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Una vida oculta

Drama. Romance. Bélico Franz y Fani Jägerstätter son un feliz matrimonio que vive con sus tres hijas en su granja alpina en Sankt Radegund, Austria. Son campesinos, viven y trabajan rodeados de un impresionante paisaje montañés. Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, los hombres comienzan a respaldar el nazismo, pero Franz no se deja arrastrar por la corriente mayoritaria. Se resiste a prestar juramento a Hitler y se convierte en el primer objetor de un ... [+]
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Críticas 84
Críticas ordenadas por utilidad
17 de febrero de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vivimos inmersos, nos guste o no, en un mundo capitalista de despiadada guerra comercial en el que las empresas compiten con depredadoras actitudes para hacerse con el mayor pedazo del pastel. Lo mismo sucede en el escenario cinematográfico, dónde un reducido puñado de estudios y compañías controlan el negocio audiovisual y delimitan de manera determinante el recorrido de la industria. Y si nos abstraemos del consumo multi-pantalla en hogares y nos centramos en el entretenimiento en la gran pantalla vivimos una preocupante situación, cada vez mas parecida a un monopolio. La feroz y considerablemente aborrecible Disney está absorbiendo la competencia, fagocitando en una tragedia sin precedentes a 20th Century Fox y haciéndose, por consiguiente, con su rama de cine independiente: Fox Searchlight. Por lo tanto, en los próximos meses engrosarán aún más sus arcas estrenando de tapadillo títulos de autor que se han demorado, algunos de ellos muy esperados. Como le sucede al filme de hoy, décimo trabajo de la trayectoria dilatada en el tiempo de un maestro que servidor ansiaba ver. Pero al fin nos llega Vida oculta, lo nuevo del esquivo Terrence Malick que compitió en la Sección Oficial del pasado Festival de Cannes. Recibida de manera dispar entre la crítica, pero con entusiasmo entre los convencidos, y con señales de preservar los rasgos de un estilo que lleva una década cautivándome. Vislumbraba con temor un futuro cercano de defensa en solitario y pasión subjetiva enfrentada contra el frío raciocinio, pero pese a ello encomendé mis pasos a un largo pase de prensa que seguro sería placentero. Y aún con sus problemas fácilmente identificables, recomiendo una película que encontré muy gratificante a nivel sentimental. Una experiencia mística un tanto dilatada y bebida de sí misma, pero muy seductora a nivel emocional. Una nueva homilía de un realizador único en su especie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Néstor Juez
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23 de febrero de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terrence Malick en estado puro, qué más puedo decir... A mi me ha encantado su última película, su poética filosófica aplicada al cine, con su carga de misticismo y religiosidad, y de naturaleza en equilibrio frente a una civilización a la deriva. Aparece en el film el sentido de la vida una vez más, y el libre albedrío, en esta ocasión centrado en la conciencia de un objetor que no quiere someterse a Hitler; el bien y el mar enfrentados como la vida y la muerte en la trascendencia de la decisión del protagonista, magníficamente interpretado por August Dhiel. Es este un cine de fotografías, que digo yo, en la que cada imagen habla por sí misma, haya o no personajes en cuadro; planos en los que a veces los actores pasan por allí accidentalmente, casi al estilo del documental, intentando huir a toda costa de la narrativa convencional, con uso de contrapicados y angulares que deforman la imagen para trasladarte al universo personal de Malick, un mundo distorsionado por las emociones y los sentimientos. Solo la naturaleza se muestra tal como es, pura, en todo su esplendor, fuerza y equilibrio, como la concibe el director en todo su cine, de la que no debería apartarse el ser humano, al parecer, para no perder la pureza y la cordura.
DIEGO
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25 de febrero de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terrence Malick es un director con una peculiar manera de contar sus historias y ese estilo lo ha llevado a mantenerse fiel a sus principios y a su postura a lo largo de los años, y cada vez que estrena un filme lo vuelve a reflejar; sus filmes se alejan por mucho de las narrativas convencionales, el lo hace de una manera poética, con el recurso de una voz en off, con movimientos rápidos de cámara, con ángulos que se mueven en forma de expresión dependiendo de como se esté contando el relato, haciendo su forma de trascendencia existencial sea algo más grande que la vida misma.

Por eso, la nueva película de Terrence Malick, cuenta el caso real de un campesino austriaco que rechazó participar en la violenta guerra y se negó a jurar lealtad a Hitler, el director la plasma de una manera reflexiva y claramente poética volviendo a sus mejores épocas desde el árbol de la vida. La gesta heroica de este hombre será el punto que Malick se basé para llevarnos en un viaje emocional y contemplativo donde la pregunta más frecuente será: si nuestros actos nos definen como persona y como influyen en nuestro entorno y en las personas que nos rodean.

La poesía de Malick está presente en la forma que va contando la historia y las imágenes de la naturaleza algo que muy pocos logran armonizar, esa belleza con ese tono intimista que calza con la idea de lo trascendental que se está planteado en el plano) donde lo emocional y reflexivo toma peso en todo el filme; la conversación interior del personaje consigo mismo o con otros, a través de la voz o las voces en off ilustran las convicciones y las dudas que tienen ante la vida.

Sin dudas la actuación de August Diehl es brillante y es el motor de la cinta, el actor alemán encarna con medida y contención al campesino rebelde Franz Jägerstätter, un hombre sencillo al que la gente no logra comprender y es rechazado por todos, especialmente por los vecinos de su aldea que son fieles seguidores ha una exaltación patriótica.

Por otro lado es la actriz Valerie Pachnera, la esposa de Frank, donde representa el amor, a la mujer abnegada que no juzga a su marido, pero tampoco lo comprende sólo leda el amor que el necesita, ella está clara que tiene que ser fuerte por su familia y el motor de sus hijas. Malick la retrata como una mujer que no se rompe que es fuerza y realista.
Dionar Hidalgo
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29 de febrero de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy rápidamente. La temática es reivindicable, un homenaje a los héroes anónimos de la II Guerra Mundial, de cualquier guerra; gente inquebrantable que no se pliegan al despotismo y a la sinrazón humana. Actos ocultos en la historia que alumbran el mundo. El amor, la amistad, la familia, la fe, la solidaridad, la maldad humana...todo esto pone sobre la mesa Malick, que, como siembre, rueda magníficamente, con algunos momentos sublimes y poéticos. Los actores están sobrios y la fotografía es excelente. Quizás falle el montaje y sobren algunos minutos que no hacen más que redundar innecesariamente en la historia. Con todo, bien merece la pena un visionado hasta el final.
Rogerico
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1 de marzo de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Vida oculta", la última producción de Terrence Malick, emana una fuerte personalidad, con una definición clara, cincelada en las últimas décadas... definitivamente una cinta de autor, de calmo desarrollo y extenso (casi 3 horas). Una historia sin concesiones, tales como “El irlandés” o “Érase una vez en Hollywood” (ambas dejadas de lado en las últimas y condescendientes premiaciones del Óscar), que ofrece una tercera cosmovisión referencial a tomar en cuenta para interpretar el cine estadounidense contemporáneo.

Quien escribe ha seguido con atención los filmes de Malick. Desde la (anti) bélica “La delgada línea roja”, pasando por las expansivas y salvajes imágenes de “El nuevo mundo” (su director de fotografía, Jörg Widmer, lo acompaña en este nuevo trabajo) hasta la consagrada “El árbol de la vida”, que marcó un hito en el estilo de Malick, manteniéndolo incólume hasta esta película.

Encontrarnos con una película con un argumento “lineal” y casi “convencional” resulta una absoluta sorpresa, si tomamos en cuenta los estándares que había manejado el propio Malick en su última trilogía “abstracta”, de contenido casi enigmático y abstruso (curiosamente disponible en la plataforma más popular del momento, Netflix) compuesta por el drama familiar (“To the wonder”, 2012), la soledad en medio de la muchedumbre (“Knight of cups”, 2015) y lo inconciliable dentro de las relaciones de pareja (“Song to song”, 2017).

La historia se centra en Franz Jägerstätter, una figura simple, serena y bucólica (de los preferidos de Malick) que rechaza el Anschluss para luego rehusarse al reclutamiento previo a la Segunda Guerra Mundial. Luego de sufrir un largo y tortuoso aprisionamiento, es ejecutado por el régimen nazi en 1943. Luego de cuarenta y tres años, el entonces Papa Benedicto XVI lo declara beato y mártir por su sacrificio y su rechazo a la violencia.

Al ser el caso más documentado de objeción de conciencia en el bando germano, esta historia pudo haber producido una cinta más mainstream (como la de Mel Gibson, “Hasta el último hombre”) o, por su connotación religiosa (Franz es un fervoroso católico) una cinta sensiblera, típica de Hallmark Channel. Sin embargo, Malick da un giro de tuerca y ofrece una obra que va más allá de lo acostumbrado: no obstante, ya no juega excesivamente con los alucinantes saltos temporales, para formar varios arcos narrativos basados en prolepsis y analepsis (como la famosa escena del “nacimiento de la compasión”, con los dinosaurios) ni las escenas oníricas (como la de Jessica Chastain levitando) que poblaron mucho “El árbol de la vida” y la trilogía mencionada.

Al enfocarse en la situación política de Austria y Alemania (ambas unidas en el Tercer Reich), Malick apuesta paradójicamente por un elenco germanoparlante. Sorprende gratamente el desempeño de August Diehl, como el protagonista principal: su papel se desprende ya del clásico y caricaturesco personaje nazi-siniestro de “Bastardos sin gloria” y “Aliados”. Entre los secundarios, destacan actores experimentados como el alemán Bruno Ganz (el recordado Führer en “El hundimiento”) y el sueco Michael Nyqvist (“Millennium”), ambos fallecidos, haciendo sus últimas apariciones en esta película.

Quien escribe puede asegurar lo gratificante que es disfrutar una obra de Malick en la sala de cine, donde su fotografía puede ser apreciada en todo su esplendor, aunque resulta también preocupante que no se haya estrenado en el 2019, que llegue con casi 3 meses de retraso y que esté encasillada en una sola red de cines, donde generalmente no se le dedica un espacio mucho más amplio que el que merece, ni horarios más cómodos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Rex Mager
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