Y hasta cierto punto infantil. Las escenas de intenso dramatismo, como la pelea entre la pareja, se mitigan con escenas de humor intercaladas que dotan a la película de gran riqueza.

En fin una gran película. Así es . Muy recomendable.