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Atleta A

Atleta A
2020 Estados Unidos
Documental
6,6
1.127
Documental Documental sobre las gimnastas víctimas de los abusos del doctor Larry Nassar, de la Federación de Gimnasia de los EE. UU., y los periodistas que destaparon la cultura tóxica de un deporte y una federación en el que lo único importante era ganar.
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
29 de junio de 2020
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es uno de los documentales más elaborados de Netflix, pero el mensaje que transmite es tan potente que realmente no lo necesita. Incluso se hace corto. Muchos espectadores querrán saber más. Destaca la sensibilidad con que está tratado y la manera progresiva en que se va narrando.

Se hace duro por lo que cuenta, por la gran cantidad de víctimas de abuso sexual, más de 500 gimnastas, entre ellas 9 olímpicas.

Al principio del documental va sacando a muchas gimnastas, pasando de una a otra y cuesta familiarizarse. Después al familiarizarnos con las gimnastas, se va haciendo más claro y más duro.
No hay una protagonista única, son muchas. Desgraciadamente, el protagonista principal es el doctor Larry Nassar (médico del equipo nacional de gimnasia artística de Estados Unidos entre 1996 y 2014).

La investigación que hizo el periódico Indianapolis Star y sus reporteros, está bastante bien plasmado.
Tasmpoco se descuida a los entrenadores, los Karolyi (Bela y Martha) y sus orígenes,que venían de la Rumanía de Caecescu y la gimnasta inolvidable Nadia Comaneci (Juegos Olímpicos de Montreal 1976) y sus métodos de ambiente opresivo y “pura crueldad”. Todo por el oro. Se alude también al presidente de la U.S. Gymastics, el gran encubridor. Bastante detallado como vermos.

La metodología del documental se basa en entrevistas con gimnastas y familiares. También hay algunas imágenes de archivo (no muchas) muy buenas de las gimnastas en sus inicios o impactantes como el salto tremendo (casi obligado) de la ya lesionada Kerry Strug . Las declaraciones de gimnastas como Rachel Denhollander, Jamie Dantzcher o Maggie Nichols son realmente impactantes, aunque no se busca la lágrima sino la justicia. Incluso Jamie llega a decir "no me sentía orgullosa de ser olímpica". Muy fuerte.

Parece mentira que siga sucediendo en pleno siglo XXI, en un país como Estados Unidos, con gimnastas de élite, con la cantidad de controles que debería tener. Lo más increíble es el encubrimiento de un doctor, fisioterapeuta osteópata, que afecta a la U.S. Gymnastics, ( federación deportiva estadounidense para la gimnasia), incluso al FBI.

Es un documental necesario para seguir recordando que esto sigue pasando aquí y ahora, en pleno siglo XXI.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gabriel Ufa
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24 de junio de 2020
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los juegos del encubrimiento


Cada 4 años, la humanidad se detiene para ver los Juegos Olímpicos. Cada 4 años, escuchamos las historias de los atletas que nos cuentan lo duro que es entrenar en ese período de tiempo para dirimir la gloria deportiva en sólo segundos.

Hace unos años nos enteramos de unas historias que llevaron esa dureza a un nuevo límite: son las historias de las gimnastas estadounidenses que eran parte del equipo nacional.

“En Estados Unidos estamos acostumbrados a ganar. Nos creemos los mejores en casi todas las disciplinas” comenta a cámara una chica. Y en ningún lugar como Estados Unidos, ganar competencias se traduce en ganar dinero.

Esa es la clave del documental. Cómo el éxito deportivo y, por ende, el económico pueden permitir que sucedan historias horribles como esta. Cómo el sistema es lo suficientemente flexible para permitir que todo pase. Que se encubra y que no se sepa. Hasta que el dique se rompe. Y en la era del Me Too, las acusadoras pierden el miedo. Y el sistema termina por quebrarse.

Atleta A es un documental poderoso. No tanto por su realización sino por los testimonios de las víctimas. Cuenta cómo, con la ayuda de un equipo de periodistas de un diario pequeño de Estados Unidos, la madeja se fue desenvolviendo. Es de una factura muy parecida al de HBO “At the Heart of Gold”. Cuenta con los testimonios fuertes de las atletas, sus familiares y además, estelariza a un par de villanos perfectos. En síntesis, tiene todo lo que necesita un potente documental de true crime.

En Netflix han empezado estos juegos del encubrimiento. Sin querer soltar un spolier, se hace difícil encontrar a los ganadores.
sebcorti
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30 de junio de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hasta l@s más conservador@s y negacionistas se rendirán ante este magnífico documento. No se deja llevar demasiado por el sensacionalismo, expone de manera clara y concisa el trato aberrante que durante décadas, centenares de niñas sufrieron en un mundo controlado por un grupo adultos monstruosos y despreciables, cegados por su avaricia y megalomania. Muy recomendable.
Nereid
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28 de agosto de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Altleta A - Athlete A

Bajo la dirección de Bonni Cohen y Jom Shenk descubro en Netflix un estremecedor documental sobre uno de los casos más dolorosos de abuso sexual en la historia deportiva de EE.UU. Durante más de dos décadas, el doctor Larry Nassar, médico osteópata por la Universidad Estatal de Michigan, abusó sexualmente de más de 500 gimnastas, muchas de las cuales eran menores de edad, aprovechando la impunidad que le ofrecía su cargo -de 1996 a 2014- como coordinador médico de la Federación Nacional Estadounidense de Gimnasia.
A raíz del aviso de una fuente anónima, un equipo de reporteros del diario “The Indianapolis Star” comenzó a investigar sobre el caso y a publicar testimonios “off the record”. Tiempo después, la “Atleta A”, Maggie Nichols, integrante de la Selección de los Estados Unidos entre 2013-2016 y campeona del mundo por equipos en Glaswog en 2015, dio el primer paso y denunció oficiamente a Larry Nassar, desenmascarando al abominable depredador que se escondía bajo el disfraz de un hombre amable y encantador, admirado y respetado por toda la sociedad americana. Después, otras muchas víctimas, alentadas por el valor de Maggie Nichols, se unieron a la causa.
¿Cómo pudo ocurrir algo así y durante tanto tiempo en un país en el que impera el más acendrado puritanismo? Puede que el resplandor del éxito y el prestigio internacional de estas chicas estén detrás de la mentalidad de un pueblo que idolatra a sus campeones y acostumbrado desde la escuela a un régimen altamente competitivo.
Porque, mucho antes, la Federación, bajo la presidencia de Steve Penny, tuvo conocimiento del comportamiento de Larry Lasser. Sin embargo calló, primando el brillo de los resultados deportivos sobre la monstruosa depravación y el crimen de lesa gravedad que se estaba cometiendo con unas criaturas indefensas.
Paralelamente, y como consecuencia del escándalo, salió a la luz el sistema de entrenamiento importado de la Rumanía soviética a raíz del éxito de Nadia Comaneci. El matrimonio Karolyi, que las entrenaba, fue contratado por la Federación de EE.UU y aplicaron el mismo método que tan buenos resultados les había dado en su país de origen. Las seleccionaban desde muy niñas y las sometían a una férrea disciplina cuartelaria, muy próximo al régimen castrense, donde el insulto y maltrato psicólogico, cruel e inhumano, incluso físico, eran moneda corriente. Todo, absolutamente todo, era válido con tal de ganar.
Hoy es caso juzgado y Larry Nassar, sobre el que pesa una condena de 175 años, morirá en prisión. Y aunque cientos de víctimas hayan obtenido justicia y reparación, nadie podrá liberarlas del sufrimiento y humillación que soportaron desde edades tempranas y de las secuelas psicológicos que muchas de ellas arrastrarán por el resto de sus vidas porque el daño ya fue hecho.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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11 de septiembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una entrevista que, en cierta ocasión, le hicieran al Dr. Lawrence Gerard Nassar -mejor conocido como, Larry Nassar- soltó un par de frases como para enmarcar en cualquier sitio deportivo: “Protegemos a nuestros deportistas, no solo física sino mentalmente. Si te equivocas una vez, si traicionas su confianza, estás acabado”. Cuando las dijo, parece ser que ya había comenzado a socavar sus propios principios y utilizaba éstas sensatas palabras para jugar a preservar su imagen de hombre pulcro, pero, lo cierto es que, Larry Nassar comenzó a equivocarse de manera reiterada cuando sintió que podía permanecer impune dada su profesión, su imagen de hombre bueno, alcahuete y simpático; y, sobre todo, debido a la importancia de su cargo: nada menos que Doctor en Medicina Osteopática de la USA Gymnastics (USAG), es decir, el Comité Olímpico Estadounidense.

Una cosa es cierta: Cuando alguien está convencido de que puede permanecer impune, cada barrera procurará franquearla ¡y muchas faltas contra la moral decidirá cometer sin reparo alguno! Es el temor a ser descubiertas y es el miedo al castigo lo que lleva a muchas personas a reprimir aquello que, de otra forma, harían gustosas. Hay una gran falta de principios y de conciencia, por eso es necesario el control.

A, Larry Nassar, le llegaron las tentaciones (el mundo del deporte las proporciona en abundancia) y todo se le dio para que pudiera caer y seguir cayendo. Cada nueva chica que llegaba a sus manos por una lesión o un chequeo, era una nueva tentación… Cada tentación quiere darnos la oportunidad de elegir: “-¿Qué elegirás ésta vez: faltar a tus deberes y a la ética… o podrás resistirlo demostrando carácter y fortaleza?” Viendo que las chicas al ser tocadas indebidamente no se revelaban… Al sentir que no lo denunciaban ni ellas ni sus padres, e incluso cuando alguna gimnasta (Maggie Nichols), se animó a hacerlo, ¡ninguna autoridad (ni el presidente de la USAG, ni el FBI) hizo nada contra él!, Nassar entendió que lo tenía todo a su favor, se sintió entonces ‘completamente impune’ y con esa sensación abusó de 50… 100… 500 jovencitas (¿o más?)

Pasó con el médico Nassar, algo así como lo que ocurre con tantísimos delincuentes: un policía detiene a uno… y a las horas, un juez lo libera sin ningún requerimiento. La próxima vez lo llevan a la cárcel… y tras 8 días lo liberan sin que medie compromiso alguno. La siguiente ocasión soborna al policía que lo detuvo y también termina libre… y tras otra y otra situación parecida, el delincuente se cree seguro de que siempre saldrá impune… y entonces asesinará a una o varias personas. Al final, el único condenado será él... y en la impunidad quedará la sociedad que poco o nada hizo por su vida y las autoridades que no lo cuidaron de sí mismo cuando pudieron hacerlo.

En el caso de Larry Nassar, tienen responsabilidad las gimnastas porque sintiendo que lo que el médico hacía no era lo correcto, no protestaban en defensa de su honor. Tienen responsabilidad aquellos padres que, al notar los cambios de humor de sus hijas, no indagaban sobre su situación. Tienen responsabilidad las autoridades porque, por su posición machista, suelen desestimar las denuncias femeninas. Tienen una altísima responsabilidad los directivos de la USAG (en especial su presidente, Stephen Penny Jr., porque admitió que, las denuncias de las gimnastas “no se informan a las autoridades” y tampoco tomó medida alguna sobre el gravísimo asunto, no obstante que tenía ya un archivo confidencial con denuncias previas contra ¡54 entrenadores!. Es más, desde cierto momento comenzó a hacer firmar los contratos con un acuerdo de confidencialidad sobre lo que ocurriese al interior de los equipos… y tiene responsabilidad el Gobierno Nacional, porque se requiere que, en los deportes, haya un permanente control de su funcionamiento, dado que los abusos son harto comunes en éste terreno.

Mi reconocimiento para las gimnastas olímpicas, Maggie Nichols y Jamie Dantzcher; y para los reporteros del periódico IndyStar, Mark Allesia y Marisa Kwiatkowski, por su valiente labor.

Título para Latinoamérica: <<ATLETA A>>
Luis Guillermo Cardona
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