FA
colaborador
Media votos
7,5
Votos
1.239
Críticas
607
Listas
1
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Teresa:
8
5,3
7.516
Drama. Comedia. Romance. Intriga
Quentin es un joven con mala suerte en el amor que, una noche, se topa con su legendaria, inalcanzable y enigmática vecina Margo Roth Spiegelman en la ventana de su cuarto... ¡Disfrazada de ninja! Por si no fuera suficiente, su antigua amiga le convence para una difícil misión: vengarse de todos aquellos que le han hecho daño. Al día siguiente, con Margo desaparecida, Quentin se ve obligado a digerir lo sucedido y empieza a buscar pistas sobre ella. (FILMAFFINITY) [+]
28 de abril de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que siempre me he creído una firme defensora de la novela por encima de la adaptación cinematográfica, pero desde hace tiempo y después de muchas lecturas, encuentro excepciones a la regla. Cuando leí Ciudades de Papel de John Green me resultó un tanto ingenua. De alguna forma, Schreier termina por crear la magia que le falta a la palabra escrita. Da movimiento y vida a algo que para mí no lo tenía. No es el primer caso, podría poner más ejemplos de novelas que en cierta manera me han decepcionado y por supuesto lo contrario (mucho más habitual).
Quentin (Nate Wolff) es un adolescente a punto de graduarse que nunca ha incumplido una norma. Margo (Cara Delevingne) es otra adolescente, de la misma edad que Quentin, pero que siempre tiende a aburrirse. Tiene la constante necesidad de vivir aventuras, de retar a sus padres, a sus amigos, a cualquiera que esté dispuesto a seguirle el juego, y en realidad es fácil hacerlo, porque tiene una personalidad misteriosa y carismática desde que es pequeña. Siendo niños, Quentin y Margo eran grandes amigos y compañeros, hasta que Margo quiere implicar a Quentin en una de sus andanzas. Pero Quentin no tiene esa personalidad aventurera y tiene un plan de vida marcado por él mismo casi desde que aprendió a hablar, así que poco a poco y según transcurren los años, Quentin y Margo se separan. Cada uno hace amistades nuevas y para cuando están en último curso apenas sí se saludan por los pasillos. Simplemente han dejado de tener nada en común. Margo lleva una vida enigmática que ella misma alimenta. Cuando en ocasiones desaparece, los rumores sobre ella se disparan; siempre está haciendo algo molón con alguien famoso o cosas así. Quentin, sin embargo, sigue con su plan –aprobar el instituto, estudiar en la universidad, ser médico, casarse y tener hijos-, pero no puede evitar asomarse todos los días a la ventana para ver si su vecina le hace partícipe, de nuevo, de alguna locura suya.
Quentin (Nate Wolff) es un adolescente a punto de graduarse que nunca ha incumplido una norma. Margo (Cara Delevingne) es otra adolescente, de la misma edad que Quentin, pero que siempre tiende a aburrirse. Tiene la constante necesidad de vivir aventuras, de retar a sus padres, a sus amigos, a cualquiera que esté dispuesto a seguirle el juego, y en realidad es fácil hacerlo, porque tiene una personalidad misteriosa y carismática desde que es pequeña. Siendo niños, Quentin y Margo eran grandes amigos y compañeros, hasta que Margo quiere implicar a Quentin en una de sus andanzas. Pero Quentin no tiene esa personalidad aventurera y tiene un plan de vida marcado por él mismo casi desde que aprendió a hablar, así que poco a poco y según transcurren los años, Quentin y Margo se separan. Cada uno hace amistades nuevas y para cuando están en último curso apenas sí se saludan por los pasillos. Simplemente han dejado de tener nada en común. Margo lleva una vida enigmática que ella misma alimenta. Cuando en ocasiones desaparece, los rumores sobre ella se disparan; siempre está haciendo algo molón con alguien famoso o cosas así. Quentin, sin embargo, sigue con su plan –aprobar el instituto, estudiar en la universidad, ser médico, casarse y tener hijos-, pero no puede evitar asomarse todos los días a la ventana para ver si su vecina le hace partícipe, de nuevo, de alguna locura suya.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Quentin tendrá suerte, porque una noche Margo aparece en su ventana y le propone un juego –una lección para los que la han traicionado- que incluye a su ex novio y a su mejor amiga. Quentin acepta y pasa la mejor noche de su vida preparando bromas bastante pesadas junto a su vecina. La adrenalina recorre el cuerpo de Quentin (que piensa que al día siguiente alguno le dará una paliza por lo que han hecho) y Margo le dice que es así como debería sentirse siempre. Al día siguiente Margo se ha marchado. Sus padres ni siquiera van a buscarla porque tiene dieciocho años y ya lo ha hecho más veces. Si Margo quiere volver, lo hará.
Pero Quentin entra en el juego, porque se ha dado cuenta que lo que pensaba que le daba pena –terminar el instituto, último día de laboratorio, último baile, última salida con sus tres amigos- , todo eso, no era nada en comparación con lo que no ha vivido cuando debía –pirarte una clase, ir a una fiesta, llegar tarde a casa o hacer un viaje con tus colegas-. Y este es el mensaje, el camino por recorrer, que también incluye una meta, pero que igual no es la que imaginabas.
Quentin implica en la búsqueda a sus dos mejores amigos, Radar y Ben a los que se les unen la mejor amiga de Margo, Lacey (de la que descubriremos que no es sólo una cara bonita y que quiere ser reconocida como una persona inteligente) y por la pareja de Radar, Ángela. Todos descubrirán, en ese viaje para traer de vuelta a Margo, a encontrarse ellos mismos. Radar y Ángela necesitaban una conversación sincera. Ben, entre risas y tonterías nos desvelará a ese chico tierno que es en el fondo y que ayudará a Lacey a sentirse parte de un grupo que no la cosifica.
A pesar de seguir las pistas que Margo ha dejado (lo que incluye un viaje de 2000 kilómetros), el grupo termina marchándose porque quieren llegar al baile de fin de curso (siendo, de pronto, conscientes, de que forma parte del final de la adolescencia y del inicio a la vida adulta); pero Quentin se queda para esperar a Margo. Y por fin la ve. Sin embargo ella no esperaba ser encontrada, simplemente hizo lo que siempre hacía, dejar pistas para quien las quisiera hallar. Margo se disculpa con Quentin por hacerle pensar que podía pasar algo entre ellos o por hacerle creer que necesitaba ser buscada, cuando en realidad lo que ella pretendía era perderse para encontrarse. Quentin sonríe al escuchar esto y le explica, que en realidad, las últimas semanas ha disfrutado como nunca, que ha vivido experiencias que se le habían pasado y que no se volverían a repetir. Margo le pide que se vaya con ella, pero Quentin tiene que seguir su propio camino.
Él creía que la meta del viaje era encontrar a Margo; se queda solo porque no le ve sentido a llegar hasta allí y no finalizar la búsqueda. Pero cuando decide seguir su camino y llega a tiempo para el baile, se da cuenta que la meta eran sus amigos, la aventura, lo que han vivido en esos días.
No pasa por la superficie de la adolescencia. No hay palabras mal sonantes, ni sexo, ni peleas. Es el camino a la madurez visto con otros ojos. Es un viaje interior.
Pero Quentin entra en el juego, porque se ha dado cuenta que lo que pensaba que le daba pena –terminar el instituto, último día de laboratorio, último baile, última salida con sus tres amigos- , todo eso, no era nada en comparación con lo que no ha vivido cuando debía –pirarte una clase, ir a una fiesta, llegar tarde a casa o hacer un viaje con tus colegas-. Y este es el mensaje, el camino por recorrer, que también incluye una meta, pero que igual no es la que imaginabas.
Quentin implica en la búsqueda a sus dos mejores amigos, Radar y Ben a los que se les unen la mejor amiga de Margo, Lacey (de la que descubriremos que no es sólo una cara bonita y que quiere ser reconocida como una persona inteligente) y por la pareja de Radar, Ángela. Todos descubrirán, en ese viaje para traer de vuelta a Margo, a encontrarse ellos mismos. Radar y Ángela necesitaban una conversación sincera. Ben, entre risas y tonterías nos desvelará a ese chico tierno que es en el fondo y que ayudará a Lacey a sentirse parte de un grupo que no la cosifica.
A pesar de seguir las pistas que Margo ha dejado (lo que incluye un viaje de 2000 kilómetros), el grupo termina marchándose porque quieren llegar al baile de fin de curso (siendo, de pronto, conscientes, de que forma parte del final de la adolescencia y del inicio a la vida adulta); pero Quentin se queda para esperar a Margo. Y por fin la ve. Sin embargo ella no esperaba ser encontrada, simplemente hizo lo que siempre hacía, dejar pistas para quien las quisiera hallar. Margo se disculpa con Quentin por hacerle pensar que podía pasar algo entre ellos o por hacerle creer que necesitaba ser buscada, cuando en realidad lo que ella pretendía era perderse para encontrarse. Quentin sonríe al escuchar esto y le explica, que en realidad, las últimas semanas ha disfrutado como nunca, que ha vivido experiencias que se le habían pasado y que no se volverían a repetir. Margo le pide que se vaya con ella, pero Quentin tiene que seguir su propio camino.
Él creía que la meta del viaje era encontrar a Margo; se queda solo porque no le ve sentido a llegar hasta allí y no finalizar la búsqueda. Pero cuando decide seguir su camino y llega a tiempo para el baile, se da cuenta que la meta eran sus amigos, la aventura, lo que han vivido en esos días.
No pasa por la superficie de la adolescencia. No hay palabras mal sonantes, ni sexo, ni peleas. Es el camino a la madurez visto con otros ojos. Es un viaje interior.