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La bestia mata a sangre fría

Terror. Thriller La clínica psiquiátrica, dirigida por el Dr. Oesterman, es un lugar de residencia para jóvenes con distintas turbaciones mentales, todas provenientes de familias de alcurnia, tales como una ninfómana, una lesbiana, una paciente, enamorada del Dr. Keller, etc. Pero la tranquilidad se ve alterada con el asesinato de una enfermera, seguido de una agresión a la última paciente nombrada; el dueño del lugar, en pos de cuidar el buen nombre ... [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
3 de marzo de 2019
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fernando Di Leo es un director ciertamente desconcertante. Empezó dirigiendo basurillas que apelaban al destape, y de repente, después de la película que vamos a comentar, se descolgó con una serie de obras adscritas al polizesco que marcaron estilo, lo que se llama la Trilogía del Milieu, entre las que destaca Milán, calibre 9. Tras lo cual, para sorpresa de propios y extraños, volvió a las insensateces y los desnudos marca de la casa, como si no hubiera pasado nada. Sus siguientes thrillers pasaron sin pena ni gloria.
La bestia mata a sangre fría se adscribe a la corriente del giallo, muy en boga en aquel momento, y es de lo peor que he visto de dicho sub(género). La trama es lo de menos: en un internado psiquiátrico femenino, poblado por ninfómanas prestas al despelote, lesbianas y otras hierbas, alguien se dedica a degollar alegremente a las desdichadas internas (y yo me pregunto: ¿qué hace una doncella de hierro en un psiquiátrico?). La trama, por así llamarla, discurre entre lapsos y baches e incoherencias, mientras Di Leo desnuda a sus actrices y hasta introduce insertos de soft porn. No olvidemos que estamos en 1971. La música es espantosamente chirriante, la fotografía zozobra y desaparece en el maelstrom del absurdo, y los actores campan a sus anchas. Sale (poco) Klaus Kinski, uno de los peores actores de todos los tiempos, y te dan ganas de atravesar la cuarta pared y llenarle la cara de bofetadas, por memo y caradura. Debo suponer que cuando rodó Lo importante es amar SÍ tomaba la medicación antipsicótica. Margaret Lee hace lo que mejor sabe, o sea, despelotarse, y no hablemos ya de la sublime Rosalba Neri, que lo da todo, lo enseña todo, y se entrega con entusiasmo a la causa, aunque los insertos masturbatorios me llevan a pensar que había una doble de coño, digo de vagina, como en el caso de la parejita sáfica, Jane Garret (única película de su vida) y Monica Strebel, también de brevísima filmografía. No es de extrañar. Por suerte, el suplicio dura lo justito, hora y media descacharrante, porque al menos te ríes de buena gana. El metraje difiere según la versión (más o menos carne). La de 96' es la guay. Que no os pase nada.
Eduardo
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8 de noviembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que llama la atención un giallo tan temprano tenga tantas escenas de sexo y tan explícito.
Se hace un poco larga, porque como digo, el director se recrea mucho en escenas de desnudos y sexo, hasta el punto de parecer una película casi porno, pero con una historia giallesca. La versión íntegra dura algo más de hora y media. Imagino que la censurada rondaría los 80 minutos.
Parece que pocos giallos habían estrenado aún. Argento 1 o 2.
Los efectos especiales son regulares. Pero tiene algunas escenas llamativas. El director no era ningún inútil, pero tiene obras mejores.
Lo dicho, un giallo muy llamativo.
Block
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4 de junio de 2023
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La trama típica de una película de este subgénero. Tiene todos los tópicos: lesbianas, ninfómanas, asesinos violentos, algo de terror, mucho de erotismo light, un poco de enredo, un actor que soporta bien el peso de la película (Klaus Kinski), un guión previsible, una música de época y un metraje que se va de minutos...
Y dos mujeres muy guapas: Margaret Lee, y Rosalba Neri.
El planteamiento es casi infantil, y podría pasar por ser de esas películas de erotismo nazi en campos de concentración, pero se lleva el mismo espíritu a un ambiente más glamuroso, menos violento y más chic. El resultado es igual de malo.
Un producto más de una época muy determinada. Me había gustado mucho Nuestro hombre en Milán, y Milan Calibre 9, que son realmente interesantes. Pero no me esperaba una cinta como esta, tan apegada a la vulgaridad de este género. Parecía un director más interesado en un cine menos comercial, con más empaque, menos vulgaridad.
ÁAD
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6 de mayo de 2024
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Como ¿giallo? es una buena porno soft.
Lo peor: al director y los guionistas no les interesa en lo más mínimo crear tensión o suspenso, todo lo que tiene que ver con el asesino y los crímenes es totalmente secundario, una carnada, lo que le importa es lo porno, que ya ni erótico sino pornográfico, porque las escenas sexuales son bien gráficas y vulgares. Hasta se pasa 1 minuto y medio dedicándole un primer plano a un culo, no miento.
Kalus Kinski está pésimo, y el resto del elenco también.
Lo mejor: al principio habla de algunas enfermedades mentales y les da un trasfondo a los personajes, pero enseguida deja eso de lado porque no le sirve para el exploitation.
Manuel
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16 de julio de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Flojo producto de baja calidad, con una pobre calidad en todos sus aspectos: tanto técnicos como interpretativos.
No deja de ser un Giallo al uso, con mujeres desnudas y crímenes varios.
Lo más destacable es la presencia de Klaus Kinski, nada más.
Jon
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