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Los intrépidos y sus máquinas voladoras

Comedia. Aventuras En 1910, tiene lugar una gran carrera entre Londres y París que es patrocinada por el rico editor de un periódico británico. Los participantes proceden de todas partes y protagonizan toda clase de peripecias, rivalidades y aventuras amorosas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
17 de mayo de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi adolescencia, además de las pelis que veía en mi internado salesiano que eran muchas y buenas, algunos sábados que podía ir a mi ciudad, a El Puerto de Santa María, no dudaba en ir a uno de la más de media docena de buenos cines que teníamos activos en la época en que se estrenó este film.

De manera que me fui al Teatro Principal, un hermoso cine-teatro que con los años habría de incendiarse lamentablemente. Pero vayamos a la peli. Fui a un palco y mi recuerdo de aquellos entonces fue el divertido rato que pasé bajo la batuta del prolífico Kenneth Cooper "Ken" Annakin (a continuación haría la “La batalla de las Árdenas”). La cinta es una humorada-bufonada bien llevada con el cuento de una gran carrera aeronáutica en 1910 entre Londres y París, patrocinada por un editor de prensa inglés, en la cual contienda se suceden todo tipo de incidentes, competencias y romances.

Tiene la peli un genial guión de Jack Davies y el propio Annakin, muy divertido con sus mil ingeniosidades que siempre dejan en ridículo a los nacionalistas del Kaiser. Música envolvente y acorde de Ron Goodwin, y una bellísima fotografía de Christopher Challis. Los recursos técnicos estupendos y una ambientación buena, con réplicas de aviones antiguos muy logradas.

El reparto es muy adecuado y bueno con Stuart Whitman encabezando el cartel, rodeado de actores y actrices notables como la bonita Sarah Milles, Robert Morley con su singular facies austera como el dueño del periódico patrocinador, el maravilloso Terry-Thomas siempre con ‘sus cosas’, encarnando al villano Sir Percy Ware-Armitage, rol que le va muy bien; Alberto Sordi –nada menos; Eric Sykes como el pícaro criado saboteador; el humorista Benni Hill, poco destacado; o un jovencísimo James Fox esplendente.

Digamos que es una cinta a la que la edad de le nota, pero que viene muy bien para una sobremesa, para pasar un feliz rato de humor sano, sin ordinarieces ni ocurrencias en exceso mordaces.
Kikivall
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26 de julio de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estrenada en USA el 16 de junio de 1965, Those Magnificent men in Their Flying Machines (Aquellos Chalados en sus locos cacharros, dirigida por Ken Annakin en 1965. Realizador de cerca de una cincuentena de películas en las que ha tratado temas como la aventura, la comedia, la intriga, el drama o el romance entre otros donde la multiplicidad de situaciones se genera continuamente.

Era la época de un conjunto de películas donde el espíritu aventurero, la revancha o la carrera por ser el vencedor de algún sustancioso premio, pone en escena el amplísimo elenco que tan generosamente intervino en sus logros finales siendo considerados hoy en día como grandes clásicos de la comedia de aventuras.

Tras una suculenta presentación del Narrador (James Paterson Justice) junto al Hombre probador (Red Skelton) a través de diferentes periodos históricos, la película nos sitúa en los albores del siglo pasado, teniendo como testigo la locura de una serie de personajes que, dejados llevar por la nueva maravilla de volar con grandes e ingeniosas máquinas creadas por arriesgados incompetentes (¡solo en algunos casos, claro!).

La situación llegó a provocar una reacción en cadena a la llamada de cualquier suculenta competición financiada, como no podía ser de otra forma por un amante de las inversiones y del buen nombre de su país: Lord Rawnsley (Robert Morley) y la hábil intervención de su preciosa hija Patricia Rawnsley (Sarah Miles), y de su prometido a medias… Richard Mays (James Fox).

Lo que Annakin nos muestra a continuación es un bullicio de enfrascados participantes en los preparativos de tan magno acontecimiento: momentos en los que las tropelías, los accidentes, las indirectas entre competidores, o algún que otro momento amoroso abren el camino hacia los cielos que les llevará hasta la arriesgada y peligrosa aventura de cruzar un canal que les llevarán hasta la meta deseada.

Aventureros como el americano Orvil Newton (Stuart Whitman), el elegante padrazo y conde Emilio Ponticelli (Alberto Sordi), el mujeriego enamoradizo Pierre Dubois (Jean-Pierre Cassel), el noble japonés Yamamoto (Yujiro Ishihara), o el estricto Manfred Von Holstein (Gert Fröbe) y, sin olvidarnos de fullero Sir Percy Ware-Armitage (Terry-Thomas); nos ofrecen en conjunto una multitud de situaciones que en algunos casos ronda la fullería tramposa y malintencionada de algunos de ellos con evidente y obligada participación de personajes de dudosa fiabilidad.

El mayordomo con sed de venganza reprimida Courtney (Eric Sykes), o la encantadora enamoradiza Brigitte, Ingrid, Marlene… (Irina Demick), son personajes imprescindibles en la trama para conseguir los objetivos de Sir Percy o los de Pierre, aunque por motivos bien diferentes; casos muy distintos que gracias a la intervención inicial de un dudoso cuerpo de bomberos dirigido por su jefe Perkins (Benny Hill) ponen a punto la extraordinaria carrera aérea más espectacular que ser humano alguno hubiese podido presenciar.

La evolución de los acontecimientos nos permite asistir al verdadero espíritu competitivo de unos, a la realidad imposible de otros, al espíritu científico-competitivo de algún iluminado aeroplanista o a la entrega sentimental de quien sabiéndolo desde los principios de la aventura deberá encontrar la solución en meta.
avanti
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6 de mayo de 2020
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¡1965! Ya se estaba preparando el asalto a la Luna mientras otros rendían homenaje a los entusiastas que, solo cincuenta años antes, intentaban despegarse del suelo. Estamos ante una gran producción, una cinta espectacular, que lo es porque se produjo en 1965. Es la esencia del cine, poder contemplar lo que de otro modo tendríamos que ser capaces de imaginar.

El gran mérito de este trabajo está en la recreación de un buen número de artefactos que, con un mínimo de materiales, echan a volar y vuelan. Lo más parecido a un ultraligero de nuestros días pero con una ingeniería más rústica. En una escena, supuestamente pilotado por Alberto Sordi, levanta el vuelo "algo" que no es un avión pero que consiguen que vuele. Es una gozada. También lo es la generosa exhibición de numerosos automóviles de época que desfilan impecables para nuestro deleite.
Añade también el mérito de notables masas de extras en varias escenas, y todos aparecen ataviados con trajes de la época.

Es colorista, dinámica, con toques ligeros de humor, no ofende... bueno, cierto es que a solo veinte años del final de la Guerra Mundial, los personajes alemanes se presentan ridiculizados y el héroe americano se lleva todos los triunfos. En su dispensa, siendo una producción británica, decir que los aviadores ingleses no resultan muy favorecidos. Uno es ruin y tramposo y el otro un petimetre (sí, todavía algunos usamos esta palabra).

El argumento y los personajes tienen poco fondo y son el sustento para la exhibición de los fantásticos "cacharros", volantes y rodantes, que son los auténticos protagonistas de esta espectacular película que pudimos disfrutar en pantalla grande los que estuvimos allí en su momento, aunque es ahora cuando aprecio el colosal esfuerzo que supuso su realización.

Es posible que no le guste por la sencillez de su historia pero es posible que sí por sus "locos cacharros".
telemendenge
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12 de febrero de 2021
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Divertidísma película clásica que he disfrutado como un niño. Ya quisiera cualquier comedia moderna acercarse a esto lejanamente, vaya.

Una gran historia con un buenísimo reparto, llena de sketchs magníficos, y con el agregado de los aviones, que los ves ahí, volando de verdad, sin efectos visuales ni nada por el estilo (en algunos primeros planos sí podemos ver el cielo ¨colocado¨ de fondo, pero es normal, como iban a grabar esas tomas si no?), hoy día ni de lejos se podría hacer una película así.

Los chistes ¨nacionales¨, sobre cada uno de los países que participa, son contínuos y algunos personajes son realmente tremendos (destaco al coronel alemán, menudo genio de actor).
En definitiva, una película que todo el mundo debería de ver, jodidamente disfrutable.
TANOMUERTO
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15 de febrero de 2022
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He vuelto a ver... Aquellos Chalados En Sus Locos Cacharros...
https://www.filmaffinity.com/es/film871987.html

Un generoso 6. Y más que nada porque me ha transportado a otra época. Era yo muy pequeño cuando me llevaron a ver esta película al cine. Así que, apenas la recordaba. Y en los recuerdos mezclaba retazos de otras películas de hace cincuenta años o más.

El caso es que la presentación de la película incluye unos dibujos animados que me hacen rememorar los dibujos de Los Autos Locos, aunque realmente eran diferentes, porque estos últimos son de Hanna y Barbera, y el estilo no es igual.

Se trata de una carrera de aviones, pero de principios del siglo X, basada en modelos de la época. De hecho, al principio de la película, sacan imágenes de aparatos "volardores" que realmente se hicieron en aquella época. Sólo eso, ya hace que tenga un puntito a su favor.

Pero ¿es una película recomendable? Pues no es una buena película. Es una película para pasar el rato, con humor de situación y de tópicos, que fue vendida como película infantil. Así que, mucha enjundia diría que no tiene. Pero sí tiene el punto curioso de ver qué se hacía en aquella época y qué tipo de humor era el que triunfaba por aquel entonces.

Como anécdota, sale Benny Hill, aunque no hace un papel cómico, sino que tiene una aparición breve y poco trascendente. Pero es como si se hubiese contagiado del tipo de humor de la película, y se hubiera pasado su vida haciendo una versión casposa y sexualizada del tipo de humor de esta película.

Yo la he visto por ver una película de mi niñez. Y no ha sido para echar cohetes, pero tampoco ha estado mal. Aunque partía con expectativas muy bajas.

Y respecto a los dibujos animados de Los Autos Locos, en realidad están basados en la película La Carrera Del Siglo, pero yo veo mucha semejanza con algunos personajes de esta película. Pero es que, en aquella época, se realizaron un buen lote de películas de carreras (de coches en realidad, salvo esta).

En este sitio https://www.alohacriticon.com/series-de-television/los-autos-locos-wacky-races-1968-1970/ citan un buen puñado de estas películas: «_Películas similares con intérpretes reales: “El Mundo Está Loco, Loco, Loco” (1963), “La Carrera Del Siglo” (1965), “Aquellos Chalados En Sus Locos Cacharros” (1965), “El Rally De Montecarlo y Toda Su Zarabanda De Antaño” (1969), “La Carrera De La Muerte Del Año 2000” (1975), “Cannonball” (1976), “Locos Al Volante” (1976), “Los Caraduras” (1977), “Los Locos Del Cannonball” (1981), “Los Locos Del Cannoball” (1984), “Los Locos Del Cannonball III” (1989), “Ratas a La Carrera” (2001)_…».
aMule
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