Dos maravillosos actores llevan adelante un guión muy bien trabajado que nos mantiene pendientes de la pantalla de manera constante.
El retrato que hace de la sociedad que rodea la acción es desasosegante, cuando menos, mostrando la soledad de mucha gente que convierte a las personas, mayores y no, en seres vulnerables, indefensos, a la par que otros llevan su violencia a extremos inconcebibles sea en el bando de los "malos", sea en el de los supuestos "buenos".
En suma nos muestra un mundo en el que realmente tenemos que decir "que Dios nos perdone" porque construir el infierno es algo común, en la mayoría de los casos por omisión, y cotidiano..
A mí, como tema, no me gustan ciertas derivas violentas que parecen hechas para atemorizarnos, encasillarnos en la desconfianza, convertirnos en individuos que no pueden apoyarse o apoyar en los otros, y a pesar de ello tengo que decir que aquí tenemos una buena película que si la pensamos nos llevará a buscar a la buena gente que tenemos alrededor.
Una excelente fotografía.