El día de la bestia

ESTRELLA Nº 1 por ser la mejor película española de los noventa.

ESTRELLA Nº 2 por todos y cada uno de los diálogos que componen un genial guión.

ESTRELLA Nº 3 al nervio de Álex de la Iglesia que mejora su ópera prima Acción Mutante.

ESTRELLA Nº 4 por la tensión que destila cada baldosa de aquella horripilante posada.

ESTRELLA Nº 5 a Santiago Segura, Álex Angulo y Armando de Razza. Mis tres reyes favoritos.

ESTRELLA Nº 6 al espídico pero ordenado montaje y a la mejor banda sonora del cine cañi.

ESTRELLA Nº 7 a la denuncia política y social tan descarada que muestra el film.

ESTRELLA Nº 8 para la magistral fotografía de Flavio Martínez Labiano.

ESTRELLA Nº 9 por la secuencia de la invocación al diablo. Una maravilla.

ESTRELLA Nº10 a la desazón que causó entre la supuesta élite cinéfila ibérica.

Un auténtico bombazo netamente original. 9.6

"¿Hijo... tú pecas?"
"Sí padre. Yo peco la hostia."

Llegó como un soplo de aire fresco. Y propuso el cambio de "qualité" por calidad.

Traía ideas bajo el brazo. Pero eran visuales, y huían de la vaguedad.

Era un profesional del cine. Tenía nervio, tenía chispa. Y no le tembló el pulso al clavar la estaca.

Por una vez había alma en las imágenes. Y una increíble coherencia tonal. Había sentido del espectáculo y del tempo narrativo, con un ejemplar aumento progresivo de la densidad... la película avanzaba y cada vez cubría más...

Pero muy pocos siguieron su ejemplo. Y la quinta de la "mediocridad bienpensante" sigue moviendo los hilos.

Endiabladamente divertida.

¿Acaso habían visto algo así viniendo de América?

"El Día de la Bestia" rebosa acción, comedia y terror. Unos diálogos excelentes, y un guión que no te despega del asiento. Verdaderamente original, se merece un buen reconocimiento.

Lo mejor es el personaje de Santiago Segura, un heavy macarra, que no entiendo muy bien como va eso de que nazca el Anticristo. Su madre, también merece mención, y es que le hace un juego muy interesante a la película. Su abuelo, aparece un par de veces, estelarmente.

La interpretación de Álex Angulo, es de las mayores virtudes de la película. Leí una entrevista a De La Iglesia, en la que decía que Álex Ángulo, era el actor idóneo para el personaje, debido a su aspecto bondadoso. La verdad es que verlo cometiendo maldades, resulta paradójicamente divertido.

En fin, una película que lo tiene todo, y si tienes cierto interés por el tema, te atrapa mucho más.

Jugosa forma de combinar terror, comedia, cine fantástico y acción en esta trepidante historia dirigida magistralmente por Alex de la Iglesia (800 balas). Inteligente, viva y con una atmósfera muy atosigante que cumple su misión de transmitir al espectador su visión apocalíptica de unas calles de Madrid que, de entonces hasta el día de la fecha, no han cambiado demasiado al menos respecto a lo que se refiere a los lugares representados por esta cinta.

Es una película con fuerza, llena de aspectos curiosos. Nos habla de un párroco bilbaíno (Álex Angulo) que viaja hasta Madrid después de haber descifrado nada menos que las claves ocultas de un criptograma que habla del fin del mundo. Esta hecatombe se producirá en plena Navidad, el 25 de diciembre de 1995, por lo que el tiempo para actuar y poder evitarla es bastante reducido. Esta apocalípsis es según el sacerdote una obra del demonio, el anticristo, al que deberá encontrar para acabar con él. Y como el mejor camino para llegar hasta el mal, es el del mal, se desprende de sus elementos religiosos y aunque ataviado con la sotana y su txapela, el cura bien parece un maleante cualquiera disfrazado antes que un religioso.

A su disparatada aventura se le une un particular Sancho Panza, Jose María, muy bien interpretado por Santiago Segura, encargado de poner la nota de buen humor a esta notable película que me ha mantenido muy inquieto durante toda su duración pero que me ha dado palmaditas en la espalda gracias a lo que me he reído en algunas de sus escenas. Juntos, deberán enfrentarse a multitud de problemas para poder cumplir su propósito de salvar al Mundo desde nada menos que la capital de España. Encuentran como enlace a un vidente televisivo, el profesor Cavan (Armando de Razza), del que el sacerdote está plenamente convencido de que tiene la capacidad para hacerle contactar con Satanás. Al mismo tiempo, una peligrosa banda que firma con el nombre 'LIMPIA MADRID' quema mendigos y propina palizas a todo aquello que a sus ojos es indigno para la imagen de la ciudad.

Nunca me descargaría su alocada banda sonora, pero desde luego es la música más adecuada para esta película llena de temas satánicos que en muchos momentos consigue hacer al espectador tragar saliba. Sombría película de inteligente argumento, muy recomendable. Buenas interpretaciones de todo el reparto, con un gran Álex Angulo.

Notable comedia negra española que marcó la década del noventa gracias a un original argumento que irradiaba delirio, mala leche, situaciones truculentas con altas dosis de violencia, humor negrísimo y un tremendo desparpajo que suponía terminar riéndonos de alternativas trascendentales.

La cinta posee un frenético ritmo narrativo, absorbe de principio a fin y sus méritos pasan por la forma en que se ponen en escena las trastornadas y místicas vicisitudes que mezclan en pantalla a un cura trastornado, a un fanático del death metal y a un futurólogo especialista en parasicología. Juntos darán lugar a un sinnúmero de situaciones desternillantes que se terminan burlando de los fanatismos religiosos, de los engaños televisivos, de los círculos de adoradores de Satán, y de los grupos anárquicos que siembran el terror.

Es una cinta que marca un hito dentro del cine español porque desarrolla una comedia negra navideña sin parangón, porque posee carismáticas interpretaciones en todo el elenco pero en particular en Álex Angulo como el cura, Santiago Segura como el adepto a la música heavy y Armando De Razza como el engañador experto en parasicología.
Estos tres actores, junto al resto del cast, le brindan la chispa necesaria para darle más intensidad y excites a un guión tan esotérico como desmadrado, que no para hasta el último fotograma de brindarnos simpático y descontrolado delirio con una saludable base fantasiosa gracias al exaltado y turbado misticismo desplegado en pantalla

Pero además es un filme español que se aleja de los convencionalismos y de las temáticas desarrolladas en las ofertas de ese país. De esa manera Álex de la Iglesia nos ofrece un producto cargado de incorrección y dotado de una atractiva presentación visual desde los efectos especiales y desde la llamativa fotografía que acerca a esta oferta a las producciones de la gran industria de Hollywood.