Los muertos andan

Karloff contra el hampa de los años 30. Cuando Crutiz se adentra en el mundo del terror el género gana. Al margen de las disparatadas tramas argumentales de la obra, se logra hacer un producto sólido.

El ritmo nada pausado y el montaje frenético de las secuencias de acción encajan perfectamente con la atmósfera oscura y tensa de la parte fantástica.

Se juega con la credulidad religiosa. Mantienen el misterio del más allá. Se enfrenta a distintas formas de justicia: la divina, la legal y la personal. Se genera una lucha entre dos mundos recurrentes en el cine de los años 30. Se oscurece a un bando y se blanquea a su rival. Se opta por empatizar con lo fantástico y dirigir la mirada antipática hacia el lado más real.

Un notable trabajo que resulta mucho más interesante de lo que pueda parecer a simple vista.

Entre, “Captain Blood” y “The Charge of the Light Brigade", películas que contaron con un presupuesto cercano al millón de dólares (una altísima cifra para la época), la productora Warner Bros., requirió a, Michael Curtiz, para que rodara un filme de terror a la manera de los que, con tanto éxito, venía haciendo la Universal. La estrella asignada, Boris Karloff, tenía ya un largo historial metiéndole miedo a la gente en títulos tan apreciados como, “Frankenstein”, “The Old Dark House” o “The Mummy”, y el presupuesto que le dieron al director húngaro para que empezara… fue de ¡200 mil dólares!... La Warner tenía poca fe en el cine de terror que tales películas se clasificaban como serie B, entre ellos, y en casi todos los Estudios de Hollywood.

Por fortuna, el guion que le dieron a Curtiz (autoría de, Ewart Adamson, Peter Milne, Robert Hardy Andrews y Lillie Hayward), resultaba bastante sólido y él tenía suficiente bagaje como para sacarle partido con tan irrisorio presupuesto... y así, logró una historia que combina el terror, el drama policial y la ciencia ficción, resultando una obra cinematográfica suficientemente eficaz.

Como ya lo había hecho en, “20.000 years in Sing-Sing”, Curtiz se pone lanza en ristre contra las injusticias que comete el sistema judicial y, de paso, sacude a ese Derecho que sirve a los intereses de los “poderosos”, aunque haya que hundir a los más humildes.

John Ellman, es un modesto pianista y ex-presidiario, que sirve de carnada a un grupo de malhechores de cuello blanco que busca deshacerse de un implacable juez, quien acaba de condenar a 10 años de cárcel a un socio suyo por malversación de fondos. Los únicos que podrían salvarle son, Jimmy y Nancy, empleados de un gran científico y testigos de la trampa en que lo metieron. Pero, estos reaccionan un poco tarde… y todo se arregla para que, Ellman, sea puesto en la silla eléctrica como se esperaba.

Lo que sigue es un tanto frankensteiniano, pero, Curtiz lo desarrolla basándose en la sugestión y en la intimidación mental, impidiendo que surja así un nuevo vengador de aquellos que se ponen a la misma altura que sus verdugos. Los diálogos de, Irving Rapper –antes de convertirse en brillante realizador- son efectivos y el filme te envuelve con la eficacia de un brillante narrador de cuentos.

Personalmente creo que, <<LOS MUERTOS ANDAN>>, es más interesante que muchos de los filmes de terror que pulularon por aquellos tiempos, pues, además de estar bien estructurado argumentalmente, está correctamente actuado y muy bien acentuado en sus aspectos técnicos.

Título para Latinoamérica: A MIS VERDUGOS CASTIGUÉ

Una apenas discreta cinta de terror-ficción, en la que un hombre condenado a morir en la silla eléctrica por un crimen que no cometió es resucitado científicamente luego de la ejecución, lo cual dará lugar a que quiera emprender una venganza contra los que lo incriminaron, ya que por alguna causa sobrenatural ha podido enterarse de quiénes eran los culpables de su muerte.

Pareciera ser una cinta sobre mafia con algunos dejos sobrenaturales por un lado, mientras que por otro no es más que una improvisada cinta de ficción que quiere abordar la temática de qué hay después de la muerte.

Ultratumba científica por un lado, cine de gánsters con toquecillos de horror sobrenatural por el otro. Pero no termina de convencer en ninguna de sus perspectivas, ya que es demasiado descuidada desde su base científica y muy naif desde lo macabro.

En fin:
* El terror no funciona del todo, pues si bien Boris Karloff impone su presencia sugerente en pantalla, todo el tema de la venganza sobrenatural es muy inocente y poco estimulante.
* Y desde la ciencia ficción, pues se quiere ofrecer una mirada trascendental sobre el más allá de la muerte, pero hay muy poco desarrollo de las bases científicas como para que la propuesta sea llamativa y atrayente.

Palabras claves: crimen, mafia, ultratumba, experimentación científica, pena de muerte, venganza, temática sobrenatural.

De esta película sólo puedo decir cosas buenas. Cosas como Boris Karloff hace una de sus mejores interpretaciones, que Michael Curtiz, a parte de Casablanca, que está a otro nivel, hace una grandísima dirección con el poco presupuesto que contaba para realizar la película, el guión fue una buena idea para la época y que demuestra que el sistema judicial, a veces y desgraciadamente, se equivoca. También demuestra una idea que infinidad de películas nos cuenta, que el bien siempre vence al mal. En fin, ojala se hiciesen más películas como esta.