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La sombra de la ley

Thriller. Drama Año 1921. España vive un momento agitado y caótico: son los años del plomo, fruto de los violentos enfrentamientos callejeros entre matones y anarquistas. El gansterismo y los negocios ilegales están instalados en la sociedad. En esta situación de disturbios, Aníbal Uriarte es un policía enviado a Barcelona para colaborar en la detención de los culpables del robo a un tren militar. Aníbal y sus formas no encuentran mucho apoyo entre sus ... [+]
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Críticas 85
Críticas ordenadas por utilidad
23 de octubre de 2018
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sombra de la ley es una nueva apuesta de Hispano Fox Film por el cine español en donde se ahonda en una época poco tratado en el cine de nuestro pais, y menos con un enfoque tan hollywoodiense en lo referente a la ambientación del Chicago de principios de siglo. Y es que en ese aspecto la película tiene un aire a los clásicos americanos de gangsters, con coristas pero traído a nuestro país, en concreto a la Barcelona de los años 20, aunque con unos elementos más propios de nuestro entorno.


En ese aspecto si por algo destaca la película es por magnífica factura, si bien se trata de la primer producción de gran presupuesto de Dani de la Torre (creador de la sorprendente "El desconocido"), lo más reseñable es el aspecto formal de la película. Ambientación perfecta, efectos conseguidos, planos increibles, escenas de acción o persecuciones contundentes son algunos de los elementos característicos de una película en la que destaca también el elenco protagonista, al menos en nombre.


Con Luis Tosar, Michelle Jenner, Vicente Romero, Ernesto Alterio, y Paco Tous como cabeza de cartel nos encontramos ante una película que no ha reparado en gasto en lo referente a gastos. Y es que encontramos caras conocidas del cine y la televisión que se encargan de sacar adelante una serie de papeles realmente flojos. Porque otro punto a destacar de la película es lo flojo de su guión.

Si bien la historia del grupo policial de acción inmediata, las tramas políticas o las luchas de los grupos marginados por aquel entonces pueden parecer interesantes a priori, el tratamiento que se lleva a cabo por parte del guión de toda la historia es disperso y poco acertado. Todos los elementos formales que hacen destacar a la película se diluyen en una serie de personajes llenos de tópicos, una historia sin gancho y unos giros de guión tan previsibles como continuos.

Y es que si bien hay personajes prometedores, como el Barón o el propio Aníbal, sus apariciones y diálogos poco aportan sobre su trasfondo que es vano y poco profundo. Por lo que según pasa el metraje la historia nos va importando menos, hasta alcanzar una resolución tan poco emotiva como satisfactoria que nos deja fríos. Todo el tema político y social (sindicalismo, anarquía, liberación de la mujer, corrupción) se trata de refilón, de manera algo sensacionalista, como queriendo hablar de todo, pero al final no se profundiza en nada.


Realmente la película sobresale en los aspectos técnicos, con planos maravillosos (si bien algunas escenas de cámara circular son algo mareantes y excesivas) en general nos encontramos ante una película que sobresale de la media del cine español en su factura, lo cual hace más doloroso la falta de calidad de su guión, lleno de diálogos vanos y relaciones superficiales. Otro aspecto a destacar el sonido, especialmente la magnífica banda sonora que entremezcla temas clásicos con una muy destacable canción operística interpretada con Ainoha Arteta, si bien la sensación general de la historia no emociona, podemos destacar algunos momentos en lo visual y sonoro.

En resumen, un intento fallido de desmarcarse de la producción patria clásica, una película con muchos más medios que fondo que si bien puede fascinarnos evocando tiempos pasados de una manera preciosista no acaba de ser una envoltura vacía de contenido.

Podeis ver más sobre esta película y otras en nuestro blog:
www.henrytecadelcine.com
novacd
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19 de octubre de 2018
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su segundo largo después de El Desconocido, Dani de la Torre nos ofrece un lujoso envoltorio carente de sustancia, pero muy entretenido. Recrea la Barcelona de principios de los años 20, la de los enfrentamientos entre grupos anarquistas y pistoleros a sueldo de la patronal, esa misma patronal que bendijo el golpe de estado de Primo de Rivera, recibió con toda clase de adulaciones al general Franco, se enriqueció todavía más durante la dictadura del gallego, y hoy acoge con entusiasmo los delirios supremacistas del innoble Quim Torra, títere del iluminado Puigdemont. Pero ésa es otra historia.
De la Torre ha visto mucho cine negro y ha sufrido un empache, de cuyas secuelas ha surgido La sombra de la ley. Los críticos hablan de influencias del noir de los 40-50, de Scorsese, pero en realidad, en mi humilde opinión, el realizador gallego de quién ha tomado buena nota es de Sergio Leone y su monumental Érase una vez en América. Incluida la banda sonora. Fijaos en el tema interpretado por Ainhoa Arteta: clarísimo homenaje a Edda Dell'Orso, la cantante que colaboró en los westerns de Leone, cómplice favorita de Ennio Morricone. Después de un comienzo fastuoso con el asalto al tren militar, y tras introducirnos en el cabaret Edén con un lujoso travelling de varios kilómetros, empiezan las bofetadas y los tiroteos, que menudearán a lo largo de la cinta. Impecable plasmación de la Barcelona del momento (digo yo; no estaba presente ni de lejos), que algún Goya de relleno le deparará, atinada descripción del clima corrupto vigente, tanto en la policía como en el bando de los señoritos, ingenua plasmación del bando proletario entregado a la causa anarquista, es decir, a la CNT, el Sindicato que mejor defendía los intereses de la clase obrera, si bien no se le menciona en ningún momento de la película, como si les diera vergüenza mentarlo. La trama es enrevesada y quedan algunos flecos sueltos y varias incoherencias, pero atrapados como estamos entre tiroteo y tiroteo, dejamos que la cosa fluya a sus anchas. Es una producción con empaque y ansias de gustar, y de recaudar mucha pasta, por supuesto. Pero al final te cansas de tantos movimientos de cámara envolventes, superfluos y repetitivos, como la misma trama, que da vueltas sobre sí misma sin acabar de evolucionar, hasta desembocar en otro grande finale impactante.
En cuanto al apartado interpretativo: Tosar está hiératico. No mueve ni un músculo. Reparte tortas y balazos sin despeinarse el peluquín. Eso sí, fuma como un poseso. Todos fuman. Ernesto Alterio, en el límite de la histeria, encarna al policía psicópata de turno, el Tísico, robando escenas sin el menor recato. Michelle Jenner, lo siento, bonita, estás fatal. Ni te crees el personaje, ni lo sientes, ni lo fagocitas. Lamentable. Espero que te repongas pronto. Y arropando la función, un montón de secundarios que sostienen la trama, muchos de ellos procedentes de las series televisivas, como Paco Tous, un valor seguro, Fernando Cayo, Pep Tosar... Y una morenaza de importantes atributos y cara gatuna que responde al nombre de Adriana Torrebejano, a la que auguro un brillante porvenir.
Dos horas, y no te aburres. No todo el mundo puede decir lo mismo.
Eduardo
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4 de octubre de 2018
21 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película comienza con el atraco de un tren militar repleto de armas, esto es lo que mueve a Aníbal Uriarte a investigar el caso para detener a los culpables. Hasta aquí todo bien, ya que esta será la trama principal y la misión principal del personaje. Conforme va avanzando la historia se nos va dando a entender que el personaje interpretado por Luis Tosar está algo atormentado y esto posiblemente sea el motivo por el que no suelte palabra hasta llevados una hora del metraje…pues bien, lo que le ocurra a Aníbal Uriarte quedará en tu intuición ya que nunca te lo llegaran a explicar. Si estás mostrando las quemaduras del personaje, me gustaría saber de donde vienen…

El guión lo firma Patxi Amezcua, aceptable en lineas generales, pero se resume en lo comentado en líneas anteriores…el querer mostrarnos distintas situaciones al mismo tiempo, con lo que patina un poco en el desarrollo, al no llegar a profundizar nunca en la historia. Se nos presenta un mix de cada uno de los problemas que representan esta época y entiendo que dos horas, son dos horas… pero cuando se da a entender algo, una como espectadora, quiere comprenderlo y que se deje cerrado. Por el contrario no me lo empieces a contar.

Sin embargo, en general, la sensación es buena y refleja una situación propia de la época necesaria de conocer. Nos encontramos en unos momentos en lo que todo estaba corrompido y la mujer se encontraba en una situación de lucha constante, tanto para las que se atrevían a levantar la voz como para las que estaban en una situación de sumisión. Estas últimas no podían hacer otra cosa, ya que se encontraban oprimidas bajo la mirada del hombre.

Así que bien, salvo en contadas ocasiones, la trama me ha parecido en lineas generales demasiado previsible. La típica escena de hacer creer al espectador que un personaje va a morir por manos de otro pero de repente llega un tercero que lo salva, está muy manida, y esta película abusa de situaciones así, del si pero no.

La Sombra de la Ley está hecha para disfrutar de cada plano debido a su espectacular montaje como a su espléndida fotografía. La utilización de los colores vivos del cabaret se sincronizan y acoplan a la perfección con la oscuridad de los trajes y de la época.

Por otro lado para los apasionados de este género, el agitado ritmo que lleva la película es propio de un film de estas características, con lo que es fácil que cumpla con sus expectativas y quede satisfecho al finalizar el metraje. Tiene mucha acción, bien repartida y dosificada, por lo cual las dos horitas que dura el metraje, no se hacen largas, y pueden resultar bastante entretenidas.

Y la última cosita que destaco son las interpretaciones. Muy correctas y entre ellas, una en especial, la de Ernesto Alterio, y es que cada vez me parece más camaleónico y no encuentro ni una similitud entre cualquiera de sus personajes. Y cuando no ves al actor por ningún lado, ni reconoces un gesto o mirada común entre los trabajos que haya realizado éste con anterioridad y solo ves al personaje…entras directamente en lo que yo considero la categoría de maestros. Así que un aplauso por mi parte para este extraordinario actor, al que no hace mucho tiempo pasaba desapercibido para mí, pero la madurez y el buen hacer de sus últimos trabajos me ha ido conquistando poco a poco, papel tras papel.

Y muy seguido de éste se encuentra Manolo Solo interpretando al Barón. El actor borda de forma magistral a un malo malísimo, tanto que cuesta reconocer al actor y no sólo por la caracterización del mismo.

Una cosa que me separa un poquito de Dani de la Torre es el aire de producción americana que terminan teniendo sus películas. Su anterior obra “El Desconocido” ( 2015) me gustó bastante y me pareció trepidante pero llegados a los últimos minutos cobraba un aire a americanada que me dejó un tanto fría, pues bien La Sombra de la Ley está cargada de este aire de principio a fin. Así que es de imaginar mis sensaciones durante esta película.

Respecto a la dirección, hay situaciones poco creíbles y un tanto forzadas que hace tambalear secuencias que podrían ser bastantes buenas tanto por ritmo como por interpretación. No es creíble que si una persona es arrestada por un oficial, éste último le brinde un tiempo para hablar con la prensa, más cuando hasta hace un segundo ya había utilizado la porra contra él. Sin embargo, ahora es un alma empática y comprensible. Entiende que tenga que dar la versión de los hechos y esperar a que atienda sus necesidades.

Muchas veces tienes la sensación que gran parte de las situaciones son simuladas y que todo se resume con un ” como que “… vamos a hacer como que estamos protestando, voy a hacer como que soy malo, voy a hacer como que soy gánster… y esto hace que algunas escenas rocen la comedia no pretendida y caigan en el cliché de intentar imitar los top of the top del cine negro. Y sí, el sombrero y la gabardina lucen mucho pero no es todo un outfit.

Por otro lado las huelgas por parte de los anarquistas están dirigidas casi como si fuera una coral, uno habla y el resto lo escucha atónitos, se respetan los tiempos de cada uno y todo el discurso va de una manera muy ordenada. Dani de la Torre… ¡ ni en una clase de instituto ocurre esto ! Ni cuando haces cola en el supermercado… ¿va a ocurrir cuando un pueblo está desesperado y desbordado por las circunstancias ? Yo creo que no…echas de menos que estas situaciones se den de una manera más orgánica.

Si no eres aficionado al género policíaco, y no buscas otra pretensión en La Sombra de la Ley que no sea el puro entretenimiento y pasar un buen rato en la butaca, al fin de acabo el cine también es eso, está es tu película. Si por el contrario eres aficionado a este tipo de cine, seguramente sacarás más jugo al filme y no puedes perdértela.

Escrito por Almudena Bueno
https://cinemagavia.es/la-sombra-de-la-ley-pelicula-critica/
Cinemagavia
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20 de octubre de 2018
16 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La Sombra de la Ley” (2018).
-‘Yo no me fío de los hombres que no tienen ideales.'
-‘Tampoco te fíes de los que sí los tienen.'
Dani de la Torre vuelve a contar con el infalible Luis Tosar y la bella Michelle Jenner para narrarnos esta interesante historia ambientada magistralmente en la Barcelona de 1921, año convulso donde los haya, y en la que nos acerca a los problemas laborales y de corrupción política y policial de aquella época... os suena, ¿verdad?... no era tan diferente a nuestro tiempo, sin duda.

Al policía venido de Madrid a echar una mano a la corrupta brigada de información barcelonesa en el caso de un importante atraco en la capital catalana -Tosar- se le une una activista de ideas anarquistas, Jenner. Como secundarios destacan un sorprendente y desagradable Ernesto Alterio (estupendamente caracterizado), y el gaditano afincado en Sevilla cerca del barrio de S. Pablo, Paco Tous, quien encarna a un importante sindicalista. Un hombre justo y contrario al uso de la violencia, que nos da una lección de comportamiento con su honestidad e incorruptibilidad.

La factura en general de la cinta es poco menos que impecable: unas interpretaciones magníficas, una banda sonora preciosa y muy ajustada al ritmo de las escenas, un vestuario perfecto, y hasta unas escenas de acción y de lucha dignas, pero lo que en mi opinión destaca sobre todo en el largometraje que nos ocupa es el diseño de producción y los efectos especiales. Como dijo alguien una vez en referencia a los efectos de la película Black Hawk Derribado, unos buenos efectos especiales son aquellos que no se notan. Y en "La Sombra de la Ley" los efectos visuales no se notan.
Aunque el filme pueda llevarnos a recordar la obra maestra de Brian de Palma "Los Intocables de Eliott Ness", o incluso la extraordinario thriller de los hermanos Coen "Muerte Entre las Flores", la producción (española) que nos ocupa no llega a tanto, pero es notable indiscutiblemente.

“Nena, la vida es de todo menos justa."
Para concluir creo que puedo decir, sin miedo a equivocarme, que la fidelidad histórica de la obra de Dani de la Torre es muy ajustada; en ella hace una crítica al férreo capitalismo y a la corrupción policial y política de la época precedente al golpe de Estado de Primo de Rivera, y antesala de la II República Española, donde mientras los hombres de bien luchaban por sus derechos, el poder corrupto de los ricos y poderosos hacía lo que fuera necesario, por indeseable que fuera, para conseguir sus objetivos.

Raúl Cabral.
Raúl
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30 de octubre de 2018
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me repito más que el ajo, pero si el cine tiene algo que le diferencia de las demás artes es su capacidad mágica de transportarnos casi de inmediato a épocas pasadas, que no vivimos pero de las que hemos leído y oído muchas veces. Este el caso de este atípico film, que nos lleva a la Barcelona de 1921 y a la violencia callejera que la lógica política y sindical imponía en aquellos momentos, ya se sabe, anarquistas, caciques, políticos.

Quizás los que no estén al tanto de esa época se sorprenderán con la facilidad con que se mataba antes, en la época de nuestro abuelos o bisabuelos, según la edad que se tenga. Vivimos en un época bastante pacífica, al menos en nuestro entorno, y deberíamos saberlo apreciar y no adherirnos a esa moda de despreciar tiempos pasados de forma casi automática.

Ignoro cómo demonios se ha podido reproducir con tanta precisión las calles y plazas barcelonesas; imagino que a base de mucho ordenador, pero el resultado es excelente. El guion no lo es tanto, sin llegar a ser malo. Sería como una historia más, de las que muchos que debió haber, de luchas intestinas políticas, sindicales, etc…, sin grandes alardes pero bien narrada, con el poder de por medio y los contrapoderes de rigor. Como siempre, lo que más veracidad da es la presencia de Luis Tosar, que convierte los decorados en reales.
Luigi
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