La casa

Como siempre, empecemos por el contexto. La Casa utiliza la leyenda que rodea La Casona Dubois, una mansión en el corazón de Quinta Normal, un céntrico barrio de Santiago de Chile que ha sido foco de médiums y parapsicólogos durante décadas, no por nada está considerada uno de los puntos más embrujados de toda Latino américa. La película, que se sitúa a mediados de los 80, etapa en que la casa estaba abandonada (actualmente ha sido adquirida por el ayuntamiento como sede social) hace un completo homenaje a la casa y toda la leyenda que le rodea.

Un policía está haciendo la guardia nocturna durante el toque de queda, recibe la llamada de centralita de que los vecinos han visto movimiento en una vieja casa abandonada de la zona. Al personarse y tener indicios de que hay una mujer herida en la casa opta por meterse adentro. Su pesadilla acaba de empezar.

Película repleta de largos planos secuencia, la mayoría algo tramposos, que no se utiliza tanto como una virguería técnica, aunque tampoco le hace ascos, sino más bien para forzar al espectador a que se adentre en la ambientación. Lo que La Casa propone no es algo demasiado alejado a lo que nos encontramos en una casa del terror de un parque temático, una ruta a través de habitaciones y pasillos preguntándonos qué nuevo horror encontraremos ahí. Y es en su aparente sencillez donde radican sus principales méritos, una retahíla de escenas terroríficas (aunque un pelín repetitivas) que harán las delicias de los amantes de los sustos.

Película dirigida y escrita por Jorge Olguin, el chileno sin duda se está labrando una carrera de lo más interesante centrada en el cine de terror como Gritos del Bosque (2014) o Caleuche: El llamado del Mar (2012). La Casa es una película pequeña, hay muy pocos personajes y localizaciones pero no es un problema al ir como un tiro y sin perder el tiempo. Si he de remarcar algo que no me gustó nada, o que directamente odié es la proliferación de jump scares por todas partes, en lo personal es un recurso que detesto por facilón, tramposo y pesado y en La Casa está repleto, y es una pena porque realmente no lo necesitan, la película logra ser terrorífica por su ambientación y sus silencios, por la calma antes de la tempestad, y resolver cada una de estas escenas con un bocinazo es una manera barata y poco imaginativa, y creo que esta película hubiera mejorado si se hubieran ahorrado este recurso. El protagonista total de la cinta es Gabriel Cañas, pues no es sencillo aguantar toda la película en solitario, película con poquísimos diálogos (de memoria, ninguna que no sea por teléfono) que se la pasa yendo de un lado para otro cada vez más enajenado por las circunstancias, buen trabajo del actor.

La Casa es una película sencilla pero recomendable, un tour por la casa de los horrores más que correcta que abusa demasiado de los mismos recursos, pero que con todo y eso es recomendado su visionado. Para los amantes del terror.

https://www.terrorweekend.com/2020/12/la-casa-review.html

Película que se sitúa en una de las casas encantadas más famosas de Chile, que está dirigida por el responsable de títulos como Caleuche: El Llamado del Mar (2012), y protagonizada casi de forma exclusiva por Gabriel Cañas (Matar a Pinochet, 2020).

Inspirada en hechos reales, La Casa, es una película de horror y misterio grabada en tiempo real y sin cortes. Un oficial de policía a fines de los 80 (dictadura en Chile), está atrapado en una vieja casa donde ocurren eventos paranormales violentos.

Aunque la película únicamente pretende ser un pasatiempo de terror más, una falta total de trama provoca que sus escasos 69 minutos resulten algo reiterativos por una cantidad excesiva de jumpscares, funcionando unos mejor que otros. La película está rodada mediante planos secuencia que aunque resultan bastante tramposos en ciertas partes, nos regala algunos momentos de tensión bastante decentes. La interpretación de Gabriel Cañas, resulta el auténtico pilar de la película, dando credibilidad a su personaje.

La Casa no consigue destacar por unos defectos que se hacen patentes a medida que el film avanza, no obstante, es una pequeña propuesta capaz de que los fans del género que no sean reacios a los jumpscares pasen un rato entretenido.

Nota personal 5/10

Nos encontramos ante un filme malo, inverosímil y profundamente aburrido. Lo único interesante son los efectos de sonido y la ambientación claustrofóbica de la película.

La cinta comienza con diversos cortes de periodismo de investigación acerca de La Casona, un lugar famoso por la presencia de fantasmas en su interior. La historia es que una familia rica tiene descendencia invocando magia negra y acaba teniendo un bebé horriblemente deformado el cual es asesinado por el desesperado padre.
La escena cambia y nos encontramos un oficial de policía en su patrulla habitual que es alertado por la presencia de sospechosos justo en el interior de esta casa que en este momento está abandonada. Entra en ella y lo que encuentra es terrible...

La Casa no podría ser una película de terror más sencilla y directa. El director Jorge Olguin trabaja desde una premisa básica: un policía solitario, Arriagada (Gabriel Cañas), recibe una llamada sobre un disturbio en una mansión vieja y espeluznante. Conduce su coche y luego entra a investigar. Todo tipo de cosas aterradoras le esperan, incluida una mujer ensangrentada y una figura sombría con ojos brillantes y garras largas y oscuras.
Filmada en el transcurso de solo tres noches, La Casa está estructurada para ser inversiva para la audiencia. La historia, tal como es, se desarrolla en tiempo real y se cuenta en una serie de largas tomas ininterrumpidas. Posteriormente, los espectadores se sienten como compañeros de Arriagada, investigando el lugar junto a él.
La Casa tiene rienda suelta para tomarnos con la guardia baja. Olguin usa pequeños trucos ingeniosos, como tener la cámara enfocada en Arriagada en primer plano, luego hacer que un actor que interpreta a uno de los habitantes de otro mundo de la mansión entre en escena detrás de él, para que no los veamos hasta que se mueva. De esta manera se logran varios buenos sustos de salto. Además, el director llena la banda sonora con ruidos espeluznantes, llantos de bebés y gritos. Esos sonidos se convierten en una sinfonía de pavor.
Con una duración de setenta y cinco minutos apretados, se mueve rápidamente, sumergiéndote en un escenario de pesadilla, asustándote y luego sacándote de vuelta. Esta importación latinoamericana ofrece una experiencia especial que seguramente complacerá a cualquiera que busque terror inventivo.

Pasaba por los canales y me encontré con esto. Para empezar con la iluminación, que es espantosa y mínima, intenté entender qué decían los personajes, especialmente en una conversación telefónica, y me fue casi imposible. Vamos, que o le ponen subtítulos por defecto o si no los tienen y no se los pueden poner lo van a pasar mal.