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Ángeles sin brillo

Drama Roger Schumann (Robert Stack), un piloto que combatió en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), sobrevive haciendo acrobacias con su avioneta en las ferias de los pueblos. Burke Devlin (Rock Hudson), un periodista local que se interesa por la familia de Schumann, es testigo de la decadencia del piloto, de la frustración de su mujer (Dorothy Malone) y también del sufrimiento de su hijo a causa de las bromas que mecánicos y pilotos hacen ... [+]
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
3 de diciembre de 2018
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buen melodrama del maestro del género Douglas Sirk y además basado en una obra del excelente escritor Faulkner. Se diría que estamos pues ante una cumbre del melodrama. Pero a mí, aunque la he disfrutado, no me parece que alcance la altura de otros muchos melodramas suyos.
Nos cuentan la historia, a través de un periodista ( Rock Hudson), de un matrimonio que se gana la vida, en los duros años de la gran Depresión, él como piloto acrobático y ella como paracaidista, yendo de feria en feria y jugándose la vida por cuatro perras.
Él,( Robert Stack), fue un heroico piloto en la primera Guerra Mundial, pero eso ya está olvidado y ahora sólo malvive enfrentándose a la muerte todos los días pero a la cual mira de frente y con pasión, pues los aviones son su razón de vivir.Como él mismo reconoce en una escena de la película, es un" yonqui " de los aeroplanos y hará lo que sea por seguir volando.
Ella( Dorothy Malone), es su esposa. Venera a su marido y besa el suelo por donde pisa. Desgraciadamente, su marido la ningunea y no le presta atención. Sólo tiene ojos para su avioneta. Ambos tienen un hijo que malvive también en esta nómada situación de desarraigo e inestabilidad.
Y hay un tercero. El mecánico amigo de la familia desde hace años que les sigue adonde quieran que vaya y que está enamorado de la mujer.
Como he dicho antes, conoceremos toda la historia a través de los ojos de Rock Hudson, cuando éste, buscando una noticia para su periódico, se tope con este héroe de guerra y quede conmovido por la decadencia y la desesperanza en la que encuentra sumida a esta familia. La atracción que le despierta su mujer tendrá algo que ver, claro.
Aquí tenemos todos los ingredientes en los que Sirk se manejaba como nadie y sublimando el folletín, conseguía emocionarnos hasta la médula. Pero esta vez, en mi opinión, no ha estado tan acertado como en otras ocasiones porque ha decidido mostrarnos a los personajes de una manera ambigua, sin que el espectador los conozca ni comprenda sus motivaciones hasta el tramo final, en que lo resuelve dándonos explicaciones, no a través de lo que los protagonistas hacen, que eso sería lo emocionante, sino de lo que nos dicen ellos mismos. Así, se nos sustrae precisamente, lo que Sirk dominaba tan bien, ese devenir de los sentimientos de los personajes, su evolución, ese desarrollo en el que era un genio.
Por esto creo, que aún siendo una buena película, no está a la misma altura que "Tiempo de amar, tiempo de morir", " Imitación a la vida", " Obsesión" o " Escrito sobre el viento" por citar algunas.
Pero, ojo no se confundan. Esta película sigue siendo muy recomendable. Lo que pasa es que una obra menor de un genio, es una obra mayor de los de la mayoría.
Izeta
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12 de enero de 2013
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Ángeles sin brillo” es un exquisito melodrama del maestro Douglas Sirk, estrenada tardíamente en España en 1991, con una espléndida fotografía en blanco y negro de Russell Metty y Cinemascope. La Universal no confiaba en el proyecto por lo que no permitió que se filmara en color, contratiempo que acabó beneficiando a la película, cuya atmósfera cargada de augurios premonitorios, se vio realzada y potenciada por una sabia utilización expresionista de las luces y de las sombras.

Es una historia de personajes desarraigados, figuras que vagan buscando un sentido a su existencia, hombres y mujeres que parecen haber sido expulsados de su medio natural, Roger Shumann (Robert Stack) vuelve de la guerra, donde derribó 16 aviones enemigos, como un héroe, pero no encuentra otra forma de ganarse el sustento que arriesgando su vida en exhibiciones aéreas en las ferias, convertido ahora en un patético reflejo de su pasado; Laverne (Dorothy Malone), que salió de su granja de Iowa para seguir a Roger y que siente nostalgia de su tierra natal; Burke (Rock Hudson), despedido del periódico donde trabaja por implicarse en un reportaje hasta el punto de terminar confuso con sus sentimientos.

Seres sobre los que planea la sombra de la impotencia para alcanzar sus deseos y sus sueños. Resumiendo, un film duro, intenso, pesimista y desesperanzador. Los actores están my acertados, en la línea del film, Robert Stack expresa la fatalidad y su pasión por volar, Dorothy Malone aparece sensual y atractiva y Rock Hudson refleja el conflicto de su trabajo y su relación personal. Muy recomendable para amantes del melodrama.
Antonio Morales
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1 de abril de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ángeles sin brillo es un bonito melodrama en el que Rock Hudson interpreta a un periodista obsesionado con la historia de Roger Shumann (Robert Stack), un héroe de guerra reciclado en temerario piloto (de avionetas) que mantiene una relación amorosa con la bella Laverne (Dorothy Malone), de quien también está enamorado el mecánico que les acompaña, Jiggs (Jack Carson).

Hudson y Malone prestan su espectacular porte y sus no menos espectaculares dotes dramáticas (señalar que todo el reparto está magnífico) para dar cuerpo a este largometraje, siendo su presencia uno de los grandes alicientes.

Además de la labor de los actores destacan los espléndidos diálogos (estamos ante uno de esos raros casos en los que los personajes tienen algo importante que decir). Si bien, lo cierto es que algunas subtramas del guión parecen quedar descolgadas o su resolución es, cuando menos, difusa. Nada demasiado grave, ya que no se puede hacer sombra al trabajo interpretativo o a la calidad de los diálogos, eso por no hablar de su efectiva banda sonora o de la magnífica fotografía en blanco y negro. Ángeles sin brillo es, aunque no goce de la fama de otros clásicos de la época, una pequeña maravilla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ddarko_1980
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28 de marzo de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sirk se desnorta en la espesuras faulknerianas.
Turbias paternidades, tríos con camas separadas, aventuras aéreas, una ambientación brillante pero demasiado limpia de la Depresión y algún monólogo sumamente anticinematográfico dibujan un film a la postre demasiado bizarro.
Mundos artísticos incompatibles, los de Faulkner y el melodrama de los cincuenta, al menos tan incompatibles como Faulkner y cualquier intento por trasladar su prosa a imágenes, aunque se agradece el esfuerzo y sobre todo la elegancia de ese blanco y negro en una década de technicolor estridente.
juanvilla
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5 de febrero de 2024
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
21/21(24/01/24) Artificioso melodrama dirigido por uno de los maestros del género, el germano Douglas Sirk (nombre real Hans Detlef Sierck), con guion de George Zuckerman (“Escrito sobre el viento”), adaptando la novela “Pylon” (1935) de William Faulkner. Ambientada durante la Gran depresión, se centra en los conflictos emocionales a tres bandas que emanan de un hombre que adora, que necesita más a su profesión que a su propia familia. Una mujer, en el apogeo de su madurez es el centro de atención de nada menos que cuatro hombres. Protagonizada por un desubicado (ejemplo el discurso que da a su director [al parecer inspirado en el poema de T.S.Eliot titulado “Death by Water”] que parece estar leyéndolo tras la cámara) Rock Hudson (octava y última colaboración del actor con Sirk), que tiene una química muy forzada con la Malone, un rígido y a medio perfilar Robert Stack, una bellísima y sensual Dorothy Malone, la única que destaca con su sex-apple (unas piernas infinita mente sexuales)que desborda la pantalla (con estos tres intérpretes había trabajado Sirk el año anterior en “Escrito sobre el viento”), aunque con un papel bastante arbitrario en su comportamiento, con la que no empatizo, también un desaprovechado Jack Carson y un correcto Robert Middleton.

Una muy alabada obra por la crítica que a mí me ha sido, seguramente por las altas expectativas que tenía, un folletín telenovelesco que a los diez minutos se había telegrafiado todo lo que iba a ocurrir, y ya nada se sale del sendero trazado en su fatalismo. Aun teniendo sus buenos momentos, el conjunto me ha sido forzado, hecho con un molde prefabricado, donde todo el tiempo he tenido un déjà vu. Un drama tan sombrío como fosco. Lo bueno es que gracias a su minutaje de apenas una hora y a que el ritmo es fluido nunca te aburres, pero si me siento envuelto en un relato acartonado, muy teatral en su histrionismo constante.

Todo lo que es el envoltorio de la historia es muy estimulante, desde su preciosa fotografía de Irving Glassberg (“Horizontes lejanos”; murió el DP al año siguiente a la edad de 54 años) en glorioso b/n y en Cinemascope panorámico (el medio utilizado para competir contra la pujanza de la TV), en fuertes contrastes de grises, con mucho recurso expresionista alemán, con mucha toma holandesa, ángulos en altura, con utilización de reflejos en cristales cual alegoría de lo que esconde el verdadero yo. Como ingenioso es que toda la narración transcurra en Nueva Orleans durante la Fiesta Mardi Grass, contrastando el jolgorio entusiasta de este sarao de disfraces con este drama de perdedores, siendo muy simbólica el primer plano de un ‘Diablo’. Tenemos las escenas de aviación maravillosamente filmadas, al del principio con la mujer tirándose en paracaídas desde el avión, todo un prodigio, como las dos carreras aéreas, expuestas con brío e intensidad

Es un análisis fallido sobre lo imposible de alcanzar el Sueño Americano, abordando en su recorrido una radiografía sobre gente disfuncional, los inadaptados que buscan su (imposible) lugar en el mundo, sobre la obsesión enfermiza (en este caso a la aviación), estudio sobre el fracaso, habiendo lugar para criticar el trato que se da a los veteranos de guerra, recibidos como héroes y tras ello olvidados. Ello con un marcado sino fatalista, y para potenciarlo Sirk rueda mucho a sus personajes en interiores angostos para transmitirnos sus sentimientos aprisionados. Es la deconstrucción de unos seres a la deriva, solitarios entre la multitud, plagados de fantasmas interiores, todos infelices insatisfechos sumidos en la desesperanza de una huida hacia la nada sin frenos.

Y como es costumbre en Sirk da gran preponderancia a la mujer fuerte de carácter, sobre la que pivota la historia, de ella enamorada cuatro hombres (su marido, el amigo mecánico de este, el periodista y un viscoso patrocinador), lo que hace que las tensiones entre unos y otros sean incisivas.

Me ha resultado todo muy aparatoso en su clímax central, como es cuando el obsesivo piloto pide a su hermosa esposa que acueste (no se dice con esas palabras, pero a buen entendedor…), no me ha sido creíble no busque otras opciones más que hacer de proxeneta marital, y ya el colmo es que la mujer reflexiva que hemos visto hasta entonces lo acepte me ha sido grimante, no me cuadraba con su carácter. Y ya el momento del piloto prometiendo a su mujer dejarlo todo e instalarse tranquilamente fuera del mundo de la aviación me ha resultado de un manido, pues ya suponemos lo que viene a continuación. Siendo el colmo la ‘visita’ en el rush final del periodista Burke (Hudson) a Laverne (Malone) que está con el viscoso patrocinador (Matt Ord), me ha dado grima este tramo por la arrogancia Burke

Luego la parte final con el discurso del periodista a su director me ha sido metido con fórceps, nada natural. Y es que Rock Hudson está fatal durante la cinta, penoso, con un personaje sin chispa alguna, que ya en el rush final ha elevado la apuesta hasta resultarme irritante en su superioridad moral.

La escena en que Roger y Jiggs se juegan a los dados quien se casa con Laverne (que está embarazada del primero) me ha resultado un insulto a la inteligencia, de vergüenza ajena. Esperaba Roger que si ganaba Jiggs siguieran trabajando los tres juntos en esta situación? Y la opinión de ella no cuenta? Pues no dice nada ante tal despropósito de situación. Y así muchas de las cosas que pasan, muy sobreactuadas. Todo para un final que se supone me debe emocionar y me deja frío, pues no he empatizado con estos seres.

Melodrama sobrevalorado, me ha dejado inane en sus ganas a empellones de sensibilizarme. Gloria Ucrania!!!

PD. La película recibió tres nominaciones al Oscar (Dorothy Malone ganó como Mejor Actriz de Reparto).
TOM REGAN
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