La última lección

Hay que reconocerle al director francés  Sebastien Marnier (1979) que se maneja como un hábil y sombrío prestidigitador en este thriller inquietante capaz de dejarnos hipnotizados y tan deprimidos que ya no somos capaces de reaccionar cuando el resultado final del truco deja mucho que desear. No he leído el libro de Christophe Dufossé en el que se basa pero la película está plagada de incongruencias que sin empacho ni justificación el director utiliza para que la envoltura de género nos entretenga ante un fondo de la cuestión ya de por sí suficientemente aterrador. Se plantean cuestiones interesantes sobre la relación entre alumnado y docentes, sobre la conciencia planetaria de las nuevas generaciones que no están lobotomizadas por los móviles y las redes sociales y una cierta segregación clasista en función de las capacidades del alumnado, todo ello entre lineas de como hemos dicho un envoltorio tramposo y con más agujeros que un campo de tiro.  Los chavales cantan interesantes canciones, realizan rituales por exigencias del guión y ponen cara de "quien puede matar a un niño" mientras que el atribulado Laurent Lafitte se ve obligado a emular a Charlton Heston luciendo pecho en cada momento para que el personal siga distraído ante tanto mal rollo existencial.

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Buena idea la que se propone en esta intriga francesa. Unos adolescentes superdotados e inquietantes tienen un trato prepotente y condescendiente con los que les rodean. Inexplicablemente uno de sus profesores se suicida delante de ellos. A partir de ello se urde una intriga que conjuga el costumbrismo de un instituto (alumnos, profesores...) y el atípico comportamiento de estos alumnos.

Influencias claras de "¿Quién puede matar a un niño?" y de "El pueblo de los malditos". Todo ello aderezado con secuencias que parecen sacadas de "JackAss". Tiene algún momento de intriga puntual, el film te tiene bastante entretenido porque te esperas algo más: tal vez una intriga delictiva, acoso al profesor, una descripción de la presión en los colegios elitistas...se toca un poco de todo ello pero de forma poco convincente. Una pena. Aquí hay material para hacer una buena película, e incluso una serie. Pero no se aprovecha todo el potencial que tiene.

Se dirige bien y el protagonista actúa de forma convincente. No así los adolescentes.

El final con moralina y sin aportar nada te deja totalmente decepcionado. ¡Qué manera de fastidiar un film bastante aceptable!

Esta es una película que te va a sorprender... pero puede ser para bien o para mal. Creo que no hay un término medio y cuando ves el final puedes inclinar la balanza para un lado o para el otro. Ahora, el factor sorpresa, te guste o no, está ahí.
“La última lección” empieza con el suicidio de un profesor y la entrada del sustituto (o interino). Aquí encuentras muchas similitudes con varias películas del género pero que, conforme avanza la historia, nada tienen que ver y te recuerdan a otras tantas. La verdad que esto me ha gustado mucho: Pensar que esto te recuerda a otra película y luego a lo contrario. En realidad te encuentras como ese profesor que sabe que pasa algo malo, sospecha, pero no entiende lo que está pasando.

Laurent Lafitte está fantástico y borda su personaje. El “estáis todos locos“ que dice en un determinado momento refleja la tensión a la que se le somete y, esa tensión, va en aumento conforme avanza la película. Los seis alumnos más avanzados dan inquietud y un poco de grima. El profesor tan expresivo choca con la seriedad y falta de emociones de los chicos. Esto todavía genera más tensión psicológica y es algo que me ha encantado.

Es verdad que tiene un final diferente que no te esperas pero, si se mira en su conjunto, es una buena película para ver.

Película chovinista y lamentable que sólo consigue acentuar mi negativa a ver cine francés por lo arriesgado del asunto.
La cinta, mala donde las haya, es tan pretenciosa como insípida y absurda, no consiguiendo en ningún momento crear una atmósfera adecuada para dar un mínimo valor al producto en cuestión.La banda sonora pasable, aunque las actuaciones/temas del coro escolar son tan ridículas que producen arcadas. La fotografía es malísima. El guión de pena. La dirección, discreta, se solapa en un supuesto misterio que no es tal, llevando el interés del espectador.a un pozo oscuro y sucio del que no podrá salir. Las interpretaciones de los chavales son de risa; la de los profesores tres cuartos de lo mismo. La trama hace aguas por los cuatro costados...y el final es como para replantearse muy seriamente volver a ver una peli francesa. Y ojo, que las hay muy buenas, francesas, pero cuando te toca una mala...agárrate al sofá, o donde puedas, porque la cosa tiene migas. En fin, no se la recomendaría ni a mi peor enemigo. 2 de 10.

Propuesta interesante, en forma y en mensaje, que se va perdiendo en detrimento de su insistencia de querer diferenciarse de toda película que se pueda asemejar en algo. Parece más interesada en desarrollar su virtud de ser diferente. Al final, esa persecución de la distinción le confiere un tono irregular, consiguiendo de esta manera que lleguemos al clímax un tanto somnolientos por una sucesión de frames interesantes pero parecidos y sin ambición de superarse. El mensaje es innegablemente conmovedor.