Demolición

Una película sobre la perdida de un ser querido y como todo lo que antes tenia valor, ahora pasa a ser extraño e incomodo. Una película sobre la autodestrucción que produce ese dolor que lleva al protagonista al borde de la locura, comportándose de manera errática, enfadado con el mundo y dejándose llevar por lo que le apetece en cada momento y llevando lo mejor que puede el duelo de perder a quien mas quería.

Excelente interpretación de Gyllenhaal que es un gran profesional y hace creíble el sufrimiento contenido del protagonista y sus desvarios.

No había reconocido a Naomi Watts, hacia tiempo que no la veía en ninguna película y acompaña a Gyllenhaal en su dolor, pero no aporta mucho a la trama. Judah Lewis esta muy bien en su papel de hijo rebelde y con toda seguridad acabara siendo un Di Caprio, un Joaquin Phoenix o el mismo Jake Gyllenhaal.

Aunque no me parece un tema original, la película merece la pena.

De las mejores interpretaciones de  Jake Gyllenhaal. El director Jean-Marc Vallée nos trae esta cinta sobre la demolición como medio de reparación, que no llega ni por asomo a la calidad de lo que hizo con Dallas Buyers Club.

La trama es simple, es una película de duelo, pero del tipo contrario a la reacción de los humanos. El tipo no siente nada, y por eso lucha por demoler todo aquello que se interpone entre él y el dolor.

Es original, y a la vez pretenciosa, se nota que quiere ser un peliculón pero se queda en el camino, y quizás es esto lo que la están matando con las críticas. Otra cosa, Noemi Watts, cero química con Gyllenhaal, otro punto en contra.

Es un drama que te provoca soledad y a la vez curiosidad. No está tan mala.

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Jake Gyllenhaal siendo un excelente actor para mí es un misterio cómo no está más reconocida su labor, si ganar premios significa eso. Encara películas que suelen transitar emociones difíciles de encarar e incluso de generar empatía...En este film, su personaje Davis sigue su vida tras una pérdida significativa pero no desde la depresión o la furia esperables, sino de una necesidad IMPERIOSA de DESARMAR su entorno. Literalmente. En una búsqueda de honestidad consigo mismo hay una catarsis en esa necesidad de llegar al límite. Y shockea porque a una persona triste uno la consuela pero él es inabordable y también es difícil acompañarlo.
Una actuación excelente, con una gestualidad y matices de voz ajustadísimos para un rol que muy pocos lo personificarían con esa contundencia.

Hay películas, como por ejemplo "Olvídate de mí" interpretada por Jim Carrey, o "La Langosta", interpretada por Colin Farrell, que son films que podrían calificarse de cine de Autor. Son películas de un género intimista, donde se explora el interior del ser humano, films antagonistas a "Independence Day" o "La Liga de la Justícia", por ejemplo.
"Demolition" tiene las características del mejor cine independiente. Un financiero de la Bolsa sufre un accidente en el que pierde a su mujer. A partir de ahí, debido a su bloqueo inicial, su sórdida vida cambia por completo y es cuando empieza a abrirse al mundo revelándose a través de la persona encargada de atención al cliente de una Empresa de máquinas expendedoras, interpretada por Naomi Watts. Las circunstáncias que envuelven a ambos se entremezclan dando como resultado una intensa evolución personal para los dos.
Es una historia interesante, sobre todo al principio, y muy bien interpretada por sus dos protagonistas. Lástima que llegue a hacerse larga y que el final no esté muy bien resuelto.
La recomiendo para el que le guste ese tipo de cine de autor, intimista. Resto abstenerse.

Volver a ver 'Demolición' significa encontrarse con nuevas virtudes, algo que siempre se aprecia en directores tan creativos como el desaparecido Jean-Marc Vallée. Siguen sorprendiendo el montaje, las múltiples ideas de composición y algún diálogo muy ocurrente, y sigue dando un poco de vergüenza la relación con el niño ese tan alternativo, pese a su corta edad, y esos bailes en la calle dignos de tres semanas en la cárcel. También permanecen para el recuerdo las canciones, otra virtud del cine de Vallée. Pena no disfrutar ya nunca más de sus próximas películas.