El caimán humano (Los hombres caimán)

Otro de esos films que se llaman de culto porque nadie los ha visto. En este caso, la presencia del veterano Roy Del Ruth al frente de la nave hacía presagiar un buen resultado, más la presencia en el reparto de George Macready, el inolvidable malvado (o tal vez no tanto) de Gilda. Y lo cierto es que hay atmósfera, esos siniestros bayous, esos caimanes amenazadores ocultos en cualquier esquina, o camuflados de rama, ese hombre que se baja de un tren en plena luna de miel tras recibir una carta misteriosa... Lon Chaney Jr, siempre tan mal actor, con el garfio que sustituye la mano arrebatada por un caimán... Pero el guión no acaba de cuajar, se echa en falta la mano de un Val Lewton, intuimos el desenlace a las primeras de cambio. No obstante, felicitamos una vez más a L'Atélier 13 por esta recuperación que los cinéfilos, y sobre todo los fans del terror, agradecemos casi con lágrimas en los ojos. Esta vez, la copia es impecable. Continúen por este camino, se lo rogamos.

Dentro de esas joyitas del terror y la ciencia-ficción que se rodaron en los años cincuenta, en los que se mezclaban seres humanos y animales, como "la mujer pantera" ,"La mosca" , las adaptaciones de "La isla del Doctor Moureau" o extraños e incomprendidos humanoides como "El monstruo de la laguna negra" y sus secuelas, "The alligator people" sorprende por su intenso y bien trabajado guión, magnífica ambientación y excelentes interpretaciones. Unos pantanos recreados en estudio pero con caimanes reales, que se mueven conforme pasa la protagonista corriendo. Qué miedo.

El inicio ya promete. Un flashback mediante hipnosis. Siéntense y disfruten. Una pareja rota por un misterio inconfesable. Una búsqueda desesperada. Un lugar cenagoso e inhóspito. Gente rara y peligrosa. Un doctor con buenas intenciones- algo raro en este tipo de filmes - una especie de Doctor Moureau pero sin la chispa de la locura, un secreto familiar, cosas extrañas que siempre suceden de noche, un magnífico maquillaje, radiación y un final electrizante, todo ello aderezado con gritos de pavor. Magnífico film, que contiene la esencia de todo lo que hacia de aquellos filmes una experiencia inolvidable. Eran modestos pero perviven en la cultura popular y "El caimán humano" debería figurar en ese panteón para poder ser adorado por los cinéfilos degustadores de estos filmes. Suya es la decisión.

Estupendo film de clase B que no oculta su cuna humilde pero en la que el espectador enseguida reconoce su vocación de volar alto.
Los resortes de la intriga se ponen en funcionamiento en los primeros compases mientras una banda sonora casi hipnótica y una fotografía sugerente marcan la trama con el sello de la intensidad.
El argumento es rotundo e inquietante como una amenaza que quiere escaparse de la pantalla y ofrece algo siniestro, algo sórdido y algo inmoral en cuyo contexto siempre aparece implicado L. Chaney Jr.

La caracterización del personaje principal en las escenas del desenlace restan parte del atractivo.

Parte de esta película de terror se la carga el título, es demasiado explícito, hace que sepamos de que va toda la historia y anula la intriga, convirtiendo en tiempo perdido la presentación de los enigmas iniciales.

La primera parte intenta crear misterio. Una mujer recuerda una historia mediante hipnosis, narrando como su marido la abandona poco después de la boda y, en consecuencia, ella emprende su búsqueda hasta llegar a una extraña casa situada en un pantano. En la casa ocurre algo raro e intentará descubrir el misterio.

Se consigue crear cierta atmósfera con el blanco y negro... los caimanes acechando en el pantano... incluso esa escena inicial en el tren... es lo más logrado de la película. Por contra el guion es demasiado simple y pronto se queda sin ideas. El maquillaje de la semi-transformación del hombre resulta creíble, pero al final, en su transformación total, los años no han perdonado. Se nota a leguas que es un hombre embutido en un disfraz de plástico.

El desenlace es de lo más soso, facilón y predecible.

Serie b pasable y de corta duración, mejorable en varios aspectos.

Jane Marvin (Beverly Garland) es una joven que trabaja en el consultorio del Dr. Wayne (Douglas Kennedy), él cita a un colega para ver una sesión de hipnosis con Jane, que le ha estado colaborando en unas investigaciones. Estando en trance se presenta como Joyce Webster, y comienza a relatar su historia personal, la búsqueda de su esposo Paul (Richard Crane) que desapareció luego de recibir un telegrama.

Las indagaciones de la protagonista la llevan a un alejado pueblo en la Luisiana más rural y pantanosa, más específicamente a una lujosa mansión donde en un inicio parece no encontrar mayores pistas de su esposo. Sin embargo, pronto las cosas cambian al descubrir el trabajo de un doctor que está realizando unos experimentos que tienen como efecto secundario… bueno el título de la película es muy claro.

Esa transmutación de humano a caimanes se da de forma progresiva, con cambios en la piel que evidentemente afectan el aspecto visual de las personas que la sufren. A Jane… o Joyce, lo que le interesa es dar con su esposo, conocer su situación y ayudar en lo que pueda, a pesar de la falta de información inicial, con el pasar del metraje la trama se le va aclarando.

La historia del filme parte de Orville Hampton y Charles O'Neal, siendo Hampton el escritor del guion, Robert Fresco también estuvo algo involucrado, aunque no está en los créditos, este trío estuvo muy enfocado en el cine serie B y sus guiones van referidos a ese tipo de cine, misma situación para la etapa tardía de la filmografía de Del Ruth, de hecho, este es su penúltimo largometraje.

Es curiosa la decisión de presentar el filme de esa forma, es decir que la protagonista cuente su historia en estado de hipnosis y que al despertar no recuerde nada de esa vida, ¿fue real lo que contó o solo la invención de alguna neurosis? Más allá de esa indagatoria, el eje central del relato está muy bien construido, la historia por más inverosímil que sea tiene bastante sentido a lo interno del relato, se cree.

La producción también está muy bien, en especial las diversas secuencias en los pantanos con los caimanes y la interacción de los personajes con el medio, además de la caracterización de la transformación de estas personas, aunque lamentable el resultado final -cuando se completa- es bastante deficiente y se nota mucho que es un traje (especialmente en el torso), al punto de que molesta.

A pesar de ese aspecto, el peso argumental y dramático que lleva la propuesta vende bien lo que se muestra, al final The Alligator People termina siendo un producto más que satisfactorio que arroja algunas ideas interesantes.