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Divino amor

Drama En el Brasil de 2027, donde las raves celebran el amor celestial y las consultas espirituales se han convertido en norma, Joana mantiene su relación con Dios como el aspecto más importante de su vida. Utiliza su trabajo como notaria para que las parejas que soliciten el divorcio reconsideren su posición, además de participar como miembro en un grupo poco convencional de religiosos que la ayudan a mantener su matrimonio a flote. Aunque ... [+]
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
4 de marzo de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una sátira un tanto extraña en la que la iglesia ha comenzado a asumir agresivamente aspectos de la vida cotidiana, dominando muchas partes de la vida de la sociedad en un Brasil dentro de 10 años.

Joana (Dira Paes) es una notaria pública que supervisa los casos de divorcio día tras día. Es una cristiana devota y hace todo lo posible para convencer a las personas que acuden a separarse que no rompan su sagrado vínculo matrimonial, aconsejando a las parejas infelices que visiten a un grupo religioso llamado "Divino amor" del que ella y su marido Danilo (julio Machado) son miembros. Han estado intentando durante años tener un hijo. Sin embargo, a medida que descubrimos lo que realmente pasa detrás de las puertas secretas de esta organización las cosas se ponen raras rápidamente.

El director de esta distopia siniestra es Gabriel Mascaro, que consigue incomodarnos con algunas escenas de sexo y dejarnos con una sensación extraña durante la proyección.

Se puede catalogar como una secta este extraño grupo sexual de terapia grupal, y hay una buena critica de ello a la sociedad que ha dejado influenciarse por esa creencia, así como choca el control de la población con el monitoreo de los cuerpos de la gente cuando pasan por puertas, diciéndonos el estado en el que se encuentran casados, divorciados, solteros o incluso si esperas un hijo. 

Una metáfora sorprendente que no te deja indiferente, por mostrarnos un drama futurista que explora las consecuencias de vivir en una sociedad subyugada por ideologías religiosas extremistas.
Destino Arrakis.com
videorecord
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30 de diciembre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No he visto "Boi neon" (2015) el trabajo intermedio entre el prometedor debut de Mascaro en la ficción con "Vientos de Agosto" (2014) y este "Divino Amor" que nos ocupa. Reconozco algunas de sus señas de identidad: su voluntad estética, su gusto por los cuerpos desnudos, su tendencia al documentalismo y su mirada crítica a su Brasil natal. El resultado le ha situado a la vanguardia de los realizadores brasileños y su cine funciona muy bien en festivales donde parece sentirse más cómodo. Personalmente nada de todo ello consigue emocionarme en esta propuesta cuyo punto de partida, una distopía entre la fusión de  iglesia y  estado podría dar para más o tal como lo desarrolla Mascaro para un corto que hubiese concentrado sus virtudes de forma más efectiva. Las atmósfera de neones es un recurso que se agota a los 10 minutos y el giro de guión llega demasiado tarde (una hora) y se vuelve previsible al segundo. Trata el conservadurismo evangélico con acierto al no enfrentarse directamente a sus postulados, pero esta tibieza que se torna cansina refleja como este va calando como lluvia fina en una sociedad que se niega a desprenderse de sus dioses a falta de buenos gobernantes. Y los malos gobernantes se aprovechan de ello. Muy bueno lo del confesionario express sin bajarse del coche. !Dios mío!.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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20 de marzo de 2020
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Dios y el Techno

Divino amor parte de una premisa basada en un futuro distópico, donde en Brasil el culto a Dios se ha convertido en una parte imprescindible en la vida. No hace falta ser un lince para ver que la película tiene un claro componente crítico al gobierno de Bolsonaro, presidente actual de Brasil que forma parte del sector más conservador y tradicionalista. Así pues la película puede verse como una distopía o una visión de un futuro Brasil en el que el gobierno de Bolsonaro o similares se perpetua durante una generación más en el gobierno.

Sin embargo, la película rehuye ella misma de ofrecer una perspectiva realista, porque es en realidad una visión totalmente alternativa, que cultiva sus propias características dentro de la distopía, con detalles singulares que además son de lo mejor de la película (como por ejemplo, los escáneres que señalan cuando una mujer está embarazada, los tests genéticos obligatorios que permiten saber quien es el progenitor, o la manera en como la religión se adapta a las nuevas tecnologías).

Divino amor tiene como mejor baza la descripción de la atmósfera religiosa que describe. Para ello, no hace falta que nos de charlas en las que veamos lo peligroso del fanatismo religioso, no, la película no escarmienta a los creyentes en este sentido. La película es mucho más condescendiente en ese sentido, mostrando una visión más tranquila, más parecida al de una secta Amish que vive apaciblemente en su ambiente que a la típica imagen que tenemos en la cabeza sobre una secta peligrosa y autodestructiva.

El retrato es además también un interesante reflejo de la síntesis entre la religión y como esta intenta adaptarse mediante el uso de las nuevas tecnologías a las nuevas generaciones. Así, además de coros religiosos tenemos interesantes «raves» technos que se encargan de ensalzar el amor a Dios. O nuestra propia protagonista, interpretada por Dira Paes, que es una funcionaria que tramita divorcios pero que tiene el objetivo siempre de intentar que las parejas que acuden para divorciarse no lo hagan, intentando convencerlas.

*Se pasa de lista

El problema es que si bien la descripción del ambiente es excepcional, en ocasiones el guion de la película se pasa de listo, rozando la falsa pedantería. Los planos se alargan en exceso y más allá de la estética no parece existir algo realmente interesante. La comparación entre la protagonista principal, que busca de manera desesperada tener un hijo y finalmente lo consigue, a pesar de que parece no haber padre, es tan obvia con otras figuras bíblicas que el desenlace metafórico se ve venir desde lejos.

*Una pictórica puesta en escena

La fotografía y la puesta en escena también son de lo más interesante de la película. Por una parte Divino amor, con la intención de apoyarse en este mensaje de describir la religión como algo que pretende ser en primer plano agresivo, si no en apariencia agradable, se apoya en una fotografía llena de colores pasteles, rosas, en apariencia algo «agradable» a la vista. Es precisamente esa apariencia lo que en realidad esconde un mensaje mucho más peligroso, que anula totalmente al individuo.

Pero el filme lo hace de una manera humanista. Así, nuestra protagonista, a pesar de ser en el fondo una fanática religiosa, no es tratada de manera despectiva por parte del guion, ni siquiera desde un punto de vista inferior, sino desde un prisma humanista, que a pesar de sus errores (que en la película son evidenciados) tiene pues también su lado humano. Esos tonos rosados y pasteles se convierten también en una de las señas más distinguibles de la película.

La puesta en escena recuerda, para que el lector me entienda, tiene una manera de hacer similar a la de Peter Greenway, es decir, planos abiertos, inspirados en la propia tradición pictórica, que tienen la intención de ofrecer una determinada estética centrada en conjugar a numerosos personajes en una óptica abierta.

*Conclusión

Divino amor es una película que tiene muchos elementos para tener un éxito moderado en taquilla. Con su imaginativa idea es capaz de describir una atmósfera poco vista en la cinematografía no solo brasileña, sino mundial. Sin duda una película para verla en el cine, siempre teniendo en cuenta que no es una película comercial más.

Escrito por Guillermo Sánchez Ferrer
Cinemagavia
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20 de marzo de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Divino Amor es una película brasileña dirigida por el cineasta Gabriel Mascaro sobre un futuro cercano distópico en Brasil donde la religión vuelve a tener una importancia en la vida cotidiana al nivel de siglos atrás. Una crítica nada velada al actual gobierno de Bolsonaro y a los valores más conservadores de Brasil, además de una extraña sátira que funciona intermitentemente. La película se ha presentado en el Festival de Sundance y en el Festival de la Habana del 2019. En principio la película había de estrenarse en España, pero debido a la pandemia mundial del coronavirus se ha pospuesto hasta nuevo aviso. El estreno previsto para el 27 de marzo queda aplazado.

Divino amor parte de una premisa basada en un futuro distópico, donde en Brasil el culto a Dios se ha convertido en una parte imprescindible en la vida. No hace falta ser un lince para ver que la película tiene un claro componente crítico al gobierno de Bolsonaro, presidente actual de Brasil que forma parte del sector más conservador y tradicionalista. Así pues la película puede verse como una distopía o una visión de un futuro Brasil en el que el gobierno de Bolsonaro o similares se perpetua durante una generación más en el gobierno.

Sin embargo, la película rehuye ella misma de ofrecer una perspectiva realista, porque es en realidad una visión totalmente alternativa, que cultiva sus propias características dentro de la distopía, con detalles singulares que además son de lo mejor de la película (como por ejemplo, los escáneres que señalan cuando una mujer está embarazada, los tests genéticos obligatorios que permiten saber quien es el progenitor, o la manera en como la religión se adapta a las nuevas tecnologías).

Divino amor tiene como mejor baza la descripción de la atmósfera religiosa que describe. Para ello, no hace falta que nos de charlas en las que veamos lo peligroso del fanatismo religioso, no, la película no escarmienta a los creyentes en este sentido. La película es mucho más condescendiente en ese sentido, mostrando una visión más tranquila, más parecida al de una secta Amish que vive apaciblemente en su ambiente que a la típica imagen que tenemos en la cabeza sobre una secta peligrosa y autodestructiva.

El retrato es además también un interesante reflejo de la síntesis entre la religión y como esta intenta adaptarse mediante el uso de las nuevas tecnologías a las nuevas generaciones. Así, además de coros religiosos tenemos interesantes «raves» technos que se encargan de ensalzar el amor a Dios. O nuestra propia protagonista, interpretada por Dira Paes, que es una funcionaria que tramita divorcios pero que tiene el objetivo siempre de intentar que las parejas que acuden para divorciarse no lo hagan, intentando convencerlas.

El problema es que si bien la descripción del ambiente es excepcional, en ocasiones el guion de la película se pasa de listo, rozando la falsa pedantería. Los planos se alargan en exceso y más allá de la estética no parece existir algo realmente interesante. La comparación entre la protagonista principal, que busca de manera desesperada tener un hijo y finalmente lo consigue, a pesar de que parece no haber padre, es tan obvia con otras figuras bíblicas que el desenlace metafórico se ve venir desde lejos.

La fotografía y la puesta en escena también son de lo más interesante de la película. Por una parte Divino amor, con la intención de apoyarse en este mensaje de describir la religión como algo que pretende ser en primer plano agresivo, si no en apariencia agradable, se apoya en una fotografía llena de colores pasteles, rosas, en apariencia algo «agradable» a la vista. Es precisamente esa apariencia lo que en realidad esconde un mensaje mucho más peligroso, que anula totalmente al individuo.

Pero el filme lo hace de una manera humanista. Así, nuestra protagonista, a pesar de ser en el fondo una fanática religiosa, no es tratada de manera despectiva por parte del guion, ni siquiera desde un punto de vista inferior, sino desde un prisma humanista, que a pesar de sus errores (que en la película son evidenciados) tiene pues también su lado humano. Esos tonos rosados y pasteles se convierten también en una de las señas más distinguibles de la película.

La puesta en escena recuerda, para que el lector me entienda, tiene una manera de hacer similar a la de Peter Greenway, es decir, planos abiertos, inspirados en la propia tradición pictórica, que tienen la intención de ofrecer una determinada estética centrada en conjugar a numerosos personajes en una óptica abierta.

Divino amor es una película que tiene muchos elementos para tener un éxito moderado en taquilla. Con su imaginativa idea es capaz de describir una atmósfera poco vista en la cinematografía no solo brasileña, sino mundial. Sin duda una película para verla en el cine, siempre teniendo en cuenta que no es una película comercial más.

https://cinemagavia.es/divino-amor-pelicula-critica/
Kyrios
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18 de septiembre de 2019
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La finísima línea entre estado y religión en la que cabalga la película, junto a una estética y una atmósfera algo irreal y distópica, hacen de Divino Amor un óptimo experimento que resulta atrapante y a su vez muy real gracias a las interpretaciones. Interpretaciones que rápidamente dan lugar a la empatía por parte del espectador.

En la segunda mitad, la película cae y se vuelve bastante predecible.

Punto a parte (y a favor) para la genial música compuesta por Juan Campodónico y Santiago Marrero
Goliath
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