Trágica información

Sensacionalista, es la traducción del título original “Scandal Sheet” del poco conocido y menos valorado Phil Karlson, un cineasta especializado en la serie B, que tiene un puñado de títulos inolvidables y casi desconocidos. Basada en un relato del gran cineasta Samuel Fuller, “The Dark Page”, extraído de la experiencia de Fuller como reportero. Pero el autor se sintió decepcionado por la adaptación que, en su opinión, vaciaba de contenido, el auténtico fin del relato que consistía en denunciar y desenmascarar, los métodos deleznables de la prensa amarilla. Y tenía mucha razón, porque aunque queda patente la bajeza profesional para conseguir vender más ejemplares, la película se decanta más por las premisas y ambientes del cine negro. De esta forma el film se convierte en una trama criminal, desviándose del objetivo primordial para lo que había escrito Fuller su novela.

Esa conducta de los “amarillistas” no apunta solo a la invención de noticias o a su falseamiento, y a su manera tendenciosa de exponerlas, sino también a la manipulación política o sentimental de sus ingenuos lectores. Mark Chapman (Broderick Crawford) es uno de esos periodistas. Desde su nombramiento como director del “New York Express”, un periódico en declive económico al que Chapman, ha conseguido reflotar alcanzando cifras altas en ventas. Resultados que satisfacen a todos salvo dos excepciones: una socia que considera que el diario ha dejado de ser honesto, y una redactora, Julie Alison (la bella Donna Reed), a quien le repele los métodos del director y el aplauso incondicional de los que le rodean.

El otro protagonista es Steve McCleary (John Derek), un joven entusiasta de los métodos de Champman que idolatra a su director, y a pesar de ello buen amigo de Julie. Pero Chapman guarda un pasado oscuro y un presente que le agobia y que su cachorro Steve se esfuerza inconscientemente en descubrir en contra de la voluntad de su mentor. El film va abandonando esa imagen de periodismo carroñero para transformarse en una investigación criminal protagonizado por periodistas. Phil Karlson confiere a las imágenes cierto aire de documento presentándonos a ese viejo periodista alcohólico Charlie Barnes (Henry O´Neill), que representa el periodismo honesto y la conciencia del relato. El cineasta recrea ambientes con gran habilidad, gracias a encuadres que reflejan brusquedad, encuadres crispados que suscitan tensión. Mediante sus movimientos de cámara indaga en los rostros de los protagonistas que transmiten lo que no cuentan. Un film escueto y conciso de un cineasta con oficio, que no se pierde en divagaciones con un ritmo narrativo intenso y locuaz.

Mark Chapman dirige un periódico sensacionalista donde los crímenes y las noticias sensibleras ocupan las primeras páginas. Lo que no sabe el gran director es que las investigaciones y añagazas de sus reporteros van a volverse contra él.
¡Ostras! ¡qué pena! Casi toda la película disfrutando como un enano y, el bueno de Karlson -gran director, por cierto- se lo carga todo con semejante final. Y, es que, una vez superado el dislate de ver a Broderick Crawford haciendo de tipo duro, cuando se 'transforma' en hombre normal, o sea, uno del montón (papeles que borda) y que encima las pasa canutas, la película no sólo gana muchos enteros sino que su perfecto ritmo, su magnífica puesta en escena y un excelente guión nos hacen sentir casi propios la angustia y los sudores de Crawford. Pero... ¡qué mala suerte! incluso habíamos conseguido ignorar al pánfilo de John Derek cuyo repentino cambio de ideario no hay quien se lo trague. Pero, en fin, lo dicho, un final de pacotilla lo manda todo al garete.

Un fantástico noir cínico, brutal y tremendamente irónico que Karlson conduce con mano maestra y que nos va a resultar enormemente satisfactorio si exceptuamos cierto vacilar en su discurso crítico, bastante falto de coherencia en su final y que, junto con esa necesidad, sin duda impuesta por los estudios, de mostrarse complaciente con el público, decide plegarse a un final esperanzador y redentor que de ningún modo va a resultar acorde a los sentimientos que nos despiertan los protagonistas a lo largo de todo el metraje.
Basada en una novela de Samuel Fuller, creo que ya se nota su mano en el tipo de personajes que vamos a encontrar aquí.
Personajes crueles, egoístas y despiadados, sin una gota de compasión y sí toneladas de cinismo en el ejercicio de su labor, el periodismo sensacionalista, cualidades que les hacen muy aptos para alcanzar el éxito en una profesión tan cainita.
Broderick Crawford es el nuevo editor experimentado de un periódico encargado de hacer subir las ventas a cualquier precio.
Sus métodos agresivos y poco escrupulosos en la búsqueda de noticias, rozando la ilegalidad, le granjeará grandes éxitos.
Tiene un buen alumno en la persona de su reportero (John Derek), un joven ambicioso que sigue su estela con ímpetu, demostrando ser digno discípulo de su mentor.
Donna Reed, antigua trabajadora del periódico, no aprueba los nuevos métodos de los que se valen sus colegas pero, demostrando una cierta ceguera parcial de algún modo comprensible ya que se siente atraía por Derek, echará todas las culpas al nuevo editor, prefiriendo creer que su chico está siendo víctima de una mala influencia y que, en realidad, es muy majo.
Y aquí comienza lo interesante de la película.
Crawford se verá involucrado en un crimen accidental y tratará de ocultar las pruebas pero su excelente y bien entrenado perro de caza Derek, localizará la presa en un santiamén y querrá hacer sangre de ello en sus titulares, tal como su maestro le ha enseñado.
Crawford no puede hacer otra cosa que dejar que su perro siga el rastro si no quiere levantar sospechas, por lo que habrá de fingir que él también sigue a la presa cuando resulta que la presa es él.
Esta magnífica historia de cazador cazado y de maestro y alumno está soberanamente bien realizada y nos promete unos momentos de tensión e intriga verdaderamente encomiables.
Karlson es un magnífico director y nos va a conducir por la trama con verdadera maestría creando momentos angustiantes (me gusta mucho el papel del antiguo reportero borracho), amén de que va a ser todo un gustazo ver cómo suda Crawford (y seguramente se caga en sí mismo por ser tan buen entrenador), ante el gran olfato que demuestra tener su podenco pero ese final tan complaciente invalida la trayectoria de los personajes. Demasiado precipitado y casual para ser coherente.

Todo tiene la apariencia de gran película. Todos los elementos por separado enamoran. La noche, un crimen, las relaciones turbias, la soledad, el alcohol, el abandono, Donna Reed jovencita y sin hacer papel de estúpida...
Peeeeeero... Creo que falla en el lado humano de los personajes que, en todo el cine negro de los 40 y 50 es lo que más se agradece. Y lo que, por lo menos para mi, hace que sea realmente una época dorada del cine de Hollywood. Las grandes películas de esta época no son a mi entender, las que tienen el crimen más misterioso o la acción mejor rodada, si no las que se meten (y nos meten) en la cabeza y sentimientos de los protagonistas. Las que, por medio de una historia policial, pintan una época. Una forma de ser de las personas reaccionando a su realidad. Y que, a pesar de cambiar cosas obvias por lo lejano en el tiempo, son cosas humanas que si están bien contadas, nos identifican.

En "Scandal sheet" esto no está bien desarrollado. Todas las situaciones que se dan son enfrentadas por los personajes de manera muy autómatica y poco creíble. Hay cambios de formas de ser de un segundo a otro, sin que se noten realmente las motivaciones. Y, hay películas donde resulta sencillo adivinar que va a pasar, pero atrapan igual porque sorprenden esas cosas. No los hechos, si no las reacciones. Acá, aparte de saber que va a pasar, a la vez sucede esto que ninguno de los personajes produce ningún tipo de empatía como para ponernos nerviosos si le está por pasar algo, tristes si le pasó algo malo o felices si ellos son felices.

Por lo demás, es entretenida e interesante. Y en cuanto a lo técnico, está bien hecha. Y las actuaciones tampoco es que sean malas, al contrario. Me parece por culpa del guión, especialmente los diálogos, que queda solamente como película pasable.

Una pelicula lisa, sin muchos rodeos ni subterfugios, pero al final resulta ser muy buena. Actuaciones destacadas tanto del director del periódico, como de los dos empleados protagonistas.
Una trama interesante y perfectamente plausible cuando se trata de formar un empleado con las mejores notas, pero se vuelve contra uno...