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Bugsy

Drama Benjamin "Bugsy" Siegel (Warren Beatty), Meyer Lansky (Ben Kingsley) y Charlie "Lucky" Luciano (Bill Graham) controlan los negocios del hampa en Nueva York, y quieren extenderse hacia el oeste. Bugsy se traslada a Los Angeles y se vincula a la industria del cine. Dejando atrás a su familia, dos grandes pasiones se apoderarán de su vida: la atractiva y temperamental Virginia Hill (Annette Bening), y su obsesiva idea de levantar una ... [+]
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
17 de marzo de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como todo gángster de su condición, Bugsy Siegel (Warren Beatty) extorsiona, mata y cobra comisiones. Su gran oportunidad de redimirse en negocios más legales es hacerse con un negocio en el desértico Estado de Nevada donde nadie da un duro. Bugsy invierte para construir el Flamingo, enorme complejo de juego y que sería el primer ladrillo de Las Vegas. No sin antes seduciendo al glamour hollywoodiense, y especialmente por la admiración que siente por la actriz Virginia Hill (Annette Bening) y el colegueo de viejos compañeros hacia George (Joe Mantegna). Pero también tiene que ganarse amistades como la de otro gángster, Micky Cohen (un postizo e irreconocible Harvey Keitel) que no duda en llamarle "maricón a la crema" en muchas de las sesiones de cosmética facial a la que se sometía Bugsy para aparentar ser más atractivo y acabarse de ganar la confianza de los muchos amigos que disponía pero también de la cantidad de enemigos que lo deseaban muerto. Su derroche e inversión en dinero negro y por construir ese "Xanadú" del juego como era el Flamingo lo llevaría a enfrentarse a sus socios de Nueva York, los gángsters Charlie Luciano (Bill Graham) y el temible Meyer Lansky (Ben Kingsley) que no veían un futuro muy prometedor ante empresa de esa magnitud.

El director de "Good Morning Vietnam" aprovechó con el tándem Beatty-Bening (por aquel entonces la prensa rosa encasillaba al soltero de oro de Hollywood y hermano menor de Shirley McLaine con la actriz de "Valmont" y "The Grifters") rodar la biografía del famoso gángster americano que fundó sin darse cuenta la ciudad de Las Vegas. De hecho Francis Ford Coppola ya había dado cuenta del personaje junto con el de Meyer Lansky en las dos primeras películas del "Padrino".
Natxo Borràs
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22 de marzo de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Última película de interés de Warren Beatty en la que de paso conocería al amor de su vida la gran Annette Bening. Narra la vida de Benjamin "Bugsy" Siegel un ambicioso gangster responsable de la construcción del primer casino de Las Vegas El Flamingo. Un ruinoso negocio que se le fue de las manos por su mala planificación pero que a la larga acabaría convirtiéndose en el más rentable de todos los casinos de la ciudad del pecado. Un proyecto que se basó en una especie de revelación que Siegel tuvo estando en pleno desierto de Nevada y con el que pretendía crear una ciudad dedicada exclusivamente a satisfacer las necesidades prohibidas de la sociedad en especial el juego. Sin embargo su carácter vanidoso, caprichoso e irresponsable hizo que sus colegas de profesión Meyer Lansky y Charles "Lucky" Luciano decidieran eliminarlo cuando los costes de producción se dispararon sin control.

De ese trío de míticos gangsters de los años cuarenta el más carismático y hasta cierto punto encantador fue Bugsy Siegel cuyo carácter visionario y ambicioso le llevaron a realizar un exitoso proyecto faraónico que paradójicamente se convertiría en su perdición. Un hombre derrochador, presumido y con olfato para los negocios que encajó como un guante en el ambiente fiestero de Hollywood donde conoció a la mujer de su vida. Una atractiva actriz y mujer de carácter con la que mantuvo una relación de amor odio plagada de celos mutuos. Un tipo cuya ambición sin límites le llevó incluso a planear el asesinato de Mussolini. Sin embargo su naturaleza despilfarradora le llevó a su fin. Para él, la realización de un sueño no tenía precio, no importaba el dinero que costase con tal de sacarlo adelante.

Bugsy fue una de las producciones que más nominaciones acapararon en la edición de los Oscars de 1991, un total de diez, entre ellas las de las categorías más importantes, aunque finalmente sólo ganó dos premios relativos al mejor vestuario y diseño de producción. El film destaca sobre todo por esos dos aspectos, está perfectamente ambientado y tiene un elegante vestuario. Pero también resulta interesante como testimonio de una época sobre cómo se ideó la creación de Las Vegas que conocemos hoy en día.

La película tuvo éxito aunque no tanto como el que desearon sus productores para amortizar los treinta millones que costó, quizá en parte porque cuando se estrena un film de gangsters uno espera ametrallamientos, palizas, crímenes, Mafia, etcétera y en Bugsy también lo hay aunque en mucha menor medida. Es más la vida de un soñador irresponsable con una idea brillante que de haberse realizado de otra manera quizá no le habría supuesto una muerte tan prematura. Se estrenó en plena moda del cine gangsteril, aquel mismo año coincidió con otras producciones similares como El imperio del mal, New Jack City ó Billy Bathgate. De todas ellas Bugsy fue la mejor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Harold Angel
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27 de julio de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine nos ha dejado grandes obras maestras que retrataban el mundo del hampa. Sin embargo, nunca ha sido un género muy explotado, que de ahí es donde proviene ,a mí gusto, su encanto, y aunque cueste encontrar obras de calidad, uno a veces se puede llevar una agradable sorpresa.

Nunca he sido muy seguidor de Warren Beatty, es un actor que califico de correcto, pero ninguno de sus trabajos me han llamado particularmente la atención o me han deslumbrado. Pese a ello, Beatty realiza un excepcional trabajo como Bugsy Siegel en esta película del no menos excepcional Barry Levinson, que nos ofrece una visión bastante atípica y peculiar sobre un gánster muy diferente a los que conocemos, debido a su carácter y estilo de vida, que no por ello no deja de ser una persona ambiciosa en todo lo que se propone y digna, pues, de ser mencionada.

La película hace únicamente hincapié en la vida de ese mafioso, y como si¡u gran visión de negocio desbocaría a la aparición de Las Vegas y el poderoso negocio de los juegos de azar con sus luces de neón, todo un pionero en su época.

Ciertamente, el biopic tiene un aire muy desenfadado y fresco, haciendo que la cinta sea muy digerible y muy agradable de seguir, con momentos realmente originales y divertidos, mezclándose con otros mas pretenciosos y ambiciosos.

La guinda del pastel la añade su brillante elenco de segundarios, formado por Benning, Kingsley y Keytel. Todos y cada uno de ellos brillante. Por si fuera poco, la ambientación de la película es excepcional, gracias a su brillante fotografía. Lo único que no está tan a la altura, y que no pase de correcto, es su banda sonora, compuesta por un Ennio Morricone poco inspirado.

Estamos ante una cinta muy digna de ver para todo aquel amante del género, ofreciendo una visión del mundo del hampa algo más ligera y desenfadada, y con un Beatty excepcional en su rol, un mafioso con una visión empresarial de lo más ambiciosa y pionera.
directorscut
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20 de noviembre de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bugsy era el apodo de Benjamin Siegel – un apodo que le enfurecía, hasta el punto de tumbar de un puñetazo al infeliz que lo emplease en su presencia –, el más notorio gánster de la época, cuando llegó a Los Ángeles para hacerse cargo de los asuntos del juego controlados por la Mafia de la Costa Oeste, a principios de los años cuarenta. Al parecer, Siegel era una combinación irresistible de psicópata y seductor, un peligroso y despiadado asesino a sueldo que vestía bien, estudiaba con ahínco para mejorar su dicción y su vocabulario, con una ambición desmedida, incluso quiso triunfar en el cine sin conseguirlo.

Se trata de un proyecto que impulsó el propio Warren Beatty que encarna al protagonista, concebido enteramente al servicio de su lucimiento personal, bajo la dirección del irregular Barry Levinson del que me gustó mucho, “El mejor” y “Sleepers”, quizá su mejor obra. El film goza de una factura artística fabulosa, envuelta en una iluminación difusa y romántica de estilo “retro”, que se presenta como un cuento de hadas sórdido, sobre un soñador destruido por su sueño, una elegía vagamente irónica, otro mártir del sueño americano.

Además de la obsesión de reinventarse a sí mismo, destaca su visión refundadora de la ciudad de Las Vegas, construyendo el primer hotel de lujo de la ciudad que derivaría en el emporio lúdico y turístico que hoy goza. El retrato que buscaban el cineasta y su guionista estaba encaminado a mitificar la figura de Siegel como un gánster romántico y visionario. La composición del personaje se articula sobre tres ejes: sus relaciones de un amor absurdo con Virginia, una starlet de medio pelo (Annette Bening), su dependencia de los grandes capos y sus tendencias egocéntricas, en la frontera de lo patológico.

La película pese a su calidad, en mi opinión, es algo blanda en su tono dramático, su progresión narrativa es indulgente y perezosa, además de autocomplaciente. Y es que en el fondo, toda la obra se inclina por la servidumbre hacia la estrella, Warren Beatty, incapaz de transmitir la complejidad emocional y las aristas del controvertido personaje, lo que prevalece es el mero envoltorio. Es evidente que con otro cineasta de más personalidad, el resultado habría sido mejorable.
Antonio Morales
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28 de abril de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dick Tracy, y se que no soy estadounidense, no es un personaje que llegue mucho, quizas nada a nadie.
Esta fue la última película de el actor, antes de este Bugsy.
El argumento de Bugsy es un gánster que ni pretende conocerse, ni pretende conocer a nadie, más que lo único que parece obsesionarle, es matar a un Mussolini en la distancia.
Y este es el éxito para mi de el guión. Nadie tiene que buscar existencialismo en la vida del protagonista. No busquemos una radiografía de la sociedad como Goodfellas. Bugsy no pretende eso. Es una película negra. Con aires de comedia. Humaniza al personaje como un bruto, con sentido del humor y que consigue que empaticemos con él. Describe una cosa. La suerte, mala o buena que tiene el personaje a lo largo de la obra. Y en eso Beatty gana a cualquier cometido. Porque lo que para uno sería un pretencioso que sólo se mueve mandíbula alta y con aires de monopolio, yo veo un personaje que se adapta perfectamente a sus actuaciones. Porque seamos sinceros Beatty es un caradura. Y eso es Bugsy Seagle. Una persona que gustará o no, un matón, un romántico y un buscavidas de patio de colegio.
Chuckbo
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