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Tres horas para morir

Western. Intriga Un conductor de diligencias, injustamente acusado del asesinato del hermano de su prometida, logra escapar, pero volverá unos años más tarde para descubrir al verdadero asesino. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
15 de octubre de 2015
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Modesto film que tras una envoltura de western se oculta un interesante thriller (falso culpable que investiga hasta dar con el verdadero asesino) y una lúcida reflexión sobre los temas del odio, la culpa, la cobardía, el amor y la fidelidad.
Dirigido muy correctamente por Alfred Werker, director del estimable policial “Las aventuras de Sherlock Holmes” o de la buena intriga psicológica “El susto”, y con equilibradas interpretaciones -en especial la de Dana Andrews, que da a su personaje la gravedad adecuada a su psicología, y la de Donna Reed, cargada de serenidad y de tristeza-, sobresale por la complejidad de caracteres, por su magnífica factura -y más al tratarse de una realización de serie B- y por el suspense que desarrolla.
Otra loable característica de esta película es la presencia de la mujer, tan importante en el western (“Johnny Guitar”, de N. Ray; “Raíces profundas”, de G. Stevens; “El rebelde orgulloso”, de M. Curtiz; “El Dorado”, de H. Hawks o cualquier western de John Ford, por poner solo unos mínimos ejemplos), que confiere a esta cinta un halo de melancolía y el ya mencionado tema de la fidelidad o de la superación de un amor que nunca se ha olvidado.
Una película, en fin, que nos otorga más de lo que pretende, lo cual es de agradecer, y que mantiene su argumento sin altibajos y con un meritorio trazado narrativo.
Luis Ángel Lobato
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6 de abril de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues estamos ante otra modesta cinta que -vista con interés- da mas de lo que en principio pueda imaginarse.

El argumento es poco novedoso pero sobre él se monta una buena historia que Alfred Werker cuenta con profesionalidad en escasos 80 minutos. La cinta se desarrolla, casi en su totalidad, en escenarios decorados y por tanto carece de la frescura de los western filmados en exteriores. Carece de los elementos esenciales del género: no hay indios, no hay soldados, no hay vacas ni vaqueros y los pocos caballos que se ven es para verles dar, apenas, unos pasos. La trama se desenvuelve entre la cantina, el salón de juego, la barbería, la oficina del sheriff, una habitación de hotel y un salón de baile. De exteriores, alguna calle del pueblo, el entorno de un rancho y un risco frente a un lago donde se produce una pelea a puñetazos. Werker la filma en 1954, tres años antes de fallecer, y cuando contaba ya con una nutrida experiencia que se aprecia en escenas como la de la huida de la horca casi en el comienzo.

Dana Andrews y Donna Reed hacen bien su papel. El de Andrews es un tanto monolítico pero lo exigen las circunstancias y el de la Reed, breve -como en tantos papeles femeninos del género- muy bien ejecutado arrancando el director muy buenas expresiones de su bonita cara, que suplen la ausencia de mejores diálogos

Está filmada en technicolor pero -al menos en su visionado por TV- en unos tonos pardos casi del viejo sepia. La fotografía de Charles Lawton -sin embargo- está muy lograda si bien es cierto que los interiores se lo pusieron muy fácil.

La música solo acompaña adecuadamente aunque llega a invitar al espectador a acompañarla con el silbo en las conocidas melodías que se escuchan en la escena del baile.
Poncho
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20 de febrero de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A un pueblo del sur de los Estados Unidos de Norteamérica, regresa Jim Guthrie… y los habitantes tiemblan con tan solo verlo. Al encontrarse con su viejo amigo, Ben East, el nuevo sheriff de la zona, Guthrie rememorará lo ocurrido tres años atrás, cuando se peleó con Carter Mastin, el hermano de, Laurie, su prometida, y pedirá, al sheriff, tres horas para aclarar lo sucedido y marcharse luego del pueblo… si no lo han matado antes.

Comienza así un calificado western que, aunque tiene algunos puntos en común con otros tantos títulos, no resulta para nada predecible, y el director, Alfred Werker, logra que funcione como una suerte de thriller sólidamente cimentado y con personajes muy bien caracterizados. Desde los primeros minutos, se advierte el profesionalismo del director (fotografía muy cuidada, eficiente selección de planos, ajustado vestuario…) y la escena del linchamiento y la fuga, resulta tan bien estructurada que es un ejercicio del más puro arte. Son cuatro hombres los que se involucran directamente en el intento de ejecución… y cuando el reo escapa en una carreta desbocada, la cuerda que sigue atada a su cuello se enredará, ¡cuatro veces!, apretando en cada ocasión su cuello a punto de ahorcarlo. ¿Qué pasa por la mente de Jim Guthrie? Es fácil advertirlo: seguramente la imagen de aquellos cuatro hombres que, sin darle lugar a un juicio justo, querían ejecutarlo por su propia mano.

El guion, escrito por Richard Alan Simmons y Roy Huggins, basados en una historia de Alex Gottlieb, apuntará a indagar en la psicología de los personajes y, al tener esto más peso que la acción, se adquiere un fondo humano, y también sociológico, bien interesante y pronto se convertirá en un firme alegato contra las ejecuciones extrajudiciales y los linchamientos que tan en boga estuvieran en los tiempos más oscuros de la historia estadounidense. Lo mejor, es que la película no pierde vigencia, pues, tras tantos años de haber sido realizada, el atraso y las acciones primarias siguen en su punto, y en algunos países de América, y de otras latitudes, hechos tan atroces continúan sucediendo.

Werker, ha logrado también una cuidadosa selección de su reparto y, cada actor resulta tan ajustado a su personaje, que pareciéramos estar viendo una historia verdadera. Dana Andrews (Guthrie), tiene el tipo del hombre bueno, sin aspecto alguno de héroe, pero, con suficiente carácter para defender su dignidad y la justicia. Donna Reed (Laurie), es la mujer bonita sin demasiada formación, y más interesada en su propio biene$tar que en las delicias que ofrece el amor. Stephen Elliot (Ben), es el sheriff con pinta de hombre astuto y con esa firmeza de carácter que convence a cualquiera… y Richard Coogan es Niles Hendricks, el hacendado que pareciera tenerlo todo, pero… hay gente que tiene tantas cosas que, hechas bien las cuentas, ¡no tiene absolutamente nada!

Es la segunda vez que veo, <<TRES HORAS PARA VIVIR>>, y quedo más complacido que antes en esta oportunidad. El cine adquiere consistencia cuando la forma complementa, con eficacia, una historia donde los personajes tienen vida propia y la realidad se concibe razonablemente cuestionada.

Título para Latinoamérica: <<TRES HORAS PARA MORIR>>
Luis Guillermo Cardona
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12 de junio de 2011
12 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo también volveré a terminar de ver Tres horas para vivir AKA Tres horas para matar dentro de unos años. Es posible que en esos años hayan encontrado al culpable del asesinato. En el western hay mucha diferencia entre los de clase A con los de clase B. Alfred L. Werker se desenvolvió bastante bien en el cine negro.Y hay mucha diferencia entre los guiones del western y el cine negro. Y una de las claves es la mujer. La mujer en el western no aporta nada. A no ser que trabajase en el garito de neón. Sergio Leone lo describió mucho mejor que yo. Lo de la mujer en el western se entiende. Y a Dana Andrews no le sienta bien el sombrero. Muy mal te sienta el sombrero señor Andrews.
RONNIE JAMES DIO (CUENTA BLOQUEADA)
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23 de marzo de 2019
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas del Oeste siempre destacan por su poca o nula originalidad (salvo contadas excepciones). Aunque su envoltorio es el de un western, su planteamiento es mucho más cercano al del cine negro
La idea está bastante trillada, pero sabe mantener al espectador atento ante los acontecimientos.
Los personajes están bien definidos y es que lo más destacable son los secundario, que parecen esconder intenciones que el espectador desconoce.
A pesar de no contar con grandes medios, el director sabe cuidar perfectamente todos los detalles y lo que es más importante logra un resultado más que meritorio.
Bdange
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