El salvaje

El nuevo hombre ha llegado. Un nuevo estilo de vida, de forma de ser, de capacidades, de sentimientos, un hombre incomprendido y a la vez fácil de entender, básico en sus pretensiones, complejo en su tratamiento.
Un hombre que se sabe rebelde pero no sabe por qué, que se conoce en combate, pero no contra qué o contra quién. Que lucha pero desconoce para qué. Un hombre que no sabe pedir perdón, que no puede porque nunca lo ha hecho, un hombre al que nadie le dice lo que tiene que hacer, y, sin embargo, todo el mundo le dice lo que no tiene que hacer. Un hombre que no teme a la policía, a la sociedad en la que incrusta, un hombre que no le tiene miedo a nada, quizá sólo a sí mismo.
Un nuevo modelo de vida se augura en la cinta: trabajar toda la semana y desparramar el fin de semana. Toda una cultura el ocio que todavía hoy subsiste, que todavía hoy se lleva en la sangre y en la piel del lumpen proletariado.
La película tiene dos méritos. Implementar una iconografía muy clara del nuevo hombre rebelde: vaqueros cortos, botas altas, chupa de cuero, gafas de rock... ese look permanece todavía como uno de los más reconocibles de los que cine ha dado. Y segundo, crear un personaje que sobrevive a sí mimos: ese nuevo hombre del que hablamos, callado y resignado a su vez a su suerte, que se sabe no muy buena, incapaz de canalizar sus emociones más allá d ella fuerza bruta, de la fuerza salvaje, de la emoción basada en enormes dosis de potencia, de "camión en cacharrería"...
Me parece una película que marca un nuevo género de cine, por la fecha o por lo importante de su impronta, por su estética y por la pose y actuación de sus actores. Es una película en la que todavía hoy, más de sesenta años después puedes encontrar arquetipos del funcionamiento de la juventud actual, ese pasar desdeñoso por la vida, ese pasotismo ante todo y ante todos, ante el sufrimiento y ante la alegría, esa dependencia del alcohol para aspectos lúdicos.
Brando pues enorme, como siempre... Me ha sorprendido Lee Marvin. Me ha sorprendido que en tantas y tantas películas clásicas interviniese, es todo un clásico. Me recuerda, en este aspecto a Robert Ryan...

Si hay un actor que hace honor cuando aparece a la expresión "llenar la pantalla", es Marlon Brando. La forma de moverse del de Omaha, sus movimientos, son unicos en la historia del cine. Tiene algo que ver con la manera en que proyecta su cuerpo, su peso, que hace que el resto de actores giren de alguna manera a su alrededor, opacados por su brillo.
En esta película se da uno de los mejores ejemplos de su genio para la actuación, en la secuencia en que entra al café y habla con la chica por primera vez. Nunca nadie resulto tan duro, tan distante, tan seductor y a la vez tan simpatico. Impresionante.
Por lo demás, buena película. Aunque tenemos mejores exponentes en la temática de chicos malos y rebeldes, esta no deja por ello de ser recomendable, gracias a una historia entretenida y, cuanto menos, curiosa.

Aunque en su día causó sensación por presentar un modelo de juventud hedonista y desencantada, Salvaje no ha envejecido demasiado bien, perdiendo bastante fuerza con el paso del tiempo. Con todo esta historia de un grupo de moteros que pone patas arriba un pequeño pueblo tiene su importancia histórica, al haber contribuido copiosamente al afianzamiento del mito Brando, además de ser cinematográficamente estimable: cuenta con una inteligente gradación de la tensión y parte de un guion bien estructurado

Es sorprendente la similitud que tiene esta película con una que rodó el propio Marlon Brando 13 años después: “La jauría humana”. No debe ser casualidad. Pero esta es la matriz, en la que se ve el temor que profesa una multitud que se guía por impulsos, que pelean y no saben por qué; ebrios de alcohol, enfadados con el mundo, desconfiados de la policía…

Los motoristas representan al pueblo, en una metáfora de lo que representaba el comunismo contra el capitalismo, esos ancianos que quieren defender su pueblo a golpe de gato (mecánico). La rebelión de las masas de Orwell esquivando la censura de McCarthy.

Por eso esta película tiene algo que te hace pensar. Rompe con la línea vacía de Hollywood, lo políticamente correcto, y da un zambombazo a la sociedad adormilada. Hay mucho que emerge de esta película, o quizá esta película lo aúna; quién sabe… La película se estrenó en Estados Unidos en febrero de 1954, meses después de que Elvis Presley lanzara su primera canción, “My happiness”. El vestuario de Brando y los Rebeldes tiene mucho de Elvis. La banda que compite con los Rebeldes de Brando se llaman “Beetles” (Escarabajos). ¿Casualidad?

El fenómeno que luego fue, brevemente, James Dean, venía con el perfume de esa juventud ameriucana que no quería saber nada de la guerra fría y no habían hecho la guerra. Los niños que esperaron a sus padres durante la contienda de los 40 querían mover su cuerpo, quemar la energía que la guerra fría pretendía matarles, y los lanzó a mover el esqueleto, antes de Vietnam… Después de Corea…

Esta "película" es una estupidez y una ridiculez a partes iguales. Cuando la vi pensé que era una broma. Me sorprendió muy negativamente cómo una peli de Brando podía ser tan mala y tan ridícula.
Los motoristas parecen idiotas, los diálogos son de niño de 5 años y las interpretaciones son pésimas a más no poder. Películas como esta deberían estar prohibidas, por ridículas y lamentables.