Matrix Resurrecciones

Un bluf lleno de correción política y todas esas cosas modernas y absurdas de las que ya estamos hartos, como que tiene que haber más mujeres fuertes y que manden, que tiene que haber gays, etc. pero todo inbuido en una trama pauperrima, absurda y sin sentido, tanto que produce sonrojo.
Los que hayan visto 'Sense8' se podrán imaginar el tipo de matices que abundan en esta entrega, sólo destacable por su mediocridad.
Después de la trilogía original es inexplicable una cuarta entrega en estos términos, que sobra totalmente.
Decepcionante en grado máximo.

Matrix 4 es lamentable. Está por debajo de la línea de lo que es barato, pobre, mediocre y de mal gusto. Seré vehemente y, si puedo, breve. Es un asesinato, un miserable homicidio perpetrado por los hacedores del cine moderno.
Todavía recuerdo la apoteósica elevación, el optimismo eufórico y gratificante que sentí al ver Matrix en el año 1999. No podía salir de mi asombro, de mi gozosa perplejidad.
Las secuelas fueron innecesarias pero tenían gancho. Algo quedaba de aquel novedoso espíritu ciberpunk y psicotecno de su estupenda premisa.

Ahora, la cuarta es inexplicable. Debe haber habido algún pernicioso motivo oculto para ejecutarla, protagonizarla, editarla y sacarla al mercado. Presumo que es el vil metal.

La película es una afrenta a la gramática más elemental del cine. No hay un solo plano o escena memorable y cuidada (la primer película abundaba en planteos novedosos y atractivos. Era una máquina cinemática llena de vigor, de enjundia, de alma.)
Ésta parece Matrix hecha por encargo por un Netflix apurado y perezoso.
De verdad, está mal realizada.
De Hollywood espero basura pero jamás una mala ejecución o descuido en su apartado técnico. Son los maestros de la sofisticación. Esto es imperdonable. El CGI es de Playstation 2. La fotografía es plana y amateur, las coreografias y las secuencias de lucha son una insolente e involuntaria autoparodia.
Dije que sería breve.
Lo concluyente en spoiler...

Si me has puesto ya el negativo por ponerle una buena nota, gracias por pasarte. Si te interesa mi opinión, sigue leyendo, es gratis.

Bien, como has empezado el párrafo, asumo que eres un pollavieja en esto del cine. En ese caso, ya sabes cómo va esto: Los primeros días se acumulan como ladillas en burdel las críticas menos relevantes: las de chavalines que rondan los veinte, que creen el cine empieza con Tarantino y que la “calidad” de una película se mide por el número de hostias y explosiones. También están los frikis pata negra: esos que se tocan con la mierda de turno de Marvel/Disney y les parece que todo lo que se distancia un milímetro de la fórmula predigerida hollywoodiense es mierda: para todos esos, todo lo que se estrena es o “obra maestra” o "Han destruido mi infancia”, no hay grises. Luego, con el paso de las semanas, es cuando suelen ir votando y criticando sin prisa los que saben que ninguna película nos va a cambiar la vida, ni para bien ni para mal, y buscan ese “algo más” que antes se llamaba cine y se pensaba que un arte (qué cosas).

Pues bien. Ahora tenemos a un montón de peña “superenfadada” porque la película no es lo que esperaban (como si muchos supieran lo que quieren) pero cuando vayan pasando el humo, quizás en unos años, está película pasará a ser la secuela más valorada de la Matrix original. Y ojo, no estoy diciendo que sea una obra maestra, ni de coña. De hecho, tiene MUY GRAVES problemas… O quizás no, depende. ¿De qué? De si eso, sabotear una franquicia que no controlan, no es la verdadera intención de los Wachowski.

Vamos a lo bueno: Lana Wachowski le ha echado huevos (irónico, ¿verdad?). Podía haber hecho un remake más o menos encubierto y desvergonzado (rollo el Despertar de la Fuerza), repitiendo la misma mierda ya vista, o haber hecho una secuela predecible en la que Neo despierta y salva al mundo de la nueva versión de Matrix que bla, bla, bla… Ambas tomaduras de pelo hubieran encantado a los John Doe o Runas de la vida, que era justo lo que esperaban. Pero, en lugar de eso, ha decidido hacer algo mucho más adulto, maduro e inteligente; coger al espectador, mirarle a los ojos y decirle: “Oye, Matrix era una simple película. ¿Lo sabes, verdad? No te la tomes tan en serio. Y, ¿sabes qué? Si lo piensas un poco, te darás cuenta que muchas de las mierdas filosóficas y existencialistas que tanto te fliparon eran el el fondo chorradas pueriles y maniqueas”.

Y no contenta con esto (y esto lo dice literalmente), te aclara de qué va todo esto: “No me apetecía hacer la peli, pero los de Warner me dijeron que iban a hacerlo con nosotros o sin nosotros, así que aquí estoy: si alguien jode Matrix, seré yo”.

En efecto, la primera hora de Matrix Resurrections es un brillante y sutil ejercicio de metacine. Alguien la compara por aquí con “La Nueva Pesadilla” de Craven” y es como comparar a Maluma con Beethoven. Esto está infinitamente mejor ejecutado (al menos, en su presentación). Y sobre todo, está cargado de un punto de melancolía y nostalgia que a los que gozamos en el cine de la trilogía original nos pinza el corazón.

Sin embargo, y por desgracia (o no), la película, y justo en su mitad, se desmorona. Como si se tratase de un “remake” de toda la trilogía, tras un principio deslumbrante llega una continuación mediocre, estúpida y ruidosa. Lo que en el mundo real es sugerente y adulto, al llegar a Matrix se convierte en una burda excusa argumental para una ensalada desordenada acción que acaba pariendo un final completamente ridículo. Pero… Un momento.

¿Sabes qué? Es autoconsciente y deliberado. No voy a espoilearte la película, pero coño… En cierto momento, te adelantan que es eso exactamente lo que la productora exige a Wachowski que haga. Así que, ¿qué esperabas ver, salvo un trabajo de sabotaje? En efecto Matrix Resurrections muestra una de esas escasas ocasiones en las que un creador (ojalá hubiera seguido su ejemplo Lucas) prefiere destruir deliberadamente su obra a dejar que la prostituyan en un sin fin de secuelas clónicas.

Lo dicho, una película extraña, atípica, descaradamente autoconsciente, que ama y desprecia a su público por igual y se toma venganzas personales. Francamente imperfecta, sin duda, pero que constituye el ejercicio de metacine más valiente en décadas. Solo por eso, y por subirle la media, se lleva mi 8.

Cuando vi las primeras noticias sobre esta secuela, no pude evitar tener ciertos temores. Las secuelas anteriores no habían estado a la altura de la primera parte. Aunque mirándolo en retrospectiva, la segunda y la tercera no son tan malas, el problema es que la primera es muy buena. Rebajé mis expectativas y eso siempre es algo positivo. Si no esperaba mucho de esta película, seguro que la disfrutaba. Tenía ganas de saber cómo iban a continuar esta historia, cómo regresarían los protagonistas, cuál era el motivo del cambio de actores para alguno de los emblemáticos personajes. Rebajé mis expectativas, pero mi error fue tener un ápice de expectativas.

No esperéis encontrar nada de Matrix en esta secuela. Nada de estilizadas coreografías marciales, nada de escenas pausadas con gran carga significativa, ni sombra del tono verdoso en la imagen…por no esperar, no esperéis ni que tenga sentido. El tono autoreferencial y prometedor hacía la primera Matrix, acaba siendo algo hueco con sabor a insulto. Disfraza de parodia lo que no deja de ser falta de contenido. Y sabe a insulto porque la conclusión que puedo sacar es “Os doy la misma bazofia que servían en la Nebicaneser y mira cómo llenáis mis bolsillos de billetes”

La trama creo que va de algo…aunque tampoco lo tengo muy claro. Creo que tiene que ver con el poder del amor o de zombies. O de que viven en paz, pero no, pero si. Dónde está el conflicto? (hurgo en mi bolsillo)

Creo que entiendo por fin porque han cambiado a los actores de Morfeo y del agente Smith. No son ni una sombra de lo que fueron y se ha querido preservar sus recuerdos impolutos. Supongo que se pensó algo como “Los llamamos igual, pero les cambiamos el rostro y hacemos que no hagan nada y que tampoco importen en la trama. Eso les confundirá y creerán que la historia tiene mucha profundidad!”

Me gustan mucho los fritos, incluso los refritos… pero ya empiezo a estar empachado.

PD: Tengo muchas ganas del remake de Matrix con gatos. Si hay una trama con algo de sentido, compro.

Existen múltiples contradicciones "The Matrix Resurrections", porque sin dejar de ser un blockbuster es una película de autor. Porque es cine de acción espectacular pero su fondo va sobre el corazón y explorar una relación que conocimos hace más de veinte años. En sus imágenes se filtra y se citan las de la trilogía original, añadiendo pies de página y nuevo texto en los márgenes del folio. Neo, Trinity, Smith... fantasmas pululando en pantalla en un mundo entre lo virtual y lo real, entre el código fuente y el camino de baldosas amarillas que llevó a Dorothy al mundo de Oz. Se entra a la sala siguiendo al conejo blanco y salimos sin saber si hemos topado con Alicia o la Reina de Corazones. La única certeza es que no hay certezas; la única cosa en la que todos coincidiremos es en que Lana Wachowski ha hecho lo que ha querido, sin cortarse. Como siempre por otra parte, pero ahora sin delegar responsabilidades en su hermana Lilly y jugándoselo todo a una sola carta. Habrá a quien esto le parezca un desastre, y no le faltará razón, pero qué hermoso es contemplarlo. Y qué difícil parece en tiempos de fanservice y conformismo.

Ante la imposibilidad de continuar una trilogía que muchos coincidirán en pensar que ya no hacía falta (Matrix es una obra maestra por sí misma, sin necesidad de sus ruidosos anexos), tenemos una "Matrix 4" que coge las ideas de la original y juega con ellas, se ríe y las trivializa, las maneja con hilos y cambia su contexto para adaptarlo tal cual sin molestarse en explicar más de lo necesario y es ahí donde reside su valor: en su libertad. Lana podría habernos hecho elegir entre la pastilla roja o la pastilla azul, pero ya hemos tomado esa decisión. Una, dos, tres y ahora cuatro veces. Pero la trampa es que en realidad el punto de vista es el suyo. Lo que hay en pantalla no es lo que queríamos, es lo que quiere comunicar ella, sin filtros, sin cortes, en bruto. Del cine de acción de Hong Kong al Vértigo de Hitchcock, la ensalada de referencias del film se resume en que hay mucho cine en los 140 minutos de The Matrix Resurrections pero sobre todo hay un desafío a las reglas y al sistema de blockbuster actual y el público que lo consume. Es desafiante, valiosa y sí, en su justa medida un desastre. Pero uno que da gusto contemplar. Podría extenderme muchísimo (hablar sobre sus escenas de acción, los efectos visuales, la puesta en escena, etc) pero en síntesis: creo que me ha gustado, y que no lo tenga tan claro eso es bueno porque significa que no es una obra de usar y tirar, sino de las que te da algo en lo que pensar. Y todo esto sin dejar de ser uno de esos ruidosos blockbusters de multisala... hecho eso sí, desde el corazón, por una autora que hace ya muchísimo tiempo que perdió -si es que alguna vez lo tuvo- el miedo al ridículo.