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Una vida oculta

Drama. Romance. Bélico Franz y Fani Jägerstätter son un feliz matrimonio que vive con sus tres hijas en su granja alpina en Sankt Radegund, Austria. Son campesinos, viven y trabajan rodeados de un impresionante paisaje montañés. Cuando estalla la Segunda Guerra Mundial, los hombres comienzan a respaldar el nazismo, pero Franz no se deja arrastrar por la corriente mayoritaria. Se resiste a prestar juramento a Hitler y se convierte en el primer objetor de un ... [+]
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Críticas 84
Críticas ordenadas por utilidad
30 de noviembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alguien habló de que es un film acerca de valores. No. Ni siquiera es un film acerca de principios. Sólo es comprensible como cristología. Malick ya nos ha dado esta figura en otros films como "La delgada linea roja". Este film es muy inferior ya que el paralelismo no funciona. Hay más obstinación que otra cosa. Incluso Cristo tuvo su momento de duda y en la cruz dijo "Padre por qué me has abandonado?". El personaje de este film no expresa la asunción del destino como redención, aunque insista durante casi tres horas. La disociación del "martirio" y de la "naturaleza" (La feliz vida a lo Thoreau) tampoco funciona. La comparación entre Malick con Bergman , Tarkovsky o Dreyer es banal.
Es de una pretenciosidad abrumadora, por la duración y por la pretensión.
rocamadur01
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7 de febrero de 2020
19 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terrence Malick lo ha vuelto ha conseguir. He pagado 9 euros por echarme una buena siesta. Casi tres horas de sopor absoluto con el mayor preciosismo visual, eso es así. Toda la carrera de este artesano del cine tiene los mismos tics, los mismos recursos, las mismas intenciones...la misma película.
Cuando osas criticar a algunos directores siempre encuentras un cierto rechazo por parte de los fans o los que piensan que el cine con poco público es arte y el mucho es baratillo. No es así. El arte no tiene que ser aburrido ni minoritario. Dreyer, Bergman...autores con los que Malick coincide en su percepción de la Fe y del cine, tocaban la fibra sensible de una manera que el bueno de Terrence no sabe hacer, aburrían bastante y resultaban imposibles para el gran público y muy densos para los que tenemos el cine como arma de diversión masiva.
La historia real que nos trae en “Vida Oculta”, tiene un interés limitado que no se puede alargar durante casi tres horas. No se puede ser tan denso y pretender un éxito de taquilla.
Los actores deambulan por la pantalla con un misticismo inerte en una desazonada pasividad que termina por adormecer al más fanático.
Bruno Ganz, Prochnow, Nyqvist, Diehl...todos y cada uno de los actores están muy bien igual que la extraordinaria fotografía te impacta como una preciosa obra de arte. La música acompaña pero el guión es demasiado pausado, lento...aburrido.
LuisOrtiz
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11 de febrero de 2020
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una obra a la que le sobra metraje y redundancias, arropada en el más puro estilo Malick, absolutamente inimitable: grandes angulares, naturaleza en todo su esplendor, agua, símbolos, contrapicados, primeros planos, steady cam, años de montaje, una banda sonora excelsa y una fotografía envuelta en una luz un poco más sombría de lo habitual con predilección por los contraluces muy amortiguados y sin utilizar luz artificial.

Cuenta la historia de uno de los primeros objetores de la historia, el austriaco Franz Jägerstätter, que se negó a jurar lealtad a Hitler, sin que creyese que el gesto iba a crear escuela o tener repercusión alguna en el devenir de la historia. Simplemente no hacía algo que le repugnaba.

Alrededor, la Iglesia siempre velando por su rebaño, es decir los poderosos, y los convecinos de Frank, alegres tiroleses, que pasan de invitarle a cerveza a escupir a su paso. Malick ha tenido el acierto de dejar en alemán parte de los diálogos a pesar de la versión doblada, para admirar en directo un idioma que alcanza su esplendor en el insulto y el odio.

Hay que ir a verla como se va a ver ópera, con distancia y pasión, arrobo y algo de prevención. Y hay que salir deleitados por las tres horas de cine siempre impostadamente lírico, en el que la voz en off nos mece y arropa, pero sin creer que el ser humano, incluso el de Malick, no se merezca un final aciago para contento del planeta y sus otras criaturas. Tenemos esperanza en que el cambio climático lo consiga.

Inspirada en la novela de Georges Elliot, Middlemarch, la película acaba con una cita del autor:

"...que las cosas no sean tan malas para ti y para mí como pudieran haberlo sido, se debe en parte a tantos que vivieron fielmente una vida oculta y descansan en tumbas que nadie visita".

Vidas ocultas, cenizas esparcidas al viento.
http://www.delgadalinearoja.com/2020/02/vidas-ocultas.html
minke
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16 de febrero de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Vida oculta” es la última película del controvertido director y guionista Terrence Malick. Apaleado y aplaudido a partes iguales por parte de crítica y público, Malick se aferra a su estilo trascendental, pero ofreciendo una obra menos críptica de lo habitual y con una estructura narrativa más accesible. La propuesta visual resulta impresionante, con una cámara que acompaña constantemente a los protagonistas y que ofrece bellas imágenes de los espectaculares paisajes. Este aspecto despunta especialmente en los tramos ambientados en los pasajes montañosos en los que convive la pareja protagonista, de una belleza apabullante. El apartado visual es acompañado a la perfección por la maravillosa banda sonora de James Newton Howard, con una pieza principal que resulta luminosa y dramática a la vez.

El dilema de Franz se centra en unas convicciones que le hacen ir a contracorriente de toda una comunidad (en realidad, de toda una nación) que está cegada por el nacionalismo y el odio, y al no aceptar la presión y su mensaje, le llevará por un camino de dolor y sufrimiento. Tanto para él como a los miembros de su familia, quienes recibirán las presiones de la gente del pueblo. La película transita por caminos comunes y no busca sorprender, prefiere profundizar en los problemas éticos a los que se enfrentan los protagonistas, poniendo el foco en el peso de la familia y en las graves consecuencias que puede tener esa decisión. Los diálogos resultan escasos en el film, y la mayoría se realizan a través de monólogos interiores o cartas que se mandan la pareja protagonista. El ritmo, la redundancia del mensaje y el largo metraje pueden hacer mella en el espectador que no conecte con la película al 100%, pero si se entra en su historia, consigue momentos de poderosa fuerza dramática.

La elección del punto de vista y la situación de la cámara merece comentario aparte. La gran mayoría de planos tienen su punto de fuga apuntando al cielo en los espacios exteriores, a las ventanas en los espacios cerrados y los planos contrapicados son una constante a lo largo del film. El dilema moral del protagonista se traslada de una perspectiva terrenal a lo divino, reflejando la fe inquebrantable de Franz. Un personaje con una vida oculta que se ha reivindicado con el paso del tiempo. Alguien que se atrevió a seguir lo que dictaba su conciencia, a pesar de las graves consecuencias a las que se enfrentaba.

Más críticas de cine y series (y algún que otro monigote): https://unhombresinpiedad.com
Un hombre sin piedad
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17 de febrero de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 2011 Terrence Malick se lleva la palma de oro de Cannes con El árbol de la vida. En el año 2019 presenta en el mismo festival Vida oculta sin mayor repercusión. Entre medias realiza alguna otra obra que nuestros distribuidores no se han dignado ni estrenar. Pasa de ser en la percepción general, de una figura misteriosa que espacia su obra de forma singular a un cineasta repetitivo y perdido en sus neuras filosófico trascendentales. ¿Sera posible que tras la visión de Vida oculta se pueda desmontar tanto prejuicio?
De entrada, creo de justicia rechazar que, si el principal problema es que buena parte de su estilo cinematográfico en cuanto a la composición de la imagen, su música o articulación de ideas ya se encontraba en otras obras anteriores, ya podemos ir desterrando a un buen puñado de cineastas, empezando por otro que también buscaba explicaciones al silencio de Dios, como es Ingmar Bergman.
Si el problema es que la duración de Vida oculta es excesiva y se podría reducir su metraje sin perder su impronta, también sería aplicable a otro buen puñado de cineastas, sobre todo a aquellos en que su cine no requiere exclusivamente el académico planteamiento, nudo y desenlace. La duración de un plano o su reiteración no tiene un exclusivo sentido narrativo. Tal como escribe Jaime Rosales en sus apuntes que conforman el libro El lápiz y la cámara “hacer cine es lograr que un plano trascienda la información dramática que contiene”
La última película de Malick narra una historia basada en hechos reales, que transcurre entre los años 1939 y 1943 y se circunscribe a un personaje, el austriaco Franz, al que su conciencia no le permitió sumarse al ejército nazi, con las trágicas consecuencias que ello le acarreó. Junto a él, su mujer, hijas y la comunidad en la que habita serán los otros que reaccionen ante su actitud.
Las imágenes de la aldea, su trascendencia espiritual, la felicidad máxima como armonía entre lo humano y la naturaleza se intercala con las imágenes documentales del terror: Hitler y sus grandes fastos. La armonía contra el presagio del horror. Lo que Malick nos lanza de forma solemne es el cómo pueden coexistir dos creaciones tan antagónicas y yendo más allá, el para que hemos sido creados. La pregunta es eterna y Malick sólo se puede enfrentar de manera pausada, solemne, fiel a un estilo cinematográfico que pone en primer plano al ser humano y su entorno, donde coexisten los grandes espacios abiertos con la opresión de los lugares cerrados, todo ello con una cámara que enfatiza, que sigue a los personajes, que los deforma.
El autor de El nuevo mundo confiere a sus imágenes toda la solemnidad precisa para intentar comprender nuestro vínculo con el universo y expresar la fe en lo que es el eje esencial de la película, la libertad individual que nos permita acometer acciones aun sabiendo el sufrimiento personal que puede conllevar y su incapacidad para alterar el curso de los acontecimientos, de ahí que resulten infructuosas entre otras, las reflexiones que le traslada a Franz el juez que interpreta Bruno Ganz, en el que sería su último papel.
Ya en la lejana y excelente Malas Tierras (Badlands, 1973), su autor evidenciaba sus dotes para articular un discurso narrativo más convencional. Desde hace unos años su cine deriva a otro tipo de discurso más místico y/o trascendente que en Vida oculta personaliza en unos seres, un lugar y un momento histórico, pero que trasciende y que a todos nos atañe. Sus casi tres horas son un excelente contrapeso contra la cantidad de películas que con menor duración parecen interminables.
Joaquin58
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