La sombra de la ley

Película de policías y gangsters, aunque Dani de la Torre (director) pretenda presentarla como un film político, histórico y social.
Lo mejor: los actores Ernesto Alterio (y eso que está muy desaprovechado) y Luis Tosar.
Abundancia de licencias de guión que resultan indignantes al final cuando el espectador descubre que se le quiere dar valor histórico al film, entonces da risa y rabia, por la ignorancia absoluta que director y guionista muestran de los anarquistas, de la anarquía, de la historia de la CNT, de los acontecimientos de principios del siglo XX en Barcelona. Ponen en boca de Sara (interpretada por Michelle Jenner), obrera anarquista y feminista, palabras y propuestas que jamás emitiría un anarquista a un policía y que marca el desconocimiento de la ideología, los procedimientos y la forma de actuar de los anarquistas a lo largo de la historia.
Si vais a verla, pasaréis 2 horas entretenidos, recordando aquellos filmes de "Al Capone", "Los Intocables", etc... Gangsters, policías, corrupción y complicidad de los poderes políticos y económicos. No esperéis más.

Yo no suelo escribir aquí. Más por pereza que por otra cosa, porque en realidad me encanta el cine, y lo demuestro con hechos, viendo cada año 200 o más títulos intentando conocer sus entresijos técnicos, directores, etc...
Pero viendo el trato que se le está dando a esta estupenda película por parte de muchos de los (pocos) usuarios que están opinando, creo que debo escribir algo para partir una lanza a favor de un producto patrio con excelente factura, actuación y aspiraciones.
Acabo de verla en el festival de Sitges, y sin conocer absolutamente nada sobre ella previamente a su pase, me sorprendió por una puesta en escena mucho más cuidada de lo que por estos lares suele estilarse. Sin reproche ninguno al trabajo actoral liderado por un Alterio en estado de gracia, un Tosar haciendo de duro de Hollywood, una Michelle estupenda como siempre y otros muchos personajes que cumplen a la perfección con su labor.
La labor de producción brilla con fuerza también en la reproducción de unos años 20 convulsos políticamente, y si es verdad que el guion quizás no refleje bien las sutilezas políticas de la época, nos facilita las cosas, los polis son corruptos y malos, los anarquistas y socialistas (la izquierda en general) son buenos, los ricos son lo peor, etc.., lo que representa un buen espectáculo es la acción, dura y contundente, sin miramientos. Los puñetazos duelen, las ejecuciones son secas y ver ese Alterio completamente desfasado es un placer culpable.

Por eso, creo que se le debe dar una oportunidad. Yo generalmente no comulgo con el cine español. No me gustan sus temas, ni en general su ejecución (excepto el maestro Alex de la Iglesia, que está más allá del bien y del mal, Balagueró, Plaza, etc... todos ellos del fantástico), pero cuando una cosa está bien hecha es justo reconocerlo, y es lo que hago ahora.
De todas formas, cuidado!, últimamente se están haciendo muy buenas películas aquí (Que Dios nos perdone, El reino, Tarde para la ira, Grupo 7, ....) y a lo mejor es tiempo de cambiar nuestras percepciones.

Acudirás pensando en encontrar un policíaco con un siempre interesante Luis Tosar, acción de la buena y un entramado político social a la medida. No entraremos en analizar esa época convulsa que nos escenifican porque lo que nos interesa es la película en sí y el porqué se han elegido esos tristes episodios, pues bien, el motivo es el equivalente a cualquier otra década: corrupción y violencia. Para ello encontramos escenarios sobredimensionados basados en mostrar con profusión vehículos a lo Dillinger (seguro que no había más entonces que carretas con borricos) y tortazos a lo Guy Ritchie, pero hasta ahí, después, y es la verdad, no hay más que telenovela barata de sobremesa con personajes todos antipáticos, sin gancho, ni siquiera un romance algo atractivo, al revés, feo y sin interés, sin erótica, y no hay erótica ni ahí ni en el poder.

La cámara gira sin fin alrededor de las bailarinas una y otra vez hasta que te das cuenta que las secuencias son las mismas que las anteriores, unas y otras. La música solemne de cámara sube horrible hasta el punto que buscas el mando para bajar el volumen cuando te das cuenta que estás en el cine. Luego siguen los mismos escenarios y las mismas secuencias como episodios de una telenovela unidos para largometraje, pero irreal, con una calle de Barcelona llena de gente que parece más la 5ª Avenida de hoy día. No, no puedes cambiar de canal.

Fatal en concreto. Parece, pero no lo es. Paco Tous no voy a decir que sea mal actor, pero aquí no pinta nada con su físico, no me lo creo, lo veo ajeno a la película y a su papel. Michelle Jenner no despierta ningún sentimiento y eso que lo intenta como todos, le pone ganas, pero amigo, el guion, la historia, el libreto, eso es lo importante. Creo sinceramente que Dani de la Torre tenía que haberse visto mucho cine policíaco, cine negro americano de los 40, de los 50, para haber sabido tirar por una línea concreta que uniera inicio con final siguiendo una intriga.

Ha abusado en un momento puntual de una violencia muy gratuita para querer mostrar eso, una película violenta y llena de acción, pero amigo, la violencia gratuita sin más causa un efecto contrario. La violencia debe estar siempre al servicio de la intriga, de la trama, del personaje, nunca de la sinrazón, del porque sí. Ver spoiler. Al final comprendes que no has visto nada más que una y otra vez lo mismo, es aburrido ver al Barón repetirse en las mismas secuencias, la misma charla, un personaje sin progreso ninguno. Termina importándote un bledo quién es ese, el otro, y si pasa eso o lo otro. Te da igual porque es muy mala película.

Cuando vi el tráiler de la película, pensaba que Dani de la Torre había cruzado el charco y había hecho una película tipo Érase una vez en América o Los Intocables de Elliot Ness. Ése es el problema. La ambientación parece el Chicago de los años 20, no la Barcelona de principios de siglo. En esa época había pistolerismo, huelgas, piquetes, anarquistas, obreros contra patrones, asesinatos, pero el gansterismo es un fenómeno estadounidense, como el western o la mafia, que no puede aplicarse tan alegremente a otro país, y menos a una España que, en esa época, era pobre de solemnidad y atrasada con respecto al resto de Europa. Teniendo en cuenta que la ambientación lo es casi todo en la película, el resultado final es lógicamente decepcionante.

Vivimos tiempos confusos, donde tanto directores, productores, como guionistas, ignoran lo que busca el espectador. Por eso tal vez nos encontramos ante una ambientación lujosa, descarada, con impresionante atrezo, para caracterizar un producto al margen de la Barcelona de los años 20; mal retratada, carente de fidelidad a la época y la ciudad.

Luis Tosar sigue creciendo como actor, algo que parecía imposible. Nos encontramos ante el mejor profesional del momento, el más completo y versátil de los que se mueven en este complicado universo cinematográfico.

La película se ofrece gestionada desde la fachada, intentando cubrir sus deficiencias, a través de una mirada deslumbrante y seductora, a la vez que vacía de contenido.