Escóndete y tiembla

Esta es la cuarta película que veo de John Hough y el director me vuelve a reafirmar una vez más que sabe hacer horror, basándose en bajos presupuestos pero con ideas y premisas argumentales inquietantes.

La historia: seis amigos vuelan en un aeroplano para pasar un fin de semana de placer, pero de repente deben hacer una parada forzosa en una isla remota. Eso no será lo peor que les pasará, pues serán recibidos por una familia ultrarreligiosa con muy extraños comportamientos.
Los jóvenes buscarán ayuda y hospitalidad, pero no obtendrán precisamente eso. La desesperada lucha por la supervivencia comienza.

Si bien el filme propone algunos pasajes sangrientos e inquietantes, nunca llega a ser tan exagerado y desmadrado como para encasillarse dentro del subgénero gore. Sino que es una cinta donde la inestabilidad mental de los personajes y el radicalismo religioso constituyen el elemento más preponderante dentro de la narración. La película también tiene sus ratos “divertidos” gracias a algunas conductas bastante particulares de algunos personajes que aparecen. Yo me animo a decir que el filme en determinados pasajes puede llegar a ser una parodia del concepto de fundamentalismo religioso.

Un elemento positivo a mencionar es que la película es original, los giros sorpresas que nos depara el guión no son para nada previsibles, y al día de la fecha me sorprende que no se haya hecho un remake de esta obra que para mi gusto es demasiado desconocida, y no debería serlo.

Ojo, no quiero decir que la elaboración del guión sea sumamente destacada y que haya giros narrativos superlativos. No, sólo es una cinta de género que apenas desarrolla los personajes y las situaciones como para lograr en forma efectista sobresaltar al espectador con un par de escenas sangrientas. La cinta no pretende llegar a ser nada más que una oferta de terror con adolescentes desprotegidos y psicópatas agresivos y extravagantes.

Las actuaciones son potables y logran transmitir en forma creíble ese marco de desvarío mental que se respira durante gran parte del metraje. Tenemos que tener en cuenta que el reparto goza de actores tales como el ganador del Oscar Rod Steiger, la estrella de la comedia de situación YVonne DeCarlo y el nominado al Oscar Michael J. Pollard. Ya con tamaños actores debemos pensar que hay elenco de sobra para una oferta de terror serie B.

En fin, una película sumamente interesante, la cual para mí merece un seis alto, no se defraudarán si les gusta el terror estilo slasher con psicópatas cazando a adolescentes, subgénero bastante venido a menos en la actualidad por falta de ingenio en las situaciones.

El director de La leyenda de la mansión del infierno dirige en esta ocasión una curiosa y arriesgada obra de terror bastante convincente. Aunque por su argumento puede caer en el ridículo, la habilidad de su director solventa estos problemas y consigue que resulte creíble.

Se trata de una historia de suspense sobre una familia que vive en una isla de la costa de Seattle a la que llegan por accidente un grupo de jóvenes después de que se estropeara su aeroplano. Una vez allí son acogidos por dicha familia, quienes en un principio se muestran amables con ellos, pero a medida que pasa el tiempo empiezan a sucederse comportamientos extraños y altamente inquietantes que pondrán en alerta a los muchachos al verse en peligro.

La sensación que tengo después de verla es positiva y conforme pasa el tiempo me convence más. No le veo fallos, no es ninguna maravilla pero a mi no me ha desagradado. Me esperaba otra chorrada desfasada e infumable pero me ha gustado, así que un siete para subirle la media.

Inquietante y perturbador relato de terror que presenta a un grupo de jóvenes que encuentra una casa habitada por unas personas peculiares que pondrán a prueba su capacidad de supervivencia en un territorio alejado de la civilización, donde la ideología y moral de los habitantes se rige por unas normas excesivamente religiosas.

La película ofrece un tratamiento de la imagen, colorido, que no hace presagiar nada malo, dando paso a la creación de un ambiente extraño y hostil, donde la amabilidad y las buenas formas se tornarán en una gran pesadilla. Cuenta con una selección de personajes correcta, destacando la labor y presencia de los intérpretes secundarios de lujo, los veteranos Rod Steiger e Yvonne De Carlo, excelentes en sus papeles, dando vida a los propietarios del hogar al que acuden los protagonistas, una familia anclada en el pasado y cerrada en sus ideologías, personajes verdaderamente inquietantes y perturbadores. La labor de Yvonne De Carlo y Rod Steiger, junto con el resto de componentes de la familia, es estremecedor, transmitiendo al espectador una extraña sensación constante, que se ve potenciada a medida que transcurren los acontecimientos.

Desde la calma y buen ambiente que se respira inicialmente, se va manifestando progresivamente el extraño comportamiento de los propietarios, dando paso a un espeluznante juego, donde tendrán que adaptarse para sobrevivir. Los responsables de la película consiguen generar momentos de tensión y suspense, apoyándose en escenas bien planificadas, donde los intérpretes consiguen transmitir la sensación de peligro, terror y angustia por el que están pasando los personajes.

El director logra jugar con lo que le ofrece la historia, desarrollando secuencias verdaderamente inquietantes, ofreciendo un extraño juego maquiavélico, donde las ideologías religiosas se convertirán en armas peligrosas de doble filo. Presenta ciertas irregularidades de ritmo y continuidad, puesto que algunas escenas se resuelven de una manera precipitada, haciendo que no quede claro qué ha sucedido con algunos personajes, un verdadero error que le quita puntos al relato. Alcanza un desenlace interesante, manteniendo la sensación incómoda y el ambiente enrarecido de forma palpable para el espectador, pero la forma en que llega a ese desenlace, es decepcionante.

En resumidas cuentas, American Gothic ofrece un relato de terror irregular, pero que funciona como lo que es, haciendo pasar un mal rato al espectador de una forma asfixiante e incómoda.

Un slasher que, sin grandes pretensiones, con actores normalitos y pocos medios, consigue una sensación de agobio que pocas películas de este tipo logran. Aún así, la ambientación, la continuidad, todo, es tan cutre, que no logra atraer lo suficiente para considerarla una película digna.

Con un poco más de cuidado esta podría, quizás, haberse convertido en uno de los grandes títulos del género de los 80, pero queda desplazado a un segundo nivel, o incluso tercero. Algo de gore, desnudos (por qué no?), persecuciones más tensas... cosas así marcan la diferencia, y es de lo que esta peli carece.
Eso sí, la parte final es tétrica, muy tétrica.