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Sección especial

Drama Agosto de 1941. El gobierno de Vichy ha creado una Sección Especial cuyo objetivo es la ejecución de chivos expiatorios para aplacar la ira de los nazis cuando algún oficial alemán es asesinado por la Resistencia. Las víctimas, cuatro comunistas y dos judíos elegidos aleatoriamente, serán juzgados por un tribunal corrompido. Mientras que un joven magistrado intenta hacer valer sus influencias políticas para conseguir el indulto, uno de ... [+]
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
4 de febrero de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la escusa habitual que suelen defender los poderes del estado para justificar lo insostenible lo indefendible y lo injusto, ya sea el poder ejecutivo o el poder judicial. No es la primera vez ni será la última, y lo que es más grave es que sigue sucediendo en países que presumen de ser democráticos. La película de Costa-Gavras, en mi opinión, se decanta excesivamente más por el tema político que por el tema humano que, a mi entender, hubiera resultado más ameno y cercano al espectador y menos farragoso y burocrático. Con guión del propio cineasta y el escritor y militante comunista, Jorge Semprún que llegó a ser ministro de Cultura con el gobierno socialista de Felipe González, la cinta recrea aquellos nefastos años para la historia de Francia durante la Segunda Guerra Mundial.

Una cinta de denuncia y corrupción, poco conocida en España, editada en versión original, con subtítulos en DVD, que se explaya en describir los trapicheos y enjuagues políticos que se cometieron durante el mandato del gobierno colaboracionista y sumiso de Vichy ante la ocupación alemana. Mediante presiones de los alemanes al títere gobierno francés que prevaricaba junto a los magistrados con leyes retroactivas y sentencias injustas y amañadas. Porque no estaban dispuestos a renunciar a unos privilegios. Los políticos y la judicatura se relajaban en lujosos balnearios de reposo y asistían con pompa y boato a las representaciones operísticas (Boris Godunov), mientras los alemanes perseguían a la resistencia que saboteaba el yugo de la esvástica alemana.

Costa-Gavras es un cineasta prestigioso que se caracterizó por realizar un cine comprometido políticamente en defensa de las libertades, francés de origen griego, ganó el Oscar extranjero con “Z” en 1969, en su cine de denuncia ha criticado el estalinismo soviético (La confesión), la dictadura chilena (Desaparecido), el racismo en los EEUU (El sendero de la traición), y el holocausto judío (La caja de música). Aunque el tema de “Sección especial” denuncia unos hechos muy graves, como era dictar injustas sentencias, algunas de muerte, artísticamente no me parece de las mejores del director.
Antonio Morales
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19 de marzo de 2015
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de descubrirse como un realizador brillante con Z. (Z., 1969; antes había realizado un par de filmes sin trascendencia) donde arremetía contra un trágico incidente que había tenido lugar en su país de origen, Grecia, como había sido el asesinato del político Grigori Lambrakis, Costa-Gavras se dedicó a revisar parte de la historia de su país de acogida, Francia.

Es el caso de Sectione Spéciale (Sección Especial, 1975) que tiene la intención de enseñar al público contemporáneo (específicamente el francés) uno de los episodios históricos más triste de su historia, como fue la colaboración con el régimen nazi durante la segunda guerra mundial. La película consiguió diversas nominaciones importantes, como la de mejor película en el festival de Cannes o la de mejor película extranjera en los Globos de Oro.

La película nos adentra en el Gobierno de Vichy, presidido por el Mariscal Pétain. La primera secuencia ya nos presenta el deplorable panorama político y la situación en la que se encuentra Francia. El país se ha vendido a Alemania, con tal de salvaguardarse. Uno de los debates que se desarrollan a lo largo del metraje, aunque siempre en un segundo lugar o como conclusión a lo visto es precisamente el concepto de nación. ¿Qué sentido tiene “guardar” a Francia cuando la ocupación subvierte todo lo conseguido durante siglos como es la justicia?

La primera parte del filme nos presenta un grupo de jóvenes comunistas que no estando de acuerdo con la ocupación, deciden realizar una serie de atentados, asesinado a soldados alemanes. En realidad nos encontramos con la parte del filme más ligera, que sirve como introducción del auténtico eje del filme. Y es que en la segunda parte de la película, el gobierno francés decide por su propia iniciativa ajusticiar ciertos reclusos con la intención de contentar a las fuerzas de ocupación, con el pretexto de que sino lo hacen ellos, la represión alemana será peor, cosa que una de las secuencias que tiene lugar entre dirigentes nazis desmiente, con lo que el filme hace recaer la culpa de manera directa sobre responsables franceses, algo muy importante a tener en cuenta (y sino fijémonos en el texto final, que tiene la clara intención de señalar como los culpables han salido totalmente impunes).

En esta segunda parte es donde Costa-Gavras destapa sus cartas. A diferencia del montaje, acelerado y con recursos poco ortodoxos que nos encontrábamos en Z. en Sección Especial esta segunda parte transcurre en apariencia con un corte más clásico. La película desarrolla la corrupción de la justicia por parte del poder, que no tiene reparos en moldear la ley a su antojo. Lo que había promulgado Montesquieu con tanta entereza queda derogado por la voluntad política.

El meollo del filme puede resultar en realidad bastante desangelado y poco apasionante para un espectador poco acostumbrado a un tipo de cine más bien pausado, como en líneas generales es el Judicial al que se circunscribe el género del filme. Pero lo cierto es que la película se toma todos los requerimientos necesarios para ir desarrollando su tesis. Si no fuera por este desgranaje, esta disección pausada (seguramente por el tono relajado que tiene Sección Especial en comparación con otras películas del mismo cineasta la haya condenado a un destierro parcial) que realiza la película sobre la corrupción política, no sería posible la crítica certera que queda finalmente en el filme. Poco a poco vamos siendo testigos del desastre colaboracionista, que no tiene reparos en utilizar leyes con carácter retroactivo (para castigar y abrir casos ya condenados anteriormente), sobornar todo tipo de jueces, y finalmente asesinar gente por delitos totalmente menores.

La película no se centra en un personaje principal exclusivo, sino que como vemos, tienen la intención de denunciar un hecho en concreto. Por eso no existe un narrador específico, sino que se plantea una omnisciencia que tiene la intención de retratar ciertos aspectos de la Francia ocupada.

Formalmente la película resulta muy interesante. El cineasta sabe adaptarse a cada momento de la película. Durante la primera parte, cuando somos testigos del asesinato del soldado nazi que desencadena todo los juicios por parte de los rebeldes franceses, el filme tiene un aire mucho más ligero, y se permite detenerse en alguna secuencia ciertamente estética e impactante, como el asesinato del alemán y la huida posterior (mostrada en cámara lenta). Mientras que cuando el cineasta se sitúa en la pura teoría Costa-Gavras sabe revestir al filme de unas pretensiones mucho más intelectuales. Incluso durante los fugaces flashbacks que transcurren durante el juicio (en la mente de los acusados), el director presenta sus credenciales a aquellos críticos que afirman que el cineasta es incapaz de realizar filmes que vayan más allá de su condición política.

https://neokunst.wordpress.com/2015/03/19/seccion-especial-1975/
Kyrios
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6 de febrero de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra obra de denuncia tipica de Costá-Gavras en su época esplendor, en está ocasión en la supuesta Francia libre de Vichy. Observamos con un marcado tono entre documental y teatral, como los gerifaltes del gobierno conspiran para cambiar las leyes a su antojo y conveniencia, los miembros de la resistencia, son jovenes, guapos y idealistas, por otro lado, los miembros del gobierno, son viejos, con achaques y no precisamente guapos, un poco de maniqueísmo que no falte. No está mal, pero Costa- Gravras las tiene mejores ciertamente. le falta un poco de ritmo y le sobran algunas escenas repetitivas y algo pesadas, hay cosas que no hacen falta explicarlas 2 veces, la verdad.
zuriman
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4 de marzo de 2023
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
56/28(28/03/23) Sugestivo drama francés dirigido por el combativo políticamente Costa-Gavras , formando parte este film del ciclo de películas políticas de: Z (1969), L'Aveu (1970), Estado de sitio (1972), así como la película de Henri Verneuil , Yo... como Ícaro (1979) los cuatro con Yves Montand en el papel principal, mientras que aquí el último aparece sólo fugazmente. Estas películas tienen el hilo conductor entre el mundo político y la justicia, y Section Spéciale no es una excepción, la diferencia de sus predecesores, es que esta cinta es una semificción hecha a partir de hechos reales, meticulosa reconstrucción de hechos históricos, establecidos esencialmente según el libro de Hervé Villeré, no se basa en los archivos judiciales franceses -a los que se le negó el acceso- sino en los archivos alemanes, con guion del propio director heleno y del madrileño Jorge Semprún.

La película es una obra coral, que hace un mosaico de personajes y situaciones para denunciar la cobardía del Régimen galo de Vichy durante la WWII, su connivencia y mansedumbre ante el invasor y opresor nazi. Tema interesante como se puede retorcer la ley desde el estado, con un aparato judicial dócil se convierte en un arma arbitraria e injusta, para congratularse con los que mandan. En este sentido son rayos de esperanza las personas que se levantan contra las injusticias con dignidad, integridad y orgullo. Este contraste entre el poder corrupto y la plebe que intenta rebelarse, es visto con estereotipos un tanto simplistas, pues a los gerifaltes los vemos en operas sibaritas, banquetes, spas, mientras a las víctimas del sistema los vemos en calles, con bicis, o en prisiones.

El problema de la estructura narrativa es que la película solo se quita el corsé de lo cuasi-documental en raras ocasiones, todo resulta instructivo y didáctico, deja un poco de lado el drama humano, los acusados en esta pantomima de juicios son entes que no conectan emocionalmente con el espectador, aunque hay ingenio al salpicar de flash backs el pasado de algunos, esto no es suficiente, solo tiene algo de dimensión humana un periodista, Lucien Sampaix, fue secretario general del diario 'LHumanité', órgano oficial del Partido Comunista Francés (PCF), que lanza un incendiario discurso ante el tribunal, exponiendo el fétido teatrillo que han montado. Se gusta más el director en medio de discusiones políticas y debates sobre el sentido del deber, la obligación de vida.

El film comienza de forma alegórica, cuando vemos a los gerifaltes del gobierno francés de Vichy (los colaboracionistas con Hitler) en una ópera, donde hay unos rusos que dicen que van a sufrir. Estamos instalados en la situación de que Stalin era aliado de Hitler, el Mal con el Mal. Tras el comienzo de la operación Barbarroja (la invasión nazi del territorio stalinista), los comunistas pasan a ser enemigos. Esto expuesto en una discusión entre el ministro de justicia y Cournet (Michel Galabru), donde el de justicia habla sobre lo que representa cada bando, la 'civilización occidental' vs 'barbarie asiática', Cournet replica sobre las consecuencias del pacto Stalin-Hitler, y de cómo su ruptura por hace que sea más fácil distinguir el Bien del Mal, cuando las dos representaban realmente Guatemala y Guatepeor, y viceversa

En agosto de 1941, dos meses después de la invasión de la URSS por la Alemania nazi, una manifestación de militantes comunistas fue duramente reprimida por la policía francesa, lo que se saldó con numerosas detenciones. Como forma de rebelión contra las acciones represivas de los alemanes y el gobierno colaboracionista, el 21 de agosto de 1941, Pierre Georges, un comunista, cometió el primer ataque asesino contra las tropas de ocupación al asesinar a un soldado de la Kriegsmarine (famoso "ataque al metro de Barbès"), oficial de la marina alemana fue asesinado por un militante comunista en medio del metro de París. Esto filmado con gran pulso narrativo en intensidad, con recursos estéticos que enfatizan la tensión como es el slow.

Como represalia, los nazis exigieron la condena y ejecución de seis franceses, de lo contrario matarían a 100 rehenes franceses, que serían elegidos al azar. Para tratar de evitarlo, el gobierno de Vichy, encabezado por el mariscal Pétain (lo oímos, pero solo lo vemos a través de sus mangas llenas de estrellas militares; Pétain dirigió el gobierno colaboracionista de Vichy en el sur de Francia hasta que los alemanes e italianos invadieron la región en noviembre de 1942), decidió crear una Sesión Especial de Justicia, con el fin de juzgar, condenar y ejecutar rápidamente a seis presos franceses, aunque ya hubieran sido condenados por delitos menores (producción o distribuir panfletos, robar bicicletas, producir textos de crítica a los nazis, etc.), para ello el ministro del Interior Pierre Pucheu (Michael Lonsdale) retorció el derecho y propugnó leyes de carácter retroactivo inmediato.

Se hace una rica reflexión sobre los dilemas morales de si es mejor rebelarse contra la tiranía, o intentar compadrear con ella para que sea más laxa en sus acometidas, en este caso sacrificar con una contorsión hedionda de las leyes a seis pobres hombres, o dejar que sean los nazis los que sumariamente ejecuten a 100 rehenes. Y es que los implicados en estas parodias de juicios con la condena a muerte ya prescrita de ante mano, veían en este plan un modo de atenuar las represalias nazis, un modo de tener parte del poder y que este fuera menos arbitrario. De hecho, es lo mismo que el mariscal Pétain esgrimió para pactar con los hitlerianos, es en realidad una discusión sustanciosa. Pero tenemos la sensación de que los franceses que manejaban la justicia en este caso, eran más papistas que el papa... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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20 de mayo de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los rasgos que caracterizan a este singular director es la meticulosidad con que afronta y desarrolla cada proyecto.
Aquí, es fluido el ritmo toda la película, algo nada fácil cuando no tiene, prescinde de la acción.
Una vez más demuestra que se puede abstener de acrobacias visuales con un resultado muy entretenido.
Otro rasgo es que busca hasta la saciedad ir a la esencia de los hechos, consiguiéndolo con creces.
Evita el maniqueímo y rebusca en la vertiente humana de las personas.
Nos muestra como se formó una 'sección especial' en la Francia de Vichy para juzgar ilegalmente y castigar actos de sublevación de la resistencia contra los invasores nazis, con la pena de muerte para cubrir las apariencias.
El régimen colaboricionista de Vichy es analizado con minuciosidad quirúrgica.
Interesante documento histórico de una época turbia, sucia como un pozal lleno de excrementos.
Zappianin
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