Optimistas

Antes de empezar, me han sorprendido ciertas críticas sobre el filme; y veo realmente que no todo el mundo ha entendido la obra. Me explico, Optimistas no es más que la segunda parte de "Sueño de una noche de invierno" que a su vez ya era una especie de secuela de "El Polvorín". Casi podríamos hablar de una trilogía, una trilogía sobre serbia contada en metáforas, y eso es algo que parece que casi nadie ha entendido. Cierto que toda la obra de Paskaljevic (mucha de cual no esta editada en nuestro país) se basa en metáforas, como buena parte del cine eslavo, aunque últimamente la corriente más realista empieza a irrumpir en los Balcanes.

Bueno, las historias son una radiografía de la Serbia actual y del pasado más reciente. Una Serbia hipnotizada, violada, sin fe, robada y estafada, dirigida por carniceros; ladrones que han dejado el país a la deriva después de falsas promesas de salvación.

Si han visto la película, seguro que ahora lo comprenden mucho mejor. Eso sí, estoy con vosotros, que las metáforas son muy simples e incluso burdas. Ya, pero es que Goran nos cuenta una historia de enseñanza, muy acorde con la literatura eslava. Algo así como el cuento de la lechera pero en imágenes.

Y así todas las historias. Alguien dijo que eran historias universales. Puede ser, pero en el caso de este filme es sobre Serbia. La última historia, pufff, es bastante dura en ese sentido, y sin duda la mejor. La patadita en el estómago que les gusta dar a los serbios.

El sentido de la ironía del director tampoco es muy fina; "Optimistas", por no poner "¡Al carajo Serbia!".

Por cierto, casi todos los actores son profesionales, y en muchos casos afamados internacionalmente, pues incluso podemos ver a Slavko Stimac, conocido por pelis de Kusturica, haciendo un brevísimo papel como padre de una chica ciega (que por otro lado representa Serbia en la última historia, aunque, que diablos, en la última historia todos representan a Serbia, ciegos de esperanza).

Bravo Goran, siempre en la trinchera disparando, rodeado pero no solo. No olvides que en Serbia hay mucha gente que quiere cambiar. Son optimistas.

Pongamos un ejemplo de una de las historias que la gente se queda más rayada; la de los carniceros. Perdonen que les de una clase de historia yugoslava, trataré de no dármelas de entendido. Ir al spoiler->

Pese a circundar en lugares comunes: lo de las cenizas ya lo habíamos visto en “El gran Lebowski” y la historia del ‘angelito’ en “Este chico es un demonio” el filme de Goran Paskaljevic busca algo que no se suele ver en nuestros tiempos: la metáfora…
El cuento narrado con instantes en los que se necesita de una predisposición por parte del espectador. Obviamente salvo los cineastas chinos pocos tienen que esconder el mensaje.
El director de “El polvorín” tampoco la necesitaba pero, por otro lado, lo explícito en “Optimistas” no tiene cabida: las cinco historias que nos muestra están inspiradas en la novela de Voltaire, Cándido, y su leit-motiv: «Optimismo es la manía de mantener, cuando todo va mal, que todo va bien». Algo común en políticos y tiempos de crisis.

En el tiempo actual, en la Serbia que nos dejo Milosevic aparecen las historias teñidas de un humor negro, malsano y agradecida locura.
En la primera historia un hipnotizador muestra otra realidad a los habitantes de un pueblo devastado.
En la segunda nos enseñan las debilidades de la moral humana mediante una violación.
En la tercera la lotería hace mella en la honra familiar.
En la cuarta el ‘demonio’ heredero del trono muestra sus aptitudes para realizar crímenes contra la humanidad.
En la última, la estafa por el optimismo —con canción en el autobús memorable—. El espectador y una nación también sueña con curarse y posiblemente esta última fábula remita al Fellini de “Almas sin conciencia” y al Berlanga más mordaz y ácido.

Que Paskaljevic nos relata no sólo el optimismo que le venden en su país sino todo el ‘optimismo’ que vemos, escuchamos y nos indican desde que suena el despertador hasta que contamos las ovejitas para soñar con otra vida que llevamos…

Negra, negrísima esta comedia del serbio Goran Paskaljevic que nos cuenta cinco historias para actualizar el "Cándido" de Voltaire a los días actuales de su tierra balcánica; esa tierra quemada por tantas guerras y trufada de ladrones, pícaros, corruptos, caciques y pobre gente a la deriva.
Instalado más en el sarcasmo que en la ironía, el director nos traslada a un escenario, tras la batalla, en el que medran los menos escrupulosos, los más ambiciosos y donde principios como la dignidad y la solidaridad hace tiempo que volaron en el pico de algún zopilote.

El título es una burla más del buen Goran, pues en cada relato las figuras de los profetas del optimismo son, por lo general, las que coinciden con los enterradores de la esperanza de aquellas gentes cansadas a quienes solo les va quedando resignación, impotencia y crueles jornadas de incertidumbre y amargura.

Terrible retrato pues de la devastación espiritual de un pueblo hecho añicos y que se sirve del vinagre para pasar los malos tragos. No recomendable para quienes solo tienen al cine como válvula de escape y diversión.

Goran Paskaljevic nos retrata en cinco historias muy humanas el modo en el que las personas se enfrentan a la vida, de una manera optimista y ayudando a los demás o, por el contrario, dedicándose al parisitismo y aprovechándose de los logros ajenos. Al parecer, estos cinco cuentos están basados en historias del "Cándido" de Voltaire.
La película es en sí una acumulación de cinco cortos (a mí me ha recordado curiosamente a la española "Ataque Verbal"), aunque en este caso no existe ninguna conexión entre los cinco, más que la temática. Las interpretaciones son o tremendamente cómicas o tremendamente trágicas, no hay punto medio, y las historias mantienen el interés llegando a ser verdaderamente divertidas, aunque a veces la diversión radique en la desgracia de aquellos personajes más ingenuos que son estafados por desalmados.
La película fue galardonada con la Espiga de Oro de la Semana Internacional de Cine SEMINCI 2006 de Valladolid.

"Optimistas" retrata cinco historias de alta calidad y profundo calado. Complicado encontrar historias con un hilo conductor tan sutil y que contengan tanta intesidad, empequeñecidas en forma de corto, pero perfectamente expuestas, desarrolladas y argumentadas, en su justo corte y medida.

Interesante poder ver que en Serbia se hace tan buen cine, con unos actores sobresalientes y unos extras (cientos) tan involucrados en el proyecto.
Nos presenta una crítica voraz de la sociedad capitalista y globalizadora, de la manipulación inhumana aprovechándose del mal ajeno, de la locura, la falsa ilusión, la impotencia al ver cómo el mundo te da la espalda, la crueldad y la hipocresía. Demasiados sentimientos trazados en estas historias.

Me quedo con la segunda historia, tremenda, y la última, muy triste pero muy real.
La más floja sin duda es la primera, la más sarcástica de todas.