La brigada de Sharky

Burt Reynolds en uno de sus papeles estelares nos presenta al sargento de policía Shark que es destinado a Antivicio. Un policía incansable y serio. Allí se junta con un jefe desquiciado y con unos compañeros hasta las cejas de trabajo. Será ya una constante en la trama la camaradería que destila la película. La plantilla argumental al estar bien hecha funciona sin más si no esperamos logros espectaculares. Nuestro amigo Burt lo sabe de sobra y así intentará dirigir la película.

Con un ritmo lento para ocuparse del romanticismo, Shark se pone a vigilar a Dominoe, una prostituta de lujo enredada con un político y metida en turbios asuntos.

El avance de la película entra en una dinámica intrigante sin dejar atrás el incipiente enamoramiento del poli de su objetivo. Siempre se dice que uno no debe mezclarse sentimentalmente con el trabajo, pero el amor va por libre. No necesito decir que Burt Reynolds convence en su papel de policía duro de los de antes y que el reparto es de lujo: nada menos que Vittorio Gassman y Rachel Ward, más pesos pesados como Brian Keith, Charles Durning, Henry Silva... Burt Reynolds ya era entonces de la vieja escuela de tipos duros, de los que usa Varon Dandy y se afeita con cuchilla, siempre cae bien. Fue un precursor de tantos por venir a este género e ideal para estos papeles.

La película tarda en romper por la brecha de la violencia pero cuando lo hace, lo hace bien, como se espera por los innumerables seguidores de este actor.

Policíaco de principios de los 80 que, quizá, no ha envejecido del todo bien pero que tiene, sin duda, escenas que deleitaran a los aficionados al género.
Reynolds ya había probado el campo de la dirección anteriormente. Se le ve mayor ambición en este trabajo ya que se rodeó de buen equipo técnico y sobre todo, artístico. Y consiguió lo que a mi entender es su mejor trabajo en esta vertiente. Con eso, no quiero decir que sea una buena película pero sí un digno entretenimiento que deja buen sabor de boca.
El principal problema que tiene el film es el tempo. Su ritmo es algo lento y no termina de arrancar del todo y sus aires televisivos no le ayudan precisamente. Ahora bien, el trabajo de su excelente reparto y algunas escenas de indudable interés ( sobre todo, aquellas en las que aparece en pantalla esa belleza llamada Rachel Ward) levantan el largometraje y aún mas, en sus últimos minutos.
Burt quisó enmendar y pulir los fallos en su siguiente trabajo tras la camara "Jugar duro" ( "Stick" ) y no le salió.
Resumiendo, digno trabajo que se ve con agrado.

Burt Reynolds, actor tremendamente popular en los años 70 y que se defendió como pudo en los 80 hasta languidecer en los 90, cuando le robaron su bien merecido oscar por "Boogie Nights", siempre encajó en el perfil de "hombre de verdad" como decía la canción de Alaska y Dinarama. Reynolds siempre fue testosterona, un actor muy físico y tremendamente varonil. No era del estilo de Eastwood- amiguete suyo - de Redford, o de Newman. Nunca presentaba un perfil intelectual, lo suyo siempre fue la acción sensu stricto, sin trampa ni cartón, con un punto rústico y redneck.

En los años 70, Reynolds quiso dar un giro y hacerse más urbanita. Dejó sus correrías en camión y se puso en la piel de un policía de carácter y con problemas con la autoridad. "La brigada de Sharky" no es una gran historia, ni siquiera es una buena historia. Nos muestra algo deslavazado, decadente, corrupto, sucio, muy propio de los años 70. Prostitutas, drogas, sexo, políticos, policías untados. No va mucho más allá, con alguna reminiscencia del clásico "Laura" , aunque cambiando a la protagonista por una prostituta de lujo, de 1000 dólares la noche. Reynolds se implicó mucho, se arremangó y se puso a dirigirla. Y tiene buenos momentos, como su inicio, o las persecuciones en el edificio. Tiene unos compañeros de lujo - desde Silva, Gassman a Rachel Ward y el resto del plantel. Buenos actores había en los 70.

El resultado es algo irregular. No obstante, Reynolds tenía un cierto talento como director que, desgraciadamente, no cultivó más.

Remake encubierto de "Laura" (O.preminger). Marcada por el estilo de la época y un protagonista (Reynolds) ajeno a la retirada. Aunque pueda parecer extraño y pese a lo tópico de la cinta esta se muestra dinámica y llevada a cabo con buen pulso. Distrae y crea una especie de halo de película de cine negro. El bueno de Burt, ja alejado del la atracción que infundía en los ochenta se muestra solvente y encaja en el papel.

Recomendable.

Las películas de Burt Reynolds son objetivamente mediocres o malas. Si en su día tuvieron éxito se debió al carisma de su protagonista. Salvo honrosas excepciones como, Deliverance, El rompehuesos o Boogie nights, por la que obtuvo su única nominación al oscar, el resto de su filmografía deja bastante que desear.

La brigada de Sharky es un policíaco que él mismo dirigió y salió bastante airoso del entuerto porque no tuvo malas críticas y funcionó bien en taquilla.

Lo que más me gusta de esta película es el realismo de las violentas escenas de acción y el personaje de Reynolds, cuya timidez con la atractiva bailarina a la que protege hace que resulte un tanto entrañable. Por lo demás la trama me dejó indiferente, proxenetismo, políticos puteros, corrupción policial... nada nuevo en el horizonte pero reconozco que me entretuvo. Henry Silva da miedo de verdad.