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Cenizas al viento

Drama En los comienzos de 1900, Joe Hill emigra con su hermano a los Estados Unidos, pero, al poco tiempo, pierde el contacto con él. Siguiendo su camino, Joe consigue varios trabajos mal pagados en los que observa las injusticias sociales y laborales, llegando más tarde a convertirse en un destacado activista en favor de los derechos de los trabajadores. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
17 de diciembre de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Notable producción de Bo Wildergerg tremendamente desconocida por la falta de distribución. Narra la historia de Joe Hill, un emigrante nórdico en la compleja Norteamérica de principios del siglo XX.
Esta narrada con brío. Por momentos recuerda a "Tom Jones" de Tony Richardoson e incluso a "Barry Lyndon", pues nos cuenta de manera casi divertida los diversos episodios de lo que parece ser un arribista, pero el tono, de manera natural se torna gris, y lo que parece una comedia acaba convirtiéndose en un drama, en un duro alegato sobre la pena de muerte y un mazazo a lo que debería ser el gran sueño americano.
Por su realización, muy europeo de los años 70 y por su ambientación de la gran urbe America de principios del siglo XX me ha recordado mucho finalmente a "Sacco y Vanzetti", pues hace grandes alardes de humanismo y se posiciona política y moralmente.
Altamente recomendable. A descubrir.
waldeker
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8 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa, divertida en momentos hasta lo extravagante. Toda la primera parte cuando llegan a Nueva York me parece lo mejor de la historia con mucho. Su amistad con el pillastre.

Sus vagabundeos recorriendo la América de 1900 y los trucos de subsistencia.
Así como las anécdotas. Todo eso tiene mucha frescura.
Cuando se mete en la lucha sindical se me hace en algunos momentos lenta y pesada.
Aún así hasta el final tiene su gracia ver como eran y se hacían las cosas en una época no tan lejana.
Y tan distinta a nuestra obsolescencia actual y programada.

Muestra como los paletos y la ignorancia social siempre han sido el feudo de los ricos y los poderosos y la han protegido y alimentado hasta nuestros días.

Me quedo con la escena del ladronzuelo, cuando roba la estola a la rica y esta sale en su persecución, como si le fuera la vida en ello.
Y al no cazarlo, hace un travelling lateral mostrándote auténticos desheredados de la tierra.
Sus destrozados rostros son puñetazos al sueño americano.
Y la ricacha lloriqueando por su perdida estola. Mientras muestra a estos seres que sí, lo han perdido absolutamente todo.
Es brutal el contraste. ( De fondo sonando esos salvajes acordes de blues acústico) Minuto 13' de la película.
Esta parte me recordó al más aterrador e inmisericorde documento sobre la miseria en las calles que se ha rodado jamás.
" On the Bowery " Sin duda se inspiro en él para rodar estos planos.
La ambientaciones de la época están muy logradas, vestuario, peluquería, costumbres.
Hay momentos que te transporta a esa cercana y remota construcción de un país que lo crearon inmigrantes.
Y el trato vejatorio que se les daba. Otro mérito.

Muy recomendable como historia de un país mitificado hasta la náusea.
Desmitificadora y el tono jocoso con que lo cuenta tiene su gracia hasta el final.
Un drama contado en clave de comedia. A Descubrir.
Zappianin
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26 de septiembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay tres grandes tipos de cosechas en los Estados Unidos de Norteamérica (y quizás en el resto del mundo). La primera es la que produce la siembra de los granjeros y campesinos; después viene la que obtienen los comerciantes que compran y revenden éstas cosechas; y la tercera es la que obtienen los banqueros que les guardan el dinero.

A finales del siglo XIX, la inconformidad de los mineros, los trabajadores de ferrocarril y otras labores, causaron numerosas huelgas que eran sofocadas con rompehuelgas o cuando era del caso, reprimidas con asesinatos y terribles masacres. En 1894, por ejemplo, más de 20 mil mineros sindicalizados se unieron para una huelga. Muchos de ellos fueron baleados en sus manifestaciones y un gran número murió a causa de estos hechos; y en julio de ese mismo año, otra huelga de trabajadores del ferrocarril fue reprimida disparando de manera indiscriminada contra los obreros que bloqueaban las vías férreas… y al final se recogieron 34 cadáveres.

No obstante, la cuantiosa publicidad que vendía sugestivamente el American Dream, seguía atrayendo a miles de inmigrantes europeos que anhelaban una mejor vida… y entre éstos, el 25 de noviembre de 1902, en un barco a vapor proveniente de Suecia, llegaría el joven de 23 años, Joel Emmanuel Hägglund, junto con su hermano Paul, pero, sus caminos se separarían pronto por andar cada uno buscando un buen empleo, y Joel se convertiría entonces en, Joe Hill, para el registro notarial.

Herencia de sus padres, Joe fue un hombre con una gran conciencia social y las injusticias le dolían tanto en Suecia como ahora en los EE.UU. donde, el tan cacareado sueño se derrumbaba cada día al ver y sentir la discriminación, los atropellos y los abusos laborales que a diario sucedían. “Con falsas promesas atrajeron a miles de inmigrantes de Europa, pero, se les ofrecen condiciones inhumanas de existencia. -Le oiría decir a un miembro del One Big Union, que concientizaba a los inmigrantes-¿Qué hacen los pobres? Ejercer los empleos vitales en ésta sociedad: Siembran y cosechan, extraen los materiales de las minas, cargan los barcos, montan las vías férreas, hacen embalses y carreteras, pero ¡dizque somos la escoria de la sociedad y nos tratan como basura!”

La dura realidad golpeaba en carne propia a Joe Hill y, mientras recorría el país en frustrantes búsquedas de mejores oportunidades… paso a paso se fue convirtiendo en un aguerrido activista laboral, al tiempo que componía y cantaba canciones de protesta.

Lo que ocurrió entonces… y la manera absurda como terminaría su vida el 19 de noviembre de 1915, es lo que recrea el director sueco, Bo Widerberg, en la que sería su primera y única película realizada en América. Como era de esperarse, los nacionales no veían con buenos ojos lo que filmaba y en alguna ocasión hasta le robaron parte del equipo de filmación.

La trama de, <<JOE HILL>> -escrita por el propio director-, es objetiva, aunque diría que demasiado mesurada, de seguro por los temores de prohibición que pesaban -y pesaron- sobre la película. Incluso la resolución es un tanto ambigua, pero, queda decir que, Hill, tenía una coartada que se negó a confesar por no manchar el nombre de la mujer casada con quien había pasado la noche, pero, el hecho de que fuera miembro del sindicato IWW (Industrial Workers of the World), seguidor de teorías socialistas y revolucionarias (democracia laboral y autogestión obrera), sirvió de excusa para que, en tan sólo dos horas de juicio, se dictase sentencia de ejecución.

Thommy Berggren, el actor-estrella de muchas de las películas de Widerberg, tiene aquí el rol que, sin duda, es el que más se asemeja a sus propios criterios existenciales.

Título para Latinoamérica: CENIZAS AL VIENTO
Luis Guillermo Cardona
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17 de agosto de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Había visto la peli hace ya unos cuantos años y volví a verla ayer.

La verdad es que todavía me gustó más que la primera vez. Casi no me acordaba de nada y he de decir que las casi dos horas que dura se hacen amenas.

La historia está muy bien pero lo mejor, a mi modo de ver, es lo auténtica que es. Será cosa del director, de los actores o yo qué sé, pero es muy auténtica.

Gran película.
Lambechinchos
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