El salvaje

¿Acaso hay algo más en esta obra? ¿Acaso importa que no lo haya? «Salvaje» no es una película; «Salvaje» es una oportunidad para disfrutar del hombre más impresionante que ha desfilado por una pantalla de cine: Marlon Brando. Léase su nombre como si estuviera en mayúscula y con letras de oro.

La historia de «Salvaje» es flojita, sí. Yo sigo sin entender muy bien cómo se lía la que se lía; a destacar en todo el embrollo la actuación del sheriff, personaje que está escondido la mayor parte del tiempo. De mientras, el salvaje (¿por qué «salvaje»?) Johnny va persiguiendo a la cándida Kathy, la única persona en este mundo que parece abrirle los ojos a la realidad, aunque esta relación no queda nunca clara. En conjunto falta un poco más de ritmo, un hilo argumental de más coherencia e importancia, y diálogos con más profundidad. Con todo, creo que sí se plasma la idea básica del peligro de la falta de ideales y valores positivos, representada en el personaje de Johnny.

Ahora bien, todas estas cuestiones meramente cinematográficas y técnicas pasan a un segundo plano gracias a ese portento llamando Brando. Portento porque tiene un magnetismo insoportable, una presencia única, un atractivo arrollador, un carisma indescriptible y, para más gloria suya, un look que lo catapulta a la posteridad. Hablar de «Salvaje» es hablar de una moto, un traje de cuero, unas botas de motorista, una gorra estratégicamente inclinada, una gafas de sol, un cuerpo que anda con firmeza y a la vez con desgana, una mirada penetrante y unos labios que derrochan sensualidad; «Salvaje» equivale a una imagen de innegable belleza física, a una forma de seducir, a un modo de beber cerveza y a una forma de sentarse y de moverse. «Salvaje» es un icono con todo mérito, ya que «Salvaje» es Marlon Brando. No hay más.

Así que si queréis una buena película, buscad otra. Si queréis ver a Marlon Brando, no os la perdáis.

En 1953 Marlon Brandon protagonizó una película en la que creó un icono físico que ha perdurado durante décadas después. Ese personaje duro montando en su moto con su cazadora de cuero y sus gafas de sol, es una imagen que sigue imitándose cuando alguien quiere parecer un rebelde.
La película retrata como un grupo de jóvenes que viajan sin rumbo con sus motos por el país, llegan a un pueblo en el que nunca sucede nada. Allí ellos que no tienen ningún respeto por nada empiezan a hacerse con el control de la ciudad. En un principio los habitantes del pueblo los acogen con ganas porque son beneficios para ellos (comida, bebida, gasolina...). Pero mientras van avanzando las horas todo se empieza a descontrolarse y los habitantes del pueblo se toman la justicia por su mano ante los hechos que están provocando estos motoristas que no respetan nada ni a nadie.
Recuerdo que vi esta película hace años y me gustó muchísimo. Ahora he tenido la oportunidad de volver a verla, y he comprobado que he vuelto a disfrutarla como la primera vez. Su historia me encanta y te atrapa desde el principio hasta el final.
La vida de esos chicos que se retratan son jóvenes que se rebelan ante lo impuesto por la sociedad en su época. Una rebelión que se vive generación tras generación ya que es un instinto de la juventud. En este caso, se exponen unos jóvenes que empezaban un movimiento muy importante ya que marcó un punto de inflexión para futuras generaciones. Esa rebelión se demostraba con la ropa y con la música (rock & roll) que rompía radicalmente con lo conocido anteriormente.
La película retrata muy bien esa fuerza de los jóvenes, y la falta de interés por el respeto hacia una forma de vida distinta. Una forma de vida representada en un pueblo en el que nunca pasa nada, y que vive anclado en el pasado apartado de la evolución que arrasa como un tornado.
En fin, "Salvaje" es un clásico que sigue vivo y con fuerza al igual que el personaje de su protagonista. Un joven que dentro de su dureza es capaz de sentir un toque de ternura y pasión, y donde se encuentra un rincón de coherencia para pensar si su comportamiento es el más adecuado o no. ¿Podrá encontrar el equilibrio entre esa fuerte rebeldía que siente en su interior y un poco de coherencia ante los hechos que produce con sus actos?

Una banda de motoristas irrumpe en un pequeño pueblo californiano armando gresca. Su carismático líder no tardará en sentirse atraído por la hija del sheriff local...

Título emblemático por varios conceptos, entre los cuales destaca el hecho de forjar la imagen de Marlon Brando como ídolo de la época. Una producción de Stanley Kramer hoy claramente envejecida, que planteaba el choque de una incipiente generación nihilista contra el orden cívico de sus mayores. Adapta una novela corta de Frank Rooney.



"Recuerdo que para mí todo empezó en esta carretera."

Ni él sabe porqué pero no se detiene. Finalmente con su banda hacen parada en un pequeño y tranquilo pueblo de la América Profunda. Desde un punto de vista sociológico estamos en la época del generación "beat" y la american new life que invadían el país desde frentes opuestos.

Con 28 años Marlon Brando brodó su papel de rudo motorista, descontento con el mundo y con él mismo. No necesita enamorarse de la guapa chica de la cafeteria e hija del sheriff si sabe que no va a continuar su incierto pelegrinaje por carreteras secundarias. Pero después de una refriega con algunos habitantes del pueblo, un homicidio inesperado lo complicará todo. La película, suprimiendo su melodramático matiz, está inspirada en unos hechos reales.

La Historia del Cine está formada por muchos iconos de escenas o momentos imborrables: Vivien Leigh levantando el brazo jurando que nunca volverá a pasar hambre, Humphrey Bogart fumando un cigarro con chaqueta blanca, Jack Palance en pose chulesca hacia Elisha Cook Jr., etc...

Esta película firmada por el desconocido Lazslo Benedek también contribuye a la iconografía del séptimo arte con Brando con gafas de sol conduciendo una moto "harleydavidsoniana". Lo malo es que no hay nada más. Un guión inexistente que podría haber hecho un adolescente de 16 años (sólo se ve a Brando y sus secuaces andar en moto por las calles de un pueblo y una historia de amor que no es ni éso), una dirección penosa y una interpretación de actores infumable. Incluso Brando está bastante mal, a pesar de su personalidad (que ya se intuye en ésta película) que traspasa la pantalla.

Afortunadamente, los realizadores fueron piadosos con los espectadores y sólo permitieron que el sufrimiento durara una hora y 15 minutos. Gracias a éso le doy un 3.