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Cimarrón

Western Oscarizada superproducción de la época que narra las aflicciones y tribulaciones de una familia en el viejo Oeste a lo largo de cuatro décadas, desde su llegada a Oklahoma en 1889 hasta el surgimiento de sus aspiraciones políticas en los años 20. Amores, luchas, triunfos y separaciones, además de la famosa y verídica carrera de diligencias son los ingredientes de uno de los mayores éxitos de la RKO. (FILMAFFINITY)
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
2 de mayo de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En primer lugar, quería comentar que me sorprende la puntuación que recibe esta película. Los fallos técnicos que pueda tener son justificables por el año de producción, la sobreactuación del protagonista no tanto (Richard Dix parece no haberse enterado de que está en una obra sonora) y el desarrollo de la historia mucho menos (hay unas cuantas grabaciones contemporáneas bastante más coherentes). El resto de personajes son estereotipos andantes aunque correctamente interpretados, destacando sobre todo la esposa (Irene Dunne).

¿Por qué le llamo Marty Stu en vez de Yancey en el título de la crítica? Sigo en el spoiler:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
caballero que dice ni
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19 de enero de 2010
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elogio y Elegía del individualismo

Tras la Paramount, Metro y Universal, en 1931 le llega el turno de los oscar a la RKO. Se trata de una gran producción que narra, a lo largo de cuatro décadas, la consolidación del Estado de Oklahoma, combinando drama, comedia y western. Es muy posiblemente la película más ambiciosa de la RKO hasta la llegada devastadora, dos años después, de King-Kong.

La guía argumental que sigue la película para contar esa epopeya es la historia del periodista y abogado Yancey Cravat, personaje de ficción que encarna los aspectos más insobornables del individualismo americano. Defensor de las minorías, adicto a las fronteras desconocidas y a todas las guerras que cree justas, es un carácter tremendamente atractivo, que termina confundiendo integridad con integrismo. “Cimarron” es, sobre todo, un canto a los individualistas que hicieron de su vocación un dogma.

El inicio es célebre y da la medida de lo que pretendió el estudio con “Cimarron”: el legendario y espectacular “land rush”, la carrera que el gobierno federal organizó entre miles de colonos para repartir la tierra virgen que le había arrebatado a los indios. Cinematográficamente no me parece gran cosa, salvo por la curiosidad de ver a un inmenso ejército de extras a caballo filmados por multitud de cámaras. Más que cualquier cosa, “Cimarron” es la prueba por defecto de que, como escribió Borges, “la fotografía oblicua de un botellón, de una cerviz de toro o de una columna, es de un valor plástico superior a la de mil y un extras de Hollywood”.

Hay otros momentos más acertados. Por ejemplo, la llegada a la recién erigida ciudad de Osage de la familia Cravat, en una primera toma de contacto con el colorista ambiente fronterizo; la multitudinaria celebración religiosa que Yancey oficia; o el enfrentamiento mortal entre Cravat y “The kid”, con un diálogo final digno de un western de altura que sitúo en spoiler (*)

Pero lo peor de “Cimarron” es su actor principal, Richard Dix. Un personaje como Yancey Cravat exigía una composición mucho más profunda y sutil. Dix, intérprete en su día famoso y hoy olvidado, no parece haberse enterado de que el cine mudo era ya historia. Una enseñanza importante que se saca sin duda de “Cimarron”.

Antes que “Cimarron”, hay un buen número de obras maestras que podrían haber sido la película del año 1931: “Fatalidad” de Von Sternberg, “Dr. Frankenstein” de Whale, “City Streets” y “El hombre y el monstruo” de Mamoulian, “La Calle” de King Vidor y “Tabú” de Murnau. Aunque mi voto sería sin dudarlo para “Luces de la Ciudad” de Chaplin.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Berbizier
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12 de julio de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cimarrón (1931) de Wesley Ruggles, es un western que narra los hechos acontecidos en Oklahoma durante 40 años, desde 1889. Dirigida con un ritmo activo y con el estilo habitual y violento del western, es una obra que cumple notablemente dentro del género, cautivando a sus seguidores por tener los ingredientes necesarios sobre todo en la historia, mostrando la típica gallardía de los justos que llegan al nuevo pueblo con ánimos de mejorarlo. Realizada de modo portentoso, tiene un resultado implacable que gusta visionar.
La fotografía en blanco y negro, es evocadora al lugar y momentos narrados, y está repleta de imágenes estéticamente apropiadas que confortan. La música, es del oeste con sonidos sugestivos al principio y al final sobre todo en un decente acompañamiento musical. Y los planos y movimientos de cámara, emplea con maestría el reconocimiento, panorámicos, seguimiento, generales, travellings y los característicos planos americanos que además son rápidos en la acción, dando rapidez en estas escenas.
Las actuaciones son intachables. Con Richard Dix con carácter y carisma e Irene Dunne sensible y emotiva. Siendo remarcables también las interpretaciones de Estelle Taylor, William Collier Jr y Nance O´Neil entre otros. Empleando para estos, unos vestuarios y caracterizaciones en una soberbia labor artística que marca en ellos el paso de los años, siendo además alusivos del oeste y bien trabajados en detalles, al igual que los oportunos decorados que te transportan a cada época en la que transcurre la trama.
El guion, escrito por Howard Estabrook y basado en la novela de Edna Ferber, narra la historia de una familia en Oklahoma desde que llegan a finales del siglo XIX hasta casi los años 30. Y lo hace con sinceridad en un mensaje claro de justicia y lucha social muy apropiado que se disfruta al verlo, dejando una grata sensación tras su visionado. Y lo lleva a cabo con una narrativa clásica y sugerente que es amable por un lado e insidiosa por otro, en una expresiva faena que marca las personalidades de cada uno de los personajes. Destacando también el montaje lineal y seguido, que junta 40 años sin hacerse largo o pesado.
Concluyendo, la considero una obra indeleble e imprescindible en el séptimo arte, y no solo por los 3 oscars entre ellos el de mejor película, sino también por mostrar la lucha social de una familia durante 40 años para mejorar las cosas. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, montaje, vestuarios, caracterizaciones y narrativa que hacen de Cimarrón, un film que gustará a los cinéfilos clásicos más exigentes.
Elcinederamon
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26 de agosto de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película cuenta, a través de la historia de una familia de pioneros, la historia de como se fundó el estado de Oklahoma, abarcando 40 años de su historia desde su formación en 1889 hasta 1929.

La película hace un estupendo balance de como debieron ser esos años: los pioneros asentándose en un lugar, como ese lugar va creciendo y con ello como también crece la delincuencia; el pueblo que se convierte en ciudad con el paso de los años, etc. Es verdad que no evita estereotipos: los pistoleros folloneros, el héroe que hace de todo, la chica de mal vivir y el rechazo de todo el pueblo, etc.

Optó a siete premios oscars y ganó tres (película, director: Wesley Ruggles, actor: Richard Dix, actriz: Irene
Dunne, guión: Howard Estabrook, fotografía: Edward Cronjager y decorados: Max Ree). Los tres conseguidos fueron, además de película, el de guión y decorados.
jesus
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2 de junio de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película tiene muchas irregularidades y saltos en el guión, le falta algo de conexión en la historia y en los distintos géneros que toca. Pasa por momentos del cine de aventuras, al romántico, al cine de protesta y reivindicativo y lo hace de manera un poco apresurada. Las interpretaciones también nos pueden resultar algo forzadas pero es que estamos hablando de los albores del cine. Es una película con casi un siglo de historia y lo más sorprendente es que aún logra toda nuestra atención. Nos cuenta la historia de un personaje peculiar y aventurero. En su recorrido por casi 40 años, vemos el despertar de la nación más poderosa del mundo "de momento" y descubrimos como se fue abriendo paso con las colonizaciones de las tierras de los pobres indios. La famosa escena inicial de las caravanas en busca de los nuevas tierras ya valen por si solo algún punto extra. Es de las famosas de la historia del cine.
mateus64
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