La cinta

Cogí esta película en el videoclub sin ninguna esperanza, la sinopsis no me convenció pero pensé: “total para pasar el rato…” pues bien aun estoy asombrado, me ha gustado muchísimo esta película, muy bien tratada y con una dirección realmente buena, he de decir que hay que tener paciencia y esperar. No apta para amantes del cine comercial.
Lo peor: El doblaje creo que se queda corto.
Lo mejor: Dirección y actuaciones.

Desde mi punto de vista el dicho planteamiento puede resumir perfectamente la esencia de toda la película.

A un tipo idiota e insoportable lo viene a ver un amigo del instituto que ha conseguido labrarse una vida mejor, el cual comienza a ser víctima de una burda manipulación psicológica por parte del primero, el cual a su vez busca de esta manera paliar el resentimiento que tiene (falta de amor; ¿si no a que tanto cuento con lo que pasó con una novia hace ¡¡10 años!!?, una persona sentimentalmente estable con una vida rehecha, -o tampoco necesariamente,- ni se acordaría o al menos no haría el ridículo de la forma que lo vemos hacer en un metraje que dicho sea de paso se me ha hecho cansino y repetitivo, así como de expectativas vitales, drogadicción, dejadez...). Pero lo más ridículo de todo es que otro se pone a darle vueltas a la paranoia del primero repitiendo como un loro las palabras del primero como no sabiendo de lo que va la cosa durante no menos quince minutos. El desquiciado Hawke le increpa una cosa y este replica con sus mismas palabras en forma de interrogante. Una conversación sin lugar a dudas muy emocionante.

Que tomen nota, no sé, el resto de directores para darse cuenta de cómo rodar una peli sin salir de una habitación, es decir, con un solo escenario. La tensión va aumentando y también los giros, sin llegar a imaginar lo que hay fuera de esa habitación podemos entender la película sin que nos falte nada. No sé si los temas pueden ser rencor u envidia pero por momentos incluso alivia, como si metemos nuestro chamuscado dedo en un vaso de agua fría. Película necesaria

Todo en uno. Dosis justas de acción, tensión, intriga, humor, sarcasmo, ironía, enormes diálogos, potentes interpretaciones y un guión con personalidad todo dentro de una habitación de hotel. El “in crescendo” es constante durante los 86 minutos de metraje. Al principio parece que nos encontremos en una reunión entre dos amigos que llevan tiempo sin verse pero esta cotidiana escena acaba convirtiéndose en una batalla moral entre ambos en donde empiezan a aflorar pasados problema enterrados y no resueltos que había entre ellos y con un eje de conexión dirigido en relación a Amy (Uma Thurman, portentosa como siempre.) que era ex-pareja de Vince (Ethan Hawke) y que compartió una especie de romance / aventura con John (Robert Sean Leonard).

La escenografía se nos presenta en un espacio cerrado con pocos elementos destacables a parte de dos camas, una bolsa con drogas, y posteriores accesorios con los que Vince puteara al máximo a su ¿amigo? John. Realmente parece difícil creer en la amistad entre ellos, ya que no es precisamente el comportamiento que esperas que tengo un amigo que te está empujando a la jaula de los leones y quiere que pagues por tus pecados de hace 10 años. Rodado totalmente sin elipsis temporales el director, fantástico Richard Linklater, consigue atrapar e interesar al espectador a medida que va aumentando la intensidad del discurso dramática de los protagonistas. Quizá los primeros minutos de metraje son un tanto insulsos y no se ve claramente hacia donde van los tiros…pero también es un elemento de intriga que dota de cierto realismo a la cinta. Vince consigue dar la vuelta al discurso paternal que John tenía preparado para él y empieza a ametrallarle moralmente con envenenados dardos de culpabilidad que John tenía enterrada desde hace años y años pero que vuelven a surgir al no saber cerrar “correctamente” aquel oscuro capítulo de su vida. El director nos transmite casi de forma angustiosa la tensión vigente en la escenografía consiguiendo que seas capaz de ponerte en la piel de cualquiera de los protagonistas, ya que de algún modo (dependiendo de nuestras convicciones y moralidad) podemos ser capaces de identificarnos con uno u otro. El amigo inmaduro casi treinteañero que consume drogas, la chica guapa con un trauma en la adolescencia que ahora utiliza a los hombres para ascender en su carrera y de esa forma vengarse, y el tímido chaval que perdió el control una noche a causa del alcohol y luego puedo reconducir su vida hacía el buen camino pero que no pago el precio de su acción en su momento.

Las interpretaciones son de escándalo. Ethan Hawke se le nota en su salsa, Robert Sean Leonard clava perfectamente el rol de amigo modelo en apariencia pero que esconde mucha mierda debajo de esa impoluta alfombra y Uma Thurman (una debilidad personal) muestra un papel escueto pero con una sobriedad notable.

(Continua en SPOILER)

Demostración clara, de cómo con pocos elementos, con las ideas claras y unos buenos interpretes, se puede construir una buena película, que contenga emociones, misterio y alguna que otra sorpresa.
Concebida casi como una pieza de teatro, el director reúne a los tres intérpretes en una habitación, donde desarrolla todo el relato, presentando una situación relajada entre amigos, en la que se destapan algunos secretos, que derivan en una explosión de reproches, secretos y mentiras.
Destaca el prometedor reparto que participa en la película, entre los que se incluye la que posteriormente fue pareja en la vida real Ethan Hawke y Uma Thurman, siendo ésta ultima una autentica apisonadora, ya que inunda la pantalla con su presencia.
Correcta, atractiva e inteligente historia, concebida con pocos elementos, pero que se sustenta del buen hacer de los integrantes del reparto y de un argumento sencillo, al tiempo que interesante, a veces poco es más. .