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7 prisioneros

Drama. Thriller Para ofrecer una vida mejor a su familia en la zona rural, Mateus, de 18 años, acepta un trabajo en un vertedero de São Paulo. Pero se ve atrapado en el peligroso mundo del tráfico de personas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
17 de noviembre de 2021
63 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
7 prisioneros

São Paulo es la urbe más extensa y poblada de Brasil. Tuve la oportunidad de visitarla en varias ocasiones en mis viajes de trabajo. El avión sobrevuela la ciudad durante 100 km antes de aterrizar. São Paulo es una ciudad monstruosa, triste, gris y altamente contaminada. Es la viva expresión del brutalismo arquitectónico y del culto al hormigón. Los contrastes son tan visibles como deprimentes. La ciudad acapara el 30% del PIB de Brasil, cuenta con más millonarios que cualquier otra población latinoamericana, su centro financiero es gigantesco, el volumen de operaciones en bolsa supera al del resto de ciudades latinas y el tráfico, en el que puedes quedar atrapado durante horas, resulta desquiciante.
Y mientras una pequeña parte de la población atesora privilegios y riqueza, el resto sobrevive como puede en barrios marginales o insalubres favelas que carecen de los servicios más elementales. Todo ello la convierte en una de las ciudades más peligrosas e inseguras del mundo en la que la corrupción supone un tumor canceroso de naturaleza endémica.
Y en este paisaje desolador se encuadra “7 prisioneros”, una película brasileña que refleja la despiadada realidad en la que viven miles de personas. Porque la esclavitud no es una lacra del pasado. En São Paulo, como en otros muchos lugares del país amazónico, se manifiesta en toda su inhumana crueldad.
Multitud de inmigrantes y brasileños provenientes de zonas rurales son conducidos mediante engaños a la gran ciudad bajo la promesa de un trabajo que alivie su precaria situación y la esperanza de un futuro mejor. Al llegar son despojados de su documentación, encerrados y obligados a trabajar durante jornadas extenuantes, mal alimentados, sin salario alguno, en sótanos sombríos y mal ventilados o en lugares en los que ni un animal merecería vivir.
Intrincadas y bien organizadas redes mafiosas manejan los hilos de este repugnante entramado con la indispensable colaboración de la policía y otras dependencias de la administración que se llevan una jugosa parte de los beneficios.
A través de siete jóvenes adolescentes que vivían pacíficamente con sus repectivas familias en una zona rural, trasladados a São Paulo para trabajar en una chatarrería de un barrio pobre, conoceremos la humillante situación de muchos ciudadanos ante la más absoluta impunidad, favorecida por una corrupción permanentemente enquistada en amplios sectores de la población.
Así pues, no esperen, mis improbables lectores, si se asoman a esta historia, un baño de balsámico consuelo. Porque no sería creíble ni admisible ningún artificio narrativo que endulzara la patética realidad que encierra esta pelicula.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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1 de diciembre de 2021
24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tremenda película cargada de reflexiones y que te será muy dura de ver si eres un obrero o trabajador de clase baja o media o simplemente alguien con suficiente empatía. Si eres un empresario seguramente no te guste y si eres un empresario explotador incluso te sentirás "ofendidito".

Nos llenamos la boca de decir que la esclavitud se abolió, que ya no existe. Depende de lo que consideres tú por esclavitud. Quizás hasta estés siendo esclavizado aunque ni siquiera te atrevas a reconocerlo. Sí, la precariedad laboral es una forma más de esclavitud. Pero para no desviarme del tema, aquí lo que vemos es la esclavitud que la gente prefiere no ver o ignorar, la que sigue existiendo en todo el mundo, la más cruel e inhumana, la que se da en países subdesarrollados y en los más ricos del mundo. Aquí esa explotación está a tan solo unos metros del centro de la gran urbe empresarial de Río de Janeiro, pero está oculta, y lo que es peor, protegida por todos (incluida la corrupta policía).

La inocencia y el optimismo por conseguir una buena vida, una vida digna, un plato de comida que llevar a sus familias terminan muy rápido. La película gira rápido con una bofetada literal que te dolerá hasta a ti.

No quiero hacer muchos spoilers, así que me centraré en comentar que las actuaciones de todos son brillantes, tanto la del patrón como la de los chicos, creíbles todos al cien por cien, muy cercanos a veces a los protagonistas de la mítica "Ciudad de Dios" (aquí por cierto Meirelles ejerce de productor y quizás se note su presencia).

Es una película para hacernos preguntas y ponernos en situaciones extremas (que no irreales) y ver que haríamos nosotros, aunque es muy cómodo opinar desde el sofá de casa.

Me ha parecido redonda y el final no me ha desilusionado en absoluto.

Metraje apropiado, no se hace para nada larga, todo lo contrario, quieres saber que seguirá pasando.

Recuerda siempre que el trabajo NO te hará nunca libre. La libertad está en uno mismo.
Nuriette
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13 de noviembre de 2021
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Del campo a la ciudad

7 prisioneros (7 prisoners) empieza con un ritual poco menos que ancestral y, además, bastante común en casi cualquier lado del mundo. Un joven que vive en el campo, Mateus (Christian Malheiros), junto con unos amigos, se dirige hacia la gran ciudad, en este caso Sao Paulo, en busca de prosperidad. Todo comienza según mandan los cánones, incluyendo una despedida de la familia, emotiva y sentida. A partir de ahí da comienzo un viaje, que no será precisamente hacia un futuro próspero, sino hacia un presente infernal. Pronto los jóvenes se dan cuenta de que las promesas de un contrato de trabajo y un jornal no son otra cosa que papel mojado.

Mateus y sus amigos se verán en la tesitura de trabajar en una chatarrería bajo la tiránica supervisión de Don Luca (Rodrigo Santoro). El desempeño del trabajo incluye jornadas inacabables sin remuneración, condiciones higiénicas y laborales abominables, y la continua coerción de la violencia. Los intentos de escapada son reprimidos muy duramente, a la par de que los jóvenes son amenazados con represalias sobre sus familiares.

7 prisioneros (7 prisoners) por lo tanto, tiene todos los elementos familiares al drama social asociado a las penurias de la pobreza. Y se condensa en la idea de la esclavitud moderna que pone fin a toda esperanza; todo ello añadiendo el aparato violento de una auténtica mafia. Sin embargo Mateus idea una forma de tratar de sobrevivir intentando un acercamiento a Don Luca.

*Una imagen sombría

7 prisioneros (7 prisoners) muestra una imagen absolutamente sombría del lado menos afortunado de Brasil. En este aspecto la película tiene varias naturalezas: es una fotografía de una realidad sórdida e infrahumana; es un diagnóstico que no solo indica el síntoma, sino los mecanismos estructurales que posibilitan la pervivencia de una esclavitud moderna. En última instancia, es el relato de Marcelus, un joven quien para sobrevivir se aproxima a su esclavizador. Lo que empieza siendo una estrategia de supervivencia se convierte en algo más. Al final, todo deriva en un dilema moral de pertenecer a tu clase y seguir a tu conciencia, o conseguir que ésta se acalle y tirar hacia adelante.

Mateus es el epicentro moral. Su servilismo le lleva a tener algunos privilegios y acaba convirtiéndose, salvando las muchas distancias, en una especie de kapo de los antiguos campos nazis de concentración. Inicialmente como estratagema para escapar, luego quizá no tanto. Y este es el diagnóstico que quizá quiera ofrecernos la película sobre la actual sociedad brasileña, donde si naces en el lado menos afortunado lo único que hay en todas las direcciones es miseria. Salvo que dejes tus principios atrás. Alexandre Moratto hace que el personaje de Mateus sea lo suficientemente ambiguo como para que no anticipemos que decidirá.

El nombre de Mateus, especulando, quizá tenga su motivo. El apóstol San Mateo se nos cuenta que fue recaudador de impuestos al servicio de los romanos, y que era visto como un traidor por su propio pueblo, por su propia clase. Y hay algo de este sentimiento durante la película que no anda lejos de ello. Por otro lado, es imposible pasar por alto el tema de la trata de personas y el tráfico de seres humanos que tensará aún más la tensión y el socavón moral.

*Algunos elementos de 7 prisioneros

7 prisioneros (7 prisoners) utiliza una factura sencilla en extremo, como si la cámara fuese un notario de lo que acontece. No es raro que la cámara vaya cámara al hombro, acompañando a los actores sin ningún tipo de aderezo o adorno. Algo habitual en el cine social cuando refleja en situaciones marginales. No es, para entendernos, una puesta en escena cercana a Ciudad de Dios (2002), que tenía un aire casi a lo Scorsese, aunque Fernando Meirelles esté entre los productores de la película. Tampoco la acción desgarradora de las película de Tropa de Élite, por seguir con los ejemplos brasileños. Es algo mucho más sencillo, y probablemente acertado teniendo en cuenta el cariz de la historia. Se trata de una especie de neorrealismo naturalista.

El ritmo de la narración es directo pero no particularmente rápido, porque en realidad aparte de mostrar una realidad cruda y terrible, lo básico de esta película es el desarrollo de los personajes, y los matices que van adquiriendo. Quizá 7 prisioneros (7 prisoners) a veces parece que embarranca y persiste en una idea cuyo desarrollo podría ser más ágil. Pero tampoco es un defecto muy marcado. Mención especial para la ambientación sucia, gris y desesperanzadora. Un amasijo de chatarras y barro, donde predomina la angustia.

Actoralmente el peso recae sobre Rodrigo Santoro en el papel de déspota dueño de un "negocio" que se aprovecha de la esclavitud y el tráfico de seres humanos, y también sobre el inteligente y algo ambiguo Christian Malheiros. La relación entre ellos, y su evolución es uno de los activos de la película, siempre en el terreno de la sobriedad. Con aspereza, pero sin melodramas. La mayoría de los actores, salvo Santoro, apenas tienen bagaje en el cine, lo que nos recuerda también a los viejos neorrealistas italianos.

*Conclusiones

7 prisioneros (7 prisoners) es un sórdido compendio de las mezquindades del lado gris de la sociedad brasileña. El fatalismo del ambiente sucio se adueña de la pantalla, mostrando esclavitud moderna, tráfico de seres humanos, y la connivencia de los estamentos políticos y policiales. La verdadera angustia nace no solo del maltrato, sino de vislumbrar que la única salida en torcer tu conciencia. No son pocos los dilemas morales que nos encontraremos en la película, rodados de forma desesperanzada y naturalista. 7 prisioneros (7 prisoners) podría ser perfectamente una de las propuestas recientes de Netflix más interesantes.

Escrito por Mariano González
Cinemagavia
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19 de noviembre de 2021
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así es, todavía hay países donde sigue existiendo la esclavitud, como en esta historia localizada en Sao Paulo.
La película es dura, áspera, violenta y muy muy real.
Me ha gustado mucho, tiene un ritmo bastante lento pero no aburre en ningún momento.
La evolución de los personajes es otro punto fuerte del film.
El director no cae en efectismos baratos y se centra en contar la historia de estos pobres chicos y su dueño, sin paños calientes.
El final, sin querer contar nada, es otro acierto total de la película
En resumen, os animo a que veáis esta peli. Es de lo mejor que podéis encontrar en Netflix, eso sí no es para todos los públicos, avisados quedáis.
filling
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21 de diciembre de 2021
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No nos damos cuenta de lo frágil que es la libertad. Te capta una mafia, te quitan la documentación, te encierran, y se acabó para ti la libertad. Y si te niegas a ser dócil, o intentas escapar, agreden a tus seres más queridos. La única forma de escapar es con los pies por delante, o que dejes de ser útil.

Es una triste realidad que ha perseguido a la humanidad durante todos los tiempos. El esclavismos no es nada nuevo. Tenemos asumido que ocurre con la prostitución, pero la esclavitud laboral también es una lacra.

Es una peli que merece la pena ver, para que no demos tantas cosas por sentado.
echulin
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