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El asesino sin rostro (Miniserie de TV)

6,3
418
Serie de TV. Documental 6 episodios. Reconstruye los crímenes sin resolver del asesino del Golden State, que aterrorizó a California en las décadas de 1970 y 1980, y de la escritora que investigó el caso. Tras una década sembrando el terror, el asesino desapareció sin dejar rastro. Pero Michelle McNamara se obsesionó con un objetivo: que no se olvidara lo sucedido.
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
21 de julio de 2020
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se atisba una buena historia, un crimen sin resolver, desde un punto de vista que parece no querer caer en el sensacionalismo al uso. El foco, ya no es sólo el crimen o el sufrimiento de las víctimas, es un enfoque más global donde la protagonista, realmente es la escritora. Detrás, el proceso de desarrollo de su novela y la investigación paralela que lleva sobre el crimen.

Esto que de primeras puede ser interesante, al final queda un popurrí de sujetos, una narrativa que va y viene cómo le place, equiparando los temas interesantes con otros que no aportan nada a nadie, conversaciones de mensajería instantánea de; ¿Hola, que tal? sobre fondos de pantalla.

Conversaciones anodinas sobre un preciosismo irrelevante, un compendio de personajes sin carisma, un protagonismo acomplejado, de quiero estar pero no, y de fondo, un crimen. Desde un punto de vista tan paralelo, que le quitan toda la oscuridad que trae consigo, te podrían estar hablando del aire acondicionado.

Cada capítulo termina como empieza, con un zenit descafeinado que lejos de engancharte hace preguntarte por qué leches lo estas viendo. Posiblemente por que nuestra vida sea tan insulsa cómo la propia serie.
Wftykx
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4 de agosto de 2020
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una serie documental que hace gala de un grandioso ejercicio de confusión. Conversaciones sueltas, saltos de personajes y eventos, trozos intrascendentes... y una avalancha de nombres y concreciones desde el minuto uno que impide al espectador ponerse en situación de nada. Es incómodo de ver el documental, cuando a priori lo tenía todo para ser de los buenos. Lástima
Sildoir
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5 de octubre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que la fascinación de la sociedad actual con el true crime no es una coincidencia. Quienes de alguna forma crecimos con el género nos encontramos en un mar de nuevos descubrimientos por parte de los inocentes que poco contacto han tenido con los documentales, y al mismo tiempo nos topamos con unas plataformas que producen mucho más de lo que tenemos tiempo para ver. Así, el true crime se ha convertido en el placer culposo más importante de la era debido a que ya forma parte de la cultura actual. Sean películas o series, lo que antes era un lujo, ahora es algo diario.

Pero, ¿qué pasa cuando una fascinación se convierte en un estilo de vida que te lleva a explorar la capacidad investigativa? Michelle McNamara, una mujer común con esa extraña obsesión, empezó a documentar su pasión por los crímenes que conocía. Así se topó con un asesino cuyo patrón nadie había visto y por consiguiente nadie había atrapado. Esta es la base para el caso excepcional de una mujer que logró atrapar a un asesino en serie sin ser policía, con poco acceso a la información, y lo único que usó fue la fascinación con el caso que lamentablemente le costó su propia vida.

Tengo un extraño sentimiento al escribir esta reseña de I’ll be gone in the dark, la serie documental creada por Liz Garbus (a quien admiro fervorosamente) que narra lo ocurrido con el Golden State Killer y la mujer que lo atrapó, Michelle McNamara. Esperé mucho tiempo poder verla, y entender el viaje de McNamara, pero desde la perspectiva de un documental true crime y nada puede ser alejado de la realidad. La serie presenta un giro desde el inicio que si bien no afecta el retrato más importante de su tema, representa un cambio que podría resultar chocante para algunos, y para otros podría la causa del descarte.

I’ll be gone in the dark cuenta dos historias. Por un lado tenemos la historia del esfuerzo de decenas de personas por capturar a un monstruo que estuvo mucho tiempo suelto. La serie nos somete a la incontinencia de un enfermo mental que empezó de una manera y terminó con otra. Este hilo de crímenes, desafortunadamente demasiado largo, se mantuvo vigente y con variaciones por décadas. El método, las víctimas, y las consecuencias eran tan diferentes que nadie imaginó que podía tratarse siempre de la misma persona. Y por otro lado tenemos a Michelle McNamara, esposa y madre, y la heroína de este asunto. Michelle empezó como todos nosotros, siendo un conejillo de indias para un mundo poco explorado del conocedor que se convierte en experto, y que en última instancia se convierte en la responsable de capturar a quien estuvo tanto tiempo suelto. Michelle fue víctima de sí misma y de su travesía. Falleció mientras dormía poco tiempo antes de una resolución definitiva del caso.

I’ll be gone in the dark está resguardada en un estilo explícito de contar una historia demasiado personal y un true crime de características horribles. Enlazar una corriente con otra es prácticamente imposible y en el camino nos confundimos cuando la historia salta de un lado a otro. Creo que la víctima de esta elección es Michelle, con un legado importantísimo y una adaptación que se queda corta. Creo que lo más inteligente hubiese sido separar ambos troncales. A veces el tiempo y el apuro te obliga a hacer cosas indebidas. Y quizás alguien debió haber hecho con la serie lo que hizo Michelle con su libro: pedir tiempo para mejorar y sanar.

**** Originalmente publicada en https://cinelipsis.com/ ****
Federico Furzan
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30 de abril de 2023
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Son muy conocidos los casos en los que algunos actores se compenetran tanto un papel, con un rol, que terminan yéndose de mambo y les cuesta la vida o su sanidad. Este es el primer caso que veo en el que una escritora se mete tanto en una historia, la consume tanto, su vida es solamente escribir el libro y a su vez resolver un caso de hace 40 años atrás, un violador y asesino serial. Todo esto le termina costando la vida.

Esta docu serie no se trata solamente de un true crime, se trata también de la vida de Michelle McNamara, quién dedico muchos años a escribir sobre casos reales de asesinatos en un blog, y luego en este libro, sobre el Golden State Killer, que aterrorizó California en las décadas del 70 y 80. Por momentos hace muy bien esto hilvanar las dos historias, contarnos de Michelle, de su vida privada y su pasado, y lo que iba sucediendo con su investigación, cómo avanzaba.

Hay algunos momentos que se vuelve demasiado lenta la serie. Te cuentan detalles que no suman sobre la vida de McNamara, y algunos detalles del caso que tampoco llevan a ningún lado. Falla en la longitud de sus capítulos, si bien son sólo 6 (salió uno más un año después) quizás podrían habar acotado la historia.

Algo que me pareció extraño que no aclararan es que Amy Ryan hace de Michelle cuando lee fragmentos del libro o de algunos escritos de la autora, tal vez hubiese sido bueno que lo aclaren en algún momento, pero si sos de las personas que ven las series dobladas, no te va a afectar en nada.

A lo largo de la serie vamos conociendo a varias de las 50 víctimas de este violador y asesino, hubo más víctimas. Vemos entrevistas con los detectives que llevaron adelante el caso y con otros ciudadanos que son investigadores, algo muy común en Usa esto de que haya civiles que hacen de detectives, y ayudan a resolver los casos, claro ejemplo el de la escritora del libro en el que se basa esta serie.

Creo que la gente que vaya a ver esta serie tiene que tener en cuenta la parte de que son dos historias, no solo una. No va a encontrar una serie pura y exclusivamente sobre true crime, para no llevarse una decepción y aburrirse a mitad de camino. Si vas con esa idea en mente, quizás disfrutes más la serie. Es interesante que Patton Oswalt (gran comediante y marido de McNamara) haya decidido seguir adelante con el libro, para que la muerte de su esposa no haya sido en vano.

También me parece que esta serie puede servirle como un llamado de atención a todas esas personas que se dejan consumir por su trabajo. Que no lo hacen porque no tienen plata, sino, que se obsesionan en terminar algo, y dormir deja de ser una necesidad y pasa a ser un estorbo, tiempo perdido. Cuando en realidad no lo es. Es cierto que la autora tenía pesadillas en cuanto al caso que estaba investigando, pero también es cierto que si se comunicaba quizás las cosas cambiaban. No está mal pedir ayuda.

Mi recomendación: Pasable docu serie sobre un true crime y cómo el trabajo te puede consumir.

Mi puntuación: 5/10

Donde Verla: HBO Max

Tiempo invertido: 1 temporadas, 7 episodios. 55-60 minutos
Un Poeta Crítico
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