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El acorazado Potemkin

Drama. Bélico Basada en hechos reales ocurridos en 1905. El acorazado Potemkin acaba de regresar de la guerra con Japón y su tripulación está a punto de amotinarse debido al trato brutal y a las malas raciones. Cuando una mañana les sirven carne infestada de gusanos, los marineros acaban rebelándose. se cansan del tratamiento vejatorio e injusto de los oficiales. Con este motín comienza el reguero revolucionario por Odesa y toda Rusia en contra de ... [+]
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Críticas 131
Críticas ordenadas por utilidad
15 de mayo de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi época de estudiante progre nadie se podía perder esta película kilométrica reducida en ocasiones a 77 minutos pero que tiene carrete para varias horas. Está basada en los acontecimientos reales que sucedieron en la Rusia de 1905, cuando la tripulación del acorazado Príncipe Potemkin se rebeló contra el humillante destino a que era sometida por los oficiales del buque. Hay motín y se considera el germen revolucionario que se extendería por Odesa y toda Rusia.

Por lo tanto es película política y social. Y detrás de la cámara está un precursor genial del cine contemporáneo, su director Sergei M. Eisenstein, quien junto a Nina Agadzhanova escribieron un guion apabullante, emocionante y lóbrego sobre un levantamiento en toda regla, más que justificado.

Geniales, tanto la música de Edmund Meisel, Nikolai Kryukov, Neil Tennant y Chris Lowe, como una fotografía increíble para aquellos entonces de Eduard Tissé y Vladimir Popov (B&W); primerísimos planos de rostros sangrientos, sudorosos o ennegrecidos y una acción que lo envuelve todo.

Es una película de culto, sobre todo para cinéfilos. Un muchacho de este 2018 se mete en una sala a ver esta obra genial del pasado siglo, y cae desmayado sin remisión al suelo sin que le dé tiempo a comerse las palomitas o a beber su Coca-Cola.
Kikivall
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28 de noviembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Década de los años 20, emergiendo y destacando quizá la figura por antonomasia del buen cine mudo. Un Charles Chaplin que ya por aquellos años había dado a luz dos pesos pesados como fueron "El Chico" y "La quimera del oro", ambas excelentes películas rodadas de una manera que podríamos entender y situar casi más cerca de la obra de teatro, con largos planos fijos en los que los protagonistas se situaban ante cámara y exponían sus virtudes interpretativas. En la misma época surgió esta película dirigida por Eisenstein, con planteamiento diametralmente opuesto, donde la construcción de la tensión narrativa surge a partir de una sucesión de múltiples escenas de escasa duración, enlazadas con un sobresaliente montaje que consigue dar sentido al conjunto, pudiendo decirse aquello de "el todo es más que la suma de las partes", pues tomadas de manera aislada, muchas de sus escenas no representan nada en sí mismas ni cuentan nada que no dependa siempre del antes y el después. Una especie de cadena en la que todos y cada uno de los eslabones son necesarios para entender y disfrutar el conjunto, no habiendo ni tiempo ni forma para sacar el jugo a una escena en concreto si es cogida aisladamente del resto. Lo contrario pasaba con Chaplin, pues muchas de sus escenas representan joyas en sí mismas, pudiendo ser tomadas individualmente y puestas como valioso ejemplo de la globalidad de su obra.

¿Significa eso que "El acorazado Potemkin" es una película grosera, mal ejecutada o aburrida? EN ABSOLUTO, pues es el ejemplo perfecto de cómo el dinamismo en el montaje se puede utilizar para proyectar el dinamismo en la historia. Esto a día de hoy ha mutado en muchas películas en un mal uso que convierte a muchas de ellas en auténticos bodrios más cercanos al videoclip, puesto que no existe nexo entre escena y escena y el resultado global seguiría siendo el mismo si eliminásemos alguna de ellas o cambiásemos su orden. Lo que maravilla de la obra de Eisenstein es cómo la argamasa del montaje crea atracción visual en pantalla, más aún teniendo en cuenta que antes de esta película dicho concepto era inexistente.

Me parece genial la manera en la que acabar desembocando en el planteamiento revolucionario comunista soviético a partir de la excusa del menú y el motín en el barco. Fantástica la metafórica imagen de la carne descompuesta, con los gusanos disfrutando de su sabor y de las larvas campando a sus anchas por su superficie para demostrar el estado de putrefacción social por el que se ha de atravesar durante largo tiempo para que las masas acaben levantándose contra el poder opresor. Algo que siempre ha ocurrido y siempre seguirá sucediendo, siempre y cuando el aborregamiento social extremo no lo impida, por lo que "El acorazado Potemkin" siempre podrá ser mostrada como ejemplo de tal calado social y jamás pasará de moda. Muestra del progresivo descontento y de la creciente disconformidad social extendiendo sus ramificaciones hasta el último de los rincones para que acabe considerándose un levantamiento y un enfrentamiento a grandísima escala. Así se ejemplifica aquí a través de una muerte que consigue atravesar las fronteras del braco y llegando a tierra firme para que se extienda de manera exponencial y el terror y la barbarie se adueñen de la situación. Fantásticas las escenas de las escaleras, con los cosacos avanzando sobre las multitudes y la viva imagen de la sinrazón personificada en ese carrito de bebé y en ese rostro femenino horrorizado con lo acontecido y no menos espectacular esa música progresivamente acelerándose cual marcha atrás hacia unos hechos de consecuencias imprevisibles.

Una embarcación en la que todo se forjó y a la que todos buscarán como figura mesiánica revolucionaria.
Una pequeña joya del cine mudo.
JulesVincent
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16 de abril de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El acorazado Potemkin es una obra con una concepción política desde su nacimiento. Loar a los revolucionarios fallidos de 1905 para legitimar a los revolucionarios triunfantes en el poder de 1925.

Y no se puede negar que Eisenstein hizo un trabajo sobresaliente. En 1925 con todas las limitaciones del cine mudo de la época logra un film de envidiable ritmo, bella dirección, excelente fotografía, armoniosa música...

La historia es conocida, los marineros del buque se amotinan ante los malos tratos, la falta de comida digna y la situación social pre revolucionaria latente en las clases populares. Eisenstein consigue que su obra no tenga protagonista, ni recordemos ninguna actuación individual, pero esto más que un fallo es su mayor éxito, es una obra colectiva, de una revolución colectiva para un régimen colectivo, cuando pensamos en esta película no pensamos en ningún actor, pensamos en una tripulación, o incluso más, en un pueblo, el pueblo ruso.

Y para rematar el film se inventa con la "escena de las escaleras" una de las mejores escenas rodadas de la historia del cine, insertando en la memoria colectiva un deleznable acto represor zarista que, para más inri, en la realidad nunca existió. Maravillosa jugada de Eisenstein.

Lo dicho historia del cine, del cine político, sí, pero con mayusculas.
Prekxo
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12 de noviembre de 2009
11 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinta estrenada en 1925 y perteneciente al cine mudo. Ofrece, por lo tanto, todos los problemas de estas producciones cuando en fechas actuales queremos emitir un juicio sobre ellas.

¿Nos encontramos ante una obra maestra o se trata de un bodrio?

Seguramente ni lo uno ni lo otro pero merece la pena resaltar que, hoy como ayer, cada tipo de discurso posee un lenguaje propio e intercambiarlos conduce inexorablemente al error.

Al margen de cuestiones ideológicas que no son de este lugar, y ciñéndonos al ámbito de lo cinematográfico, hay que precisar las siguientes cuestiones sobre el “Acorazado Potemkin”:

1. Si pretendió ser un reportaje o documental, el resultado, sin ninguna duda, hay que calificarlo como fallido porque es parcial y sesgado.

2. Si se intentó presentarlo como un ensayo, el producto es de escasa consistencia porque carece de sistema.

3. Si se propusieron aspirar a una “obra de arte”, la pretensión naufragó totalmente por su falta de calidad narrativa y capacidad de fabulación.

Así las cosas, y en aras de brevedad expositiva, el “Acorazado” sólo puede calificarse como panfleto.
Pero incluso firmar un panfleto bien hecho posee su mérito.
ÉGIDA
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13 de mayo de 2005
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
El acorazado Potemkin no es solamente una gran película, sino una de las obras maestras del cine mudo que representa en gran parte las bases del cine contemporáneo. Es difícil no extenderse en exceso acerca de las virtudes del film, pero basta decir que es imposible no verse tocado por la fuerza de las imágenes, desde la rebelión inicial en el barco al bello final, pasando por la sobrecogedora escena de la escalera de Odessa, El acorazado Potemkin es sin duda una de las películas más bellas de la historia del cine. Sin fijar un protagonista determinado, Einsestein presenta a un gran protagonista colectivo que siente a la vez las mismas pasiones. ¿Imaginaría Stalin- cuando encargó una película publicitaria a Einsestein- que lo que él pensó como otro instrumento de manipulación acabaría siendo una de las mejores obras del séptimo arte?
Barón Vadeaux
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