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España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
7
7,3
2.830
Documental Colaboración entre la veterana directora Agnès Varda y el artista gráfico urbano y fotógrafo JR (Jean René), un joven francés conocido por sus impactantes obras visuales que consisten en enormes intervenciones gráficas en calles y tejados de diversas ciudades de todo el mundo. (FILMAFFINITY)
11 de diciembre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Caras y lugares (Visages villages)

“La calle es la galería más grande del mundo.” JR

Agnès Varda no necesita presentación o, al menos, no debería necesitarla. Porque esta venerable señora de 90 años, dotada de una vitalidad sorprendente para una mujer de su edad, nacida en Bruselas y afincada en París, es considerada como la pionera femenina del cine francés y su prolífica obra -películas, documentales, fotografías, publicaciones, etc.- ha merecido todos los premios y reconocimientos del mundo cinematográfico y de las artes. Aunque no tuve la oportunidad de ver, hace ahora diez años, su documental autobiográfico “Las playas de Agnès”, recuerdo sin embargo muy gratamente las dos versiones de “Los espigadores y la espigadora”, también de carácter documental, del 2000 y 2002 respectivamente, en las que Vagda deja impresa su inconfundible huella de sensibilidad y humanismo.
En esta ocasión nos ofrece, con “Caras y lugares”, otra lección magistral de cómo la combinación del talento, el respeto, la mirada inteligente, tolerante y comprensiva hacia nuestros semejantes, la delicadeza de un espíritu libre y cultivado, logran que la sencillez y el buen gusto se conviertan en un delicioso trayecto por carreteras secundarias para transportarnos por la Francia más recóndita y menos transitada. Y es en estos lugares donde conoceremos seres humanos al natural, de los que podemos extraer grandes enseñanzas al no estar contaminados aún por la prisa y enajenación que imprimen las grandes ciudades.
Le acompañará en su viaje un joven parisino -55 años menor que Varda-, el famoso “fotógrafo clandestino” Jean René, más conocido como JR. Este genial artista comenzó a construir su fama como un solitario grafitero pintando en las calles, el metro o en cualquier lugar de París que le ofreciera un trozo de superficie donde desarrollar sus incipientes e irreprimibles deseos de expresarse. Al volante de su furgoneta-fotomatón, ambos iniciarán un fascinante recorrido por numeros pueblecitos franceses y en muros, fachadas, cobertizos, depósitos de agua o en los contenedores del puerto de Le Havre, JR dejará el testimonio fotográfico de su impactante pero efímero arte -tal vez la mejor metáfora de nosotros mismos- inspirado siempre por la desbordante imaginación de Varda.
Asistiremos a momentos de gran ternura, también de alegría y tristeza al transpasar la frontera íntima de los personajes que, por un breve tiempo, quedarán expuestos a la mirada de vecinos y extraños, así como a la de la propia Agnés Varda que se presta generosamente para abrirnos las puertas de sus experiencias e intensa vida interior. Sin embargo, y a pesar de la idílica armonía que parece reinar entre personas, animales y paisaje, una cierta atmósfera melancólica sobrevuela durante los emotivos 90 minutos del documental.
Y no sería Varda si no escondiera algún golpe de efecto bajo su chistera. En un inesperado final, su gran amigo al que venera, el genial innovador Jean-Luc Godard, creador de la “Nouvelle vague” junto a genios de la talla de Truffaut, Rhomer, Chabrol o de la misma Varda, se encarga, tras la ejecución de lo que suponemos una cruel humorada, de quebrar el alma confiada de esta extraordianaria mujer hasta hacerla saltar en un inconsolable llanto.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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