Laggies

Laggies es un film muy bueno, donde se destacan principalmente las actuaciones excelentes de sus tres protagonistas principales (Keira Knightley encantadora, Chloe Moretz como siempre muestra ser una promesa, y Sam Rockwell se muestra conciso).
La historia no cuenta nada nuevo, simplemente se resumiría: Megan (Keira Knightley) una mujer que vive en el pasado y quedó estancada en el tiempo, completamente indecisa sobre su futuro, y en cierta manera sobre su propio presente; por una casualidad conoce a Annika (Chloe Moretz) una chica mucho menor que ella pero que le permite de cierta forma revivir sus momentos de adolescente. Esta amistad le permite a Megan redescubrir su personalidad y redefinirse a sí misma, acarreando en el trayecto varias mentiras que repercutirán en su vida, y que involucrarán especialmente a Anikka; a su pareja (interpretada por Mark Webber) y al padre de Annika (Sam Rockwell).

Una película excelente para ver en familia, que muestra la repercusión de los adultos en la vida adolescente, tanto de manera positiva como siendo causa de muchos problemas aunque sean de manera indirecta. Además deja muchas enseñanzas que pueden ser utilizadas en nuestras propias vidas (como combatir la indecisión, separación de los padres, dejar el pasado atrás).

El problema con la película es su irregularidad en cuanto al contenido. Por eso la defino como la Campana de Gauss.
Los primeros 10 minutos la estipulan como una película monótona, típica y aburrida; convirtiéndose en el desarrollo, en una gran película de humor que se disfruta completamente... hasta que llega a una idea final interesante, pero demasiado predescible y sobre todo acelerada y sin sentido.

LO MEJOR: Las actuaciones la sacan a flote, excelentes los tres actores principales. La idea estereotipada pero llevada a otro nivel, resulta interesante; y el film es innegable que posee mucho humor.
LO PEOR: Una mala primera impresión, y un final demasiado acelerado, típico y poco desarrollo de la historia.

Quién lo iba a decir: a Keira Knightley le van los papeles de pringadilla y/o medio neurótica y de persona normal con alguna cualidad extraordinaria (véase The imitation game o Begin again). Pero mucho. Y desde luego mucho más que los de gran heroína dramática de época.
Sea como sea, está claro que la protagonista de Piratas del Caribe ha sabido salir del cierto ostracismo en el que entró después de Expiación y se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera, encadenando proyectos interesantes uno detrás de otros e interpretaciones que son un auténtico lujo. Knightley disfruta como una enana delante de la cámara, y últimamente sus personajes contagian la alegría de su mirada al espectador, ya sea la aspirante a estrella musical de Begin again, la cooperante de Alan Turing en The imitation game o la Peter Pan femenina que interpreta en Laggies. En otras palabras: a Knightley le sienta maravillosamente la comedia últimamente, y lo que no es comedia también, pero se encuentra especialmente cómoda e inspirada en el género del buen rollo.
Por desgracia, aquí en Laggies no tiene ni por asomo un guión como el de la maravillosa película de John Carney. De hecho, la historia no es demasiado estimulante y sí algo increíble desde el primer momento (¿de verdad una tía de treinta años, por inmadura que sea, se iría de farra con unos quinceañeros sin pensárselo dos veces y haría todo el resto de cosas que hace Megan en la película?), y no pasa de ser una propuesta entretenida y simpática que no huye de ningún tópico y apuesta por un giro romántico que no le viene nada bien a la historia. El mayor atractivo de la trama es la amistad entre Annika y Megan a pesar de su diferencia de edad. La entente de la segunda con Craig (un siempre eficiente y natural Sam Rockwell) no aporta nada más que convencionalismos por un tubo.
Por suerte, el talento de la protagonista lo puede todo, como también el de la (casi) siempre excelente Chloë Grace Moretz, un modelo continuo de carisma, personalidad y naturalidad en sus interpretaciones. Además tiene una química estupenda con Knightley y las dos forman una pareja artística de lo más interesante.
En definitiva, una película suficiente que se eleva por encima de la media gracias a sus intérpretes. Como ocurre tantas otras veces.

Lo mejor: ¿Hace falta repetirlo? Keira Knightley, sin olvidar a Chloë Grace Moretz.
Lo peor: La historia que cuenta no es demasiado interesante y encima está más vista que el tebeo.

Como fan de Chloe Grace Moretz tenía ganas de ver esta película aunque tampoco sabía nada del argumento así que fui sin saber nada y la verdad es que me ha gustado pero no pasa de ser una película con algunos momentos e interpretaciones brillantes pero no va más allá del paso a la madurez, algo mil veces visto en el cine y narrado de mejor manera y menos convencional. Laggies cuenta como Keira Knightley no triunfa con sus amigas, no termina de estar enamorada del todo de su novio y de repente Moretz aparece en su vida y logra ser amiga de una adolescente con la que su padre Sam Rockwell también está pasando por problemas y lo demás ya lo podéis descifrar vosotros. Rockwell sorprende, posiblemente me haya parecido el mejor de la cinta junto a Knightley ya que Moretz esta vez está decayendo poco a poco con lo bien que iba y no pasa de ser un personaje por momentos agradable y en otros insoportable. El guión no hace mucha justicia de todas formas y la cinta logra ser rápida pero a la vez previsible, entretiene y cumple con su cometido, hay algún compás de la cinta inesperado pero por lo general se entiende que la cinta no haya causado revuelo porque ni ofrece nada nuevo ni se esfuerza por ser algo realmente memorable. Está bien y pasas un buen rato, nada más.

"Estoy saliéndome del grupo" y Megan se salió, mensaje recibido en el whatsapp.
Keira Knightley, veinteañera en plena crisis de identidad, sin trabajo, oficio ni beneficio a la vista, excepto tareas ocasionales para su padre, que no mueve ficha ni hacia delante ni hacia atrás, mientras su grupo de amigos de la universidad han desarrollado y avanzado en su vida y están a la espera de que ella madure de una vez; proposición inesperada de su novio desde la facultad que le apremia y, casi fuerza para poder respirar y no asfixiarse, a un retiro voluntario de una semana para pensar y clarar sus ideas; para ello será perfecto una adolescente recién conocida, Chloë Grace Moretz, con la que encaja inmediatamente, con la que inicia una relación de íntima amistad y con la que convivirá una semana crucial para su destino, por supuesto, con padre divorciado incluido, Sam Rockwell, que no es difícil adivinar cuál será su cometido, al igual que tampoco es complicado imaginar el devenir de un guión cuyas pautas se leen y anticipan con facilidad pasmosa.
Es fresca y jovial, transcurre con gran soltura y ligereza amenidad que entretiene y no provoca dolores de cabeza, expone y aspira a tratar temas serios y diversos en los que no penetra ni profundiza ni se detiene en su desarrollo y consistencia pues tiene prisa y obsesión por mantener esa mirada desganada de pasar el tiempo como quien no quiere la cosa pero, a la vez, estar decidiendo sobre la importancia de su existencia, de su devenir, vacilando y meditando sobre la pareja idealizada, la amistad sin sentido, el cambio de valores, la influencia de los padres, las consecuencias de los actos, el asumir responsabilidades y el cuidado de tus palabras y acciones que pueden herir a inocentes que más quieres.
No tiene mayor interés ni percepció, cómoda y sencilla como echar una partida de bolos, te calzas los zapatos, coges la bolla, tiras y a esperar que ésta ruede y se deslice por el camino esperado, que derribe los bolos oportunos y queden en pie los deseados para ese avance hacia el crecimiento y evolución de quien se había perdido y estancado en un stand by inagotable, ese cuento soñado de princesa, reina del baile, pareja del año, amigas inseparables, futuro glorioso..., que se desvanece y desinfla cual inapatencia de pasar el tiempo, cumplir años y ausencia de motivación nunca hallada que tampo se añora en demasía.
Momentos más lúcidos con otros menos conseguidos, escenas divertidas combinadas con otras de gran escasez, atracción y sosiego por igual en piezas cambiantes de alternancia lograda con claridad unas, otras se pierde y marea en su propia incertidumbre de estímulo quieto y soso que, simplemente quiere pasar el rato, fiesta del sábado por la noche que da para alegría, aburrimiento, diversión, cansancio, ir al baño, charlar, bailar, conocer gente nueva, estar con los de siempre y volver a casa diferente, con la ilusión y perspectivas en la cabeza, hasta ahora nunca surgidas, el domingo por la mañana o cuando sea que encuentres el camino a ella, sea ésta dónde sea.
Laggy, quedarse atrás, ir a la zaga, respuesta tardía a un cambio y los factores que influyen en él; laggies, generación pérdida, colgada y más lenta que no se deja fluir por la marea y espera a la llegada de su propia ola.
La vida te cambia de la noche a la mañana intentado solucionar tus sentimientos, encontrar tu esencia ydescubrir tu nuevo rumbo, un hecho fortuito, un suceso imprevisto y te lanzas a buscar tu desenlace pues, ya no eres tortuga "Soy una serpiente, una serpiente que va arrastrando mi vieja piel alrededor, conmigo, por demasiado tiempo", de cambio necesario, evidente y sin novedad alguna que no haya sido vista o narrada anteriormente.
Una desgracia nunca es tan grande que no ofrezca recompensa pequeña a unos brazos necesitados; para fans de Cloe, adoradores de Keira más, un respetado Sam cuyo personaje, presencia y actuación borra de un plumazo, con eficacia notable, a las otras dos.
"Despierto por las mañanas, me miro en el espejo, ya no se quien soy, camino por las calles y luego me pregunto quién soy; estoy desesperada, me siento acorralada, mi mundo se derrumba y queda nada...," y Megan se salió, mensaje recibido en el whatsapp.

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El título despista. Laggies es una palabra que apenas escuchaba por primera vez cuando iba a ver esta película. No sabía qué significaba y esperaba que la película pusiera en evidencia el sentido de esta expresión. Sin embargo, la película es tan floja que puede seguramente caracterizarse por ser "laggy". Al ver el filme, se supone que Keira y Chloë interpretan a una extraña pareja de amigas que buscan definirse, cada una a su manera, en las etapas de la vida que están enfrentando. Pero de ello, pocón pocón. A lo mucho, la señorita Chloë logra llamarnos la atención por su, una vez más, expuesta versatilidad; pero Keira se queda en el vacío, tal vez porque el personaje es precisamente "laggy".
No es una gran película, a pesar de que en el reparto aparezca el más que interesante actor Sam Rockwell.