Ethan Hunt, junto a su equipo de agentes de confianza y también a algunos que en verdad no lo son tanto, tiene que enfrentarse a un nuevo villano y salvar al mundo de una nueva amenaza. Entre viejas caras y nuevos desafíos, la historia llega a un final espectacular, lleno de acrobacias en esta primera entrega, la cual está repleta de adrenalina. Una experiencia cinematográfica dividida en dos partes.
Cine espectáculo de acción de primer nivel, tanto a nivel de solvencia de actuaciones como en la factura visual que da vida al vértigo pirotécnico. Película dinámica y bastante entretenida, repleta de memorables secuencias rebosantes de adrenalina, acción con mayúsculas filmada con férreo y artesanal pulso narrativo hecho a la vieja escuela, con toques humorísticos y dejos nostálgicos a modo de homenaje a la saga, con pasajes de tono muy exagerado y acrobacias rimbombantes donde Tom Cruise vuelve a hacer de las suyas y con muy alto nivel.

Para enterrar sus demonios de una vez por todas, Josh Lambert y su hijo, un ya universitario Dalton Lambert, deberán profundizar en El Mas Allá más que nunca, enfrentándose al oscuro pasado familiar y a un huésped de nuevos horrores terroríficos que acechan tras la puerta roja.
Película que sin dudas te pondrá los pelos de punta en varias ocasiones, te enganchará en el conflicto central que hace que nuevamente la familia Lambert terminen lidiando con demonios en el más allá, también tiene sus toques sentimentales ya que estamos en presencia de una obra bastante "humana" que escarba en las relaciones familiares, pero lejos está del nivel de la tensión, chispa y el horror que teníamos en las anteriores cintas de la saga.
Se extraña el protagonismo de los violines en la banda sonora, pero se agradece el tema final "Stay" de Ghost y Patrick Wilson de los créditos finales.

En 1969, un Indiana Jones envejecido y derrotado por la vida regresa a la acción para evitar que su ahijada venda un artilugio que permite viajar en el tiempo a unos nazis que pretenden alterar el curso de la Segunda Guerra Mundial.
Es una película que resucita el cine clásico de aventuras, tendremos una parte inicial a un Indi hecho por ordenador de manera muy convincente en una memorable secuencia de escapada en tren, además de que en el resto del filme tenemos a Harrison Ford que con 81 años sale muy bien parado en todas las escenas de acción en la que le meten, manteniendo el carisma y la mordacidad del personaje.
Tenemos un metraje bastante extenso, con variaciones en la intensidad del ritmo narrativo, sólidos efectos especiales en los pasajes de aventura, una nostálgica partitura de John Williams y un resultado final satisfactorio que te hará pasar un rato entretenido, aunque bastante lejos de la emotividad, la chispa, diversión y creatividad narrativa de las primeras películas de la saga.

En un pequeño poblado, vive un niño muy tímido que escucha golpes dentro de las paredes de su casa. El pequeño comienza a sospechar que sucede algo extraño en su casa con sus padres, de quienes sospecha que le esconden un tenebroso secreto, es por eso que pide ayuda a su profesora de colegio para investigar qué es lo que sucede.
Tenemos una película que en su primera mitad va desplegando un guión donde domina el suspense, mezclado con ciertas dosis de horror psicológico, con personajes que despiertan sospechas, para luego sí dar rienda suelta en su parte final a un espectáculo más dinámico con monstruo en pantalla.
Atmósfera con cierta tensión conseguida en casa con oscuros secretos, interpretaciones convincentes, bastante suspense, algunos pasajes truculentos propios del slasher y un desenlace donde aparecen algunas pizcas de elemento sobrenatural, algo de efectos especiales y se aceleran los ritmos.

Las hermanas Sadie y Sawyer, cuya madre murió recientemente y cuyo padre, un psicólogo, apenas les presta atención, se enfrentan a una criatura perversa que llegó junto a un paciente de su padre y se alimenta del sufrimiento de sus víctimas. La familia deberá lidiar entre problemas emocionales y un monstruo que habita en la oscuridad de la casa.
Es una película que oscila entre el drama psicológico de traumas familiares en la primera parte ahondando en los pesares de los personajes y el terror sobrenatural sobre monstruos en la parte del desenlace. Sigue todos los formulismos del cine comercial, en partes a un ritmo más acompasado y en otras con más despliegue de sustos fáciles con subidones de volumen y repentinas apariciones de la criatura terrorífica que da vida al título.
Es una típica película de terror que si bien no pasará a la historia, se consume sin problemas si te gusta el género. Es una aceptable y genérica cinta de horror que explora en la psicología del duelo en su primera mitad para dar rienda suelta a la típica mecánica del susto del terror convencional sobre monstruos hechos por ordenador.