Trapped (Serie de TV)

Es una serie que te "atrapa" desde el comienzo, con unos personajes muy creíbles (buen trabajo de casting) y con los sentimientos a flor de piel que los convierte en humanos, no como las series americanas que tanto estamos acostumbrados a ver.
El guión está muy bien atado, no deja cabos sueltos y con una trama que va evolucionando a cada capítulo. Resulta evidente que el paisaje y su climatología adversa se convierten en uno de los protagonistas que sin duda dota a la serie de una atmósfera fría y angustiosa que da forma al título de la serie.
Es una serie absolutamente recomendable, sin pretensiones de ser una gran serie pero con una ejecución impecable.

Muy buena serie. Se desarrolla con un ritmo algo lento al principio pero después va cogiendo fuerza.
Fotografía y música que contrastan y muestran un paisaje islandés que resulta de lo más puro. (Vivo en Islandia y los paisajes son así, no hay ningún añadido).
La música va acompañando las escenas creando un ambiente solitario, frío y sombrío, como los paisajes.
Los personajes están muy conseguidos, sobretodo el protagonista.
Si te gusta la novela negra te recomiendo esta serie.

En los últimos diez años, con el crecimiento expansivo e indetenible del formato de series, hemos puesto atención especial a lo que los países nórdicos ofrecen en contenido. Algunas veces se trata de copias baratas de algo ya hecho antes, y en otras ocasiones pasan desapercibidas las propuestas notables provenientes de esa zona fría y particular del planeta. Creo que el exceso se debe a su escenario. Es algo que muchos años de desarrollo me han comprobado, debido a que el crimen, los secretos, y las revelaciones finales, parecen ser mejor adaptados en montañas del clima extremo y poco pronosticable. El nordic noir es un género vigente y que en el mundo de las series funciona muy bien. No podemos decir lo mismo sobre el cine: * guiño * The Snowman.

Todos saben que confío ciegamente en mi padre y en lo que me recomienda. Sus desaciertos son contados con los dedos de las manos y generalmente se trata de que no le gusta algo que aclamo. Pero en un momento de “búsqueda de la próxima serie” me indica que vea Trapped por dos razones: el contexto climático soberbio y un protagonista que realza la figura central del policía frustrado mediante un casting excepcional. Así aterrizamos a una de esas series “viejas” que están en Netflix y que pueden representar algo no necesariamente innovador pero sí algo interesante. Es lo que buscamos.

La primera temporada nos presenta a un pueblo que vive en serena calma todo el tiempo: Siglufjörður. Solo tiene tres oficiales de policía, una escuela, un hotel, un puerto. En medio de la llegada de un ferry, aparece un torso mutilado. Todo apunta a que el culpable está en el gigante marino, al menos así lo sospecha el jefe de la policía, un hombre con un pasado no revelado que prefiere la calma antes del escrutinio en la capital del país. Pero no todo es lo que parece. En plena tormenta nevada, los estándares se caen, los secretos empiezan a ser hechos, sobre todo cuando una conspiración interna por “vender” el pueblo se relaciona con este cuerpo que aparece en el medio de la nada, y otros crímenes que no voy a revelar.

Ólafur Darri Ólafsson como Andri, este policía, lleva el show desde principio a fin. Su retrato es honesto, torpe, y relevante para una serie con demasiadas aristas que no explora y se mantiene en un nivel pasivo factual. No ocurre demasiado en esta primera temporada de Trapped. El hecho de que ese personaje tiene en sí conflictos a solucionar permite que sea un eje dramático importantísimo para la serie, sobre todo cuando la resolución apunta a que en su esfera familiar ocurran cosas que pueden ayudar a esclarecer las cosas. En esa conclusión se termina de formar una serie que no llegará a mucho, pero al menos contiene ese personaje principal con el que podemos identificarnos siempre.

**** Originalmente publicado en https://cinelipsis.com/trapped-season1/ ****

Andri Olafsson, desde luego este tenaz jefe de policía de un pueblo remoto de Islandia, se encarga de dejar el pabellón de la fortaleza islandesa muy, muy alto.

Ante un inusual caso de asesinato por esas latitudes, con un temporal a la Ártica brutal, el bueno de Andri tiene que lidiar con:

- La aparición inesperada de su ex, acompañada de su nuevo boyfriend.

- Además de llevar la preceptiva cornamenta, a este buen policía, le despojan de su cama para que su ex y el nuevo querido de ella, puedan dormir tranquilamente.

- Andri se tiene que ir al sofá a dormir.

- Y todo esto casi sin rechistar.

Llevo tres capítulos de la serie y promete mucho. La descripción del clima brutal que suele darse por esas latitudes es excepcional.

No tengo ninguna duda, de que Andri Olafsson va a descubrir todos los pasteles que le pongan por delante. Después de los mandoblazos que le han sacudido casi desde el primer capítulo, éste puede con todo.

Reseña sobre "Atrapados otra vez" en Spoiler.

272/23(19/08/22) Buena serie islandesa producida (la más cara de la nación nórdica) por la televisión pública islandesa RÚV (primer drama islandés jamás adquirido por la BBC), sin ser grande, si la recordaré con agrado seguramente porque me ofrece lo que me atrajo de ella en principio, las localizaciones maravillosas de unos de los países más hermosos sobre la Tierra como es la nación ártica. Son dos temporadas de 10 episodios cada una, creada y dirigida por Baltasar Kormákur, un sinuoso thriller rural ‘nordic noir’ que saca provecho de los agrestes parajes de los verdes prados, de la frialdad ambiental, de los fiordos, de sus montañas, para entrelazarlo hábilmente al argumento, donde se dan cita toda una variedad de temas con los que nos podemos sentir cercanos, siendo en sus dos temporadas el leit-motive del globalismo capitalista y lo malo que esto puede conllevar, por supuesto con la remanente de la corrupción política, en la primera tenemos a unos chinos queriendo construir un gran puerto en el norte de Islandia, y en la segunda en el centro está una central térmica. Y por en medio se van punteando de historias personales donde el pasado y los secretos marca las relaciones, desde incendios provocados, violencia doméstica, incestos, los problemas de emigración (incluso trata de humanos), etc. Rezumando la oscuridad humana que hay tras lugares idílicos. Donde cada personaje de este pueblo protagonista Seyðisfjörður (población real en la parte oriental del país), tiene su mochila de asuntos que ocultar, ello pudiendo verse trazas obras que indagan en los pueblos más o menos aislados ruralmente, con policía amigable y escasa, llámense Twin Peaks o Fargo.

Todo ello con una producción muy atractiva en su cinematografía digital macilenta del DP Bergsteinn Björgúlfsson, que se amolda a las bellas estampas de la polar Islandia, tomas aéreas Homéricas, retratando los vastos e inhóspitos lares, que empequeñecen a los humanos y cuasi los tragan en su poderosa inmensidad de resonancias volcánicas. Haciendo esta naturaleza poderosa co-protagonista, que se potencia cuando en la primera temporada hace que queden aislados por las duras condiciones climáticas, que hasta provocan una avalancha. Engancha ya desde los magníficos títulos de crédito donde se entrelazan imágenes de la naturaleza islandesa, como espectaculares glaciares, infinitas llanuras, o un mar encrespado, y esto alternado con partes de un cuerpo humano cadáver, mimetizando las secuencias, algo que ya hizo parecido la serie “Dexter”, esto adornado por una fascinante música del oscarizado (“La teoría del todo”) Jóhann Jóhannsson.

Siglufjörður, pequeño municipio del norte de Islandia, una pareja de jóvenes se dirigen a una fábrica abandonada, en la que tienen su escondite secreto. Estalla un incendio en el que muere la joven. Siete años después, aparece el cuerpo mutilado de una persona, cerca de la orilla de la playa, cuando llega al pueblo un transbordador que lleva a 100 pasajeros desde Dinamarca, se sospecha el cuerpo viene de este navío. Comienza a caer una fuerte tormenta de nieve, que impide que el ferry pueda marcharse y corta las carreteras. El político, Friðrik Davíðsson, intenta convencer a los residentes para que vendan sus tierras, pero se encuentra con la fuerte negativa de Guðmundur.

El primer capítulo ya marca el devenir de la serie (bueno, no todo serán cunnilingus), las coordenadas por las que se moverá, desde la presentación amable de estos muy humanos policías, con sus debilidades y virtudes, se nota los acontecimientos les superan, pero con humildad intentan desentrañar la madeja de pistas que se van desplegando conforme avanza la trama, donde los sospechosos van pasando, pero donde los cabos sueltos son muchos, las pistas irán apareciendo, pero muchas de ellas son callejones sin salida (me doy cuenta que esto mismo puedo poner en muchas, pero muchas de las series actuales, lo voy a grabar en un sello). Evolucionando mientras van mostrándose el patio trasero de este aparente lugar tranquilo.

Estamos en Siglufjörður, hay una escuela, un hotel, y un puerto, y una comisaría con solo tres oficiales de policía, Ásgeir (buena Ingvar Sigurdsson), el más veterano, Hinrika (notable Ilmur Kristjánsdóttir), la única mujer, y Andri Olafsson, el jefe, que lleva poco tiempo en el pueblo y que antes había sido un policía de ciudad, en la capital. Cuida de sus dos hijastras el divorcio, su ex visita el pueblo con su novio implicando problemas en su conciliación laboral. Este último es el protagonista, encarnado por un estupendo Ólafur Darri Ólafsson, actor estadounidense de origen islandés, tipo enorme como un gran oso (incluso tiene andares parecidos), incluso con barba. Es un tipo manso, lacónico, flemático. Sus andares parecen anunciar la carga interior que conlleva.

En la primera temporada, cual novela de Agatha Christie el guión hace que el pueblo quede desconectado del resto del mundo y con ello creando claustrofobia y opresión, sabiendo que un criminal anda entre ellos y puede ser cualquiera. Teniendo personajes tan peculiares como ese remanente de la hitchcockiana “La ventana indiscreta”, por ese voyeur que desde su silla de ruedas se dedica a espiar a los lugareños con un telescopio.

La segunda temporada mantiene el nivel. Ahonda en otros temas, como son los problemas de viviere en lugares aislados, la endogamia que es el germen del incesto. Se aborda el tema del ecologismo vs progreso (fábricas contaminantes), se habla del nacionalismo radical, se tocan las complicadas relaciones paterno-filiales, sobre todo con los adolescentes y su ‘edad del pavo’, también la homofobia existe en una relación interracial.

Todo ello con tramos finales ambos (en las dos temporadas) atractivos, en un devenir que hace que te importe lo que les pase a los personajes por lo bien delineados que están en sus defectos y virtudes, los notas cercanos.