Hickok, el pistolero

El western, como género, es mi debilidad, por lo que generalmente soy más generoso en cuanto a mis críticas para este tipo de películas.
Pero lamentablemente Hickok como película es indefendible.
La historia del legendario comisario y pistolero Wild Bill Hickok es más que interesante, con un personaje valiente e imbatible con las armas pero a su vez capaz de matar sin piedad.
El director Timothy Woodward Jr un incompetente total. La película es totalmente plana , no tiene emoción, las escenas van pasando sin ningún tipo de atractivo. Ni siquiera las balaceras, las cuales son bastantes escasas, están bien filmadas.
Trabajan Kris Kristofferson y Bruce Dern , los mismos se ven muy viejos, están más para un geriátrico que para una película del lejano Oeste.
Lo único rescatable, si habría que elegir algo, seria la actuación de Luke Hemsworth. Si bien nos es nada del otro mundo, por lo menos le pone simpatía y ganas al personaje protagónico.
También es para destacar la belleza de Cameron Richardson,la enamorada del protagonista.
Teniendo en cuenta los puntajes de su películas, que van del 2 al 4, realmente nos damos cuanto que estamos frente a un director muy mediocre.
Cuanta falta nos haría un Walter Hill, en su mejor época, o un Sam Peckinpah, para revitalizar un género como el western, que se fue apagando de a poco.

Lo peor: la impericia del director, para hacer algo mas o menos decente.
Lo mejor: La actuación de Luke Hemsworth, la belleza de Cameron Richardson.
La escena : ninguna .

Acabo de ver esta película en TV, yo, que fui siempre amante del western, incluso de los de medianía. Pero este ha resultado ser malo de solemnidad. Siento decirlo, pero es así.

Una agente del orden y pistolero legendario, Wild Bill Hickok (Luke Hemsworth), se ha propuesto poner paz en un pueblo sin ley del lejano oeste. Imparte justicia, a la vez que pone a prueba sus dotes de pistolero, e igual tiene que afrontar los amores pasados de una mujer, ahora emparejada con un tipo mayor que ella.

El mediocre (o malo) director Timothy Woodward Jr., lleva a la pantalla un guion anodino Michael Lanahan, cuyo resultado no puede ser más que un suspenso mayúsculo y una cinta que deviene fastidiosa y cansina.

En el reparto se hace con un ramillete de actores donde sobresalen los celebérrimos Kris Kristofferson y el gran Bruce Dern, pero tienen muy poco protagonismo y no están muy lucidos. Por el contrario, muy regulares tirando a mal, Luke Hemsworth, Trace Askins o Kawi Lyman, y el resto del elenco muy regular y mal dirigido.

Alguien podría con conformarse con los tópicos del western, pero las torpezas en dirección, libreto y actuaciones son notorias y es difícil pasarlas por alto.

No la veo recomendable para el cinéfilo con un mínimo de exigencia pues se trata de un western que, amén de mal realizado es, además, muy previsible.

Han pasado siete años desde el final de la guerra de Secesión americana. El antiguo oficial Wild Bill Hickok (Hermsworh) anda dando tumbos cuando arriba a Abilene. La célebre ciudad sin ley que no duda en darle el puesto de Marshall, 150 dólares al mes, más 10 por cada detención, casa y ropa nueva. "Algunas veces hace falta un buen hombre para parar a los malos".
No está mal para llegar sin blanca. Pero no va a tenerlo fácil con el dueño de la cantina, Phil Poe (Adkins), prometido con un antiguo amor de Bill, Mattie (Richardson).
Tampoco está mal el arranque que recuerda bastante a los viejos westerns. Las partidas de cartas desplumando infelices, "Cuando estás en una mesa de póker y no ves al idiota, es que eres tu", y los duelos consiguientes, "No hay que mezclar jugar, beber y disparar". O el inevitable enterrador vestido de luto riguroso.
Lo malo es que poco a poco la tensión se diluye en medio de silencios o de conversaciones banales. Se pierde el nervio inicial para devenir en una trama y en un desenlace de sobra conocido.
Un guion plano y una realización que poco a poco pierde gas. Los personajes, por ejemplo, resultan estereotipos muy superficiales.
Bien la ambientación y la fotografía que gusta de los planos a ras de tierra. Correctas interpretaciones.
En el reparto un par de viejos actores Kristofferson en el papel de alcalde y Dern en el de Dr. O'Rourke. Este último un borrachín, "Las pistolas son buenas para mi negocio", que carece de anestesia en su modesta consulta, salvo el whisky, claro. Sin embargo es capaz de diagnosticar un caso de ceguera lunar, ceguera nocturna o nictalopía, así como de ofenderse vivamente cuando se pone en duda que pueda guardar el secreto profesional a que está obligado por el Juramento hipocrático.
Cinta interesante dentro de sus limitaciones. Y es que los aficionados al género tampoco tenemos últimamente mucho donde elegir.
Pese al vapuleo de las críticas de FA estimamos que la obra merece darle un vistazo. Esperamos no estar contagiados también de la dichosa ceguera lunar.