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Voto de Antonio Morales:
7
Comedia Charlot se encuentra sin trabajo y sus perspectivas no son nada halagüeñas cuando salva a una perra errante llamada Scraps del ataque de otros perros. Ambos se hacen inseparables y persiguen un mismo objetivo: conseguir comida. (FILMAFFINITY)
9 de diciembre de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“A Dog´s Life” es la primera película o mediometraje de Chaplin para la First National, la compañía con quien el cineasta había firmado un contrato millonario tras su marcha de la Mutual, y en donde además le habían asegurado libertad creativa. El argumento establece un paralelismo entre la vida de un perro y la de un vagabundo, situación que Chaplin acierta a exprimir al máximo mediante la creación de diversos gags e introducción de efectos de la vida burlesca que refuerzan las similitudes entre hombre y animal.

Ambos duermen al aire libre, ambos encuentran dificultades para conseguir alimento y no será hasta su asociación cuando cambie su suerte. La comedia de Chaplin presenta, en relación a las precedentes, un mayor sentido estructural; así, cada secuencia implica la siguiente, con todas ellas vinculadas al conjunto, y en donde cada gag se acopla a los acontecimientos de manera natural. Como ocurre con cada nueva película de Chaplin, la personalidad del vagabundo va perfilándose cada vez más, y en “A Dog´s Life” tenemos la oportunidad de conocer el entorno de Charlot, que resulta ser lamentable, aunque a veces la suerte puede echar una mano.

Dentro de la variedad de gags que utiliza en este film, no puedo dejar de citar el que abre el film, no sólo por su hilaridad, sino por la hábil descripción del personaje, sin techo donde cobijarse, hambriento y pícaro. Otro gag magistral es el del vendedor de salchichas y pastelitos, pletórico de ingenio. Siempre perseguido y vigilado por el policía de turno que encarna al protector del poderoso para mantener a ralla al desheredado, pero la ternura, el romanticismo y el optimismo nunca se borra en el semblante del humilde hombrecillo, esta vez, acompañado de un simpático can.
Antonio Morales
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