Sin escape

Interesantísima película que tal vez peque de modesta por no abusar de la emoción fácil a la que podía haber recurrido. Hay que entrar en el inicio y en el tratamiento que surge entre la viuda y Van Damme para empatizar con la película.

Sin escape (Ganar o Morir… o mirando hacia el enemigo: Ganas de Morir… que tienes) es otra prueba de la puesta a punto de Van Damme con sus ejercicios de estiramiento y sus artes marciales. Característica su patada tiesa en la que muestra el número de calzado que usa a todo aquel que lo solicite.

Junto con la estupenda y pizpireta Rosanna Arquette, actriz inolvidable, super atractiva (que siempre que puedo rescato de aquella… Jo, qué noche, una actriz con aires de misterio y todo lo demás que quieras), hace una pareja estupenda con un rollo muy bonito, precioso, en el que Van Damme, como siempre, se muestra como es y como le gusta aparecer en sus películas: un auténtico caballero. No un macarra como tantos otros.

Obsérvese cómo actúa con timidez al acercarse a la vivienda de ella, con temor a poder molestar o asustar a los dos niños. Van Damme además en aquella época no tenía aún el chichón en la frente. Buena película del género Hostias en oferta contra el Especulador Asesino. Van Damme un actor que cae simpático y además, simpático como persona en la vida real. Apóyale joder y vota esta crítica.

Esta película nos enseña cómo es difícil no cogerle cariño a las personas de las que invevitablemente te vas a tener que separar; cómo aunque sepas que lo que te dicta la razón es lo más adecuado que puedes hacer la fuerza del corazón y los sentimientos se imponen, por suerte o por desgracia; cómo los niños necesitan un padre y una madre a su lado; cómo de los errores se aprende y cómo un presidiario fugitivo puede ser mejor persona que un ricachón que vista muy bien. Pero que la peli tenga historia no quita que tenga escenas de acció, lo que sería impordonable en una peli de Van Dame... Aunque las escenas de acción podrían mejorarse y sacarle más partido a las habilidades de aguerrido actor belga, pero en esta película se apuesta por el realismo... Y por una buena historia. Una buena película a la que no le falta chicha.

A la sombra de figuras como Stallone o Arnie (lo que sigue), creció Jean Claude Van Damme, de origen belga, experto en artes marciales y que protagonizó unas cuantas películas en las que exhibió patadas y puñetazos a partes iguales. Sin embargo, la llegada de los 90 se le atragantó, también debido a la excesiva repetición de sus argumentos, lo que produjo el lógico cansancio de los espectadores. Quizás fue entonces cuando realizó alguno de los films en los que, en busca de nuevas vías y motivos para dar patadas, consiguió realizar films en los que la calidad no tenía nada que envidiar a realizaciones anteriores. Dirigida por Robert Harmon, Van Damme interpreta a un convicto que en su huida va a parar a la casa de una viuda (interpretada por Rossana Arquette) y su hijo, los cuales se encuentran en una precaria situación por culpa de un hombre de negocios que pretende hacerse con sus tierras. Van Damme tendrá que elegir entre devolver el favor a la viuda a costa de su recien ganada libertad o bien seguir su camino. El film, es un descarado acercamiento al western en general y con guiños a "Raices profundas" en particular. Con todo, por lo menos resulta entretenido su visionado, y la dosificación de las patadas y golpes de kárate de rigor, manteniendo la tensión a lo largo de todo el metraje y concentrando la acción al final, incluso el aspecto de película sencilla y sin pretensiones juega en su favor, siendo ésta considerada una de las mejores de las que ha protagonizado el bailarín belga.

No es de las mejores de Jean-Claude Van Damme pero con todo participa en un trabajo resultón, con menos acción de la acostumbrada, además más realista, incluso creo que no da ni patadas, pero con más drama y romance. Se trata, como nos avisan, de un remake de aquel western de 1953, "Raíces profundas" que apenas modifica algún aspecto de la trama. En este caso, es un presidiario que al escapar del autobús de prisioneros en plena carretera se oculta en un granja que ocupa una viuda con dos niños pequeños amenazada por un constructor que quiere sus tierras.

La gracia de "Sin escape" no sólo está en la historia sino en ver hasta que punto se diferencia de la de Alan Ladd, particularmente en el final que se presta a varias posibilidades que incluyen desde la muerte del héroe a su detención pasando por una nueva fuga. Con lo dicho se entiende que pese a ciertas críticas negativas, la película cosechara un aceptable éxito comercial. Los quince millones de dólares invertidos se convirtieron en más de 52. El culpable, Jean-Claude Van Damme, que además de repartir leña, fue nominado por la MTV a la categoría de "Hombre más Deseable".

Sin escape es una película de acción que promete exactamente lo qué da. Un hombre que cumple condena por asaltar bancos, escapa de un furgón policial con la ayuda de un cómplice que muere en el intento. Después de refugiarse en una granja, ayudará a la propietaria contra unos bellacos que quieren robarle la propiedad.
El argumento es básico y simple, tipo telefilm. La dirección es neutra. La interpretación plana y mecánica. Pero, aunque la película no es ninguna maravilla cinematográfica, cumple perfectamente con solvencia su cometido, entretener durante 2 horas.