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Locas margaritas

Comedia. Drama Dos chicas jóvenes concluyen, mientras toman el sol en bikini, que "si en este mundo todo está corrompido, estaremos corrompidas nosotras también". Así se activa el mecanismo que pone en marcha la película: una tras otra, se irán produciendo escenas inconexas en las cuáles las dos protagonistas juegan a ser malas con su entorno. Engañan a hombres maduros para comer gratuitamente, escriben y dibujan en las paredes de su casa, improvisan ... [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
22 de febrero de 2007
88 de 100 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si “Las margaritas” de Vera Chytilová se estrenase en la sección oficial de Cannes en la actualidad el reputado festival debería cambiar de ubicación y por lo tanto de nombre. Una bomba termonuclear o bombardeo, como el de los títulos de crédito iniciales de la película, agravado por el caos que formaría la crítica internacional cuando le endosasen la Palma de Oro pondría punto y final a una de las citas fijas anuales del cualquier cinéfilo con o sin criterio.

Bueno, no sería para tanto… ¿O tal vez sí? Teniendo en cuenta los lloriqueos habituales de nuestros críticos nacionales más reputados, cada vez más vetustos, ciegos y enclaustrados en las corrientes clásicas, cuando se entregan premios en Cannes o Venecia, uno puede hacerse a la idea que Boyero o Marchante dejarían de realizar sus vacaciones cinematográficas, pagadas por sus respectivos periódicos, si la competición oficial de un festival estuviese formada al completo por un renovador cine oriental y propuestas arriesgadas como “Las margaritas”.

El filme de Vera Chytilová sigue siendo extremadamente atrevido, provocador y experimental en cuyo inicio se detecta un espíritu infantil en los actos ‘malvados’ que van a cometer sus protagonistas, las inolvidables Marie I y Marie II.
El mundo estaba revuelto y en ebullición por el año 1966. Era un auténtico caos y sigue siéndolo, pero esas chicas capaces de sacar una cena gratis a vejestorios o boicotear un número de cabaret van a demostrar entre escapes imposibles en la vía del tren y asaltos a manjares solitarios que lo naif puede convertirse en una daga metafórica, crítica y provocativa.

No hay esquemas narrativos ni moldes convencionales. “Las margaritas” es un auténtico y genuino collage audiovisual de sensaciones que muchos considerarán un ‘gafapastada’ godardiana y otros, donde me incluyo, un emblema de la Nouvelle Vague checa con mucho encanto y un merecido halo de culto.
Maldito Bastardo
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15 de septiembre de 2013
25 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las margaritas y el punk

Siguiendo a los títulos de crédito, de los que hablaré más tarde, Daisies empieza con un diálogo de sus dos protagonistas, en el que se confabulan: “si en este mundo todo está corrompido, estaremos corrompidas nosotras también”; para dedicarse durante el resto de película a poner en práctica esta premisa. Un espectador con el que compartí visionado en un local alternativo comentó después de la proyección que las actitudes de las margaritas anticipaban y mantenían puntos de convergencia con el movimiento que se conocería como punk durante la década de los 70. Lo cierto es que no puede negársele parte de razón. La letra de Anti-todo (1985), de Eskorbuto, termina con unas líneas en paralelo a las citadas: “nada más nacer / empiezan a corrompernos / eso nos demuestra / que somos anti todo”. Pero el manifiesto de Iosu y compañía aparece tras un proceso de desengaño, en el que se ha percibido que la realidad no puede ser cambiada mediante la praxis colectiva organizada (“de qué nos sirven manifestaciones? / ¿de qué nos sirven huelgas generales? / de nada sirven, ¡no sirven!”), abriéndose así paso la lucha conscientemente necia del todos contra todos.

Dadaísmo y surrealismo

La destrucción de lo establecido fue adoptada a principios de siglo XX por el dadaísmo como forma de operar ante la desesperación frente al caos de un mundo violento. Un comportamiento parecido al suyo adoptan las protagonistas, que hacen del absurdo un modo de desconcertar a cuantos tristes personajes encuentran. Su maldad es pequeña, inocente. Son dos niñas (dos muñecas), y como tales quebrantan las leyes de la sociedad adulta en un juego superficial sin grandes consecuencias que culmina con una guerra de comida. En este punto se separan la directora y el significado del film. Puesto que Vera Chytilová, de las primeras imágenes de la película a las últimas, en las que maquinaria pesada y rígida se mezcla con la crudeza de las bombas, nos hace conscientes del terrible trasfondo social que ampara el sistema. Existe una guerra mortal que debe ser combatida. Para Luis Buñuel (en “Mi último suspiro”), el surrealismo es un “movimiento poético, revolucionario y moral” en lucha “contra las desigualdades sociales, la explotación del hombre por el hombre, la influencia embrutecedora de la religión, el militarismo burdo y materialista”. En él la provocación, el escándalo, funcionan siempre como un medio que debe ser “capaz de hacer aparecer los resortes secretos y odiosos del sistema” a derribar. El cine de Chytilová es esencial y profundamente político.

El arrepentimiento

Pese a la opinión de Carlos Losada en Cinestudio (nº 74-75, 1969), donde decía que "cuando [las margaritas] caen lo hacen a un río, y un barco que pasa no puede salvarlas porque las gentes que viajan en él son trabajadores que necesitan descanso, y no deben hacer nada ni ocuparse de nadie", lo cierto es que puede verse en esa necesidad final de ayuda una bofetada de la sociedad al sujeto hasta entonces pseudo-individualista (las margaritas son dos, no por casualidad) que la había desafiado. La supervivencia del individuo requiere del resto de personas que conforman el sistema y, por tanto, éste resulta imprescindible. Aristóteles escribió: “aquel que no puede vivir en sociedad y que en medio de su independencia no tiene necesidades no puede ser nunca miembro del Estado; es un bruto o un dios” (Política, libro I, capítulo I, origen del Estado y la sociedad). No es el caso.
Joe K
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1 de octubre de 2012
14 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
El amo indiscutible del Surrealismo sigue siendo Buñuel.
Pero aún y con esas, LAS MARGARITAS me ha complacido lo suficiente como para hacerla mención. Yo la verdad es que soy más de, no sé, una situación cotidiana o anodina con alguna pincelada extremadamente sutil (y siempre dentro de los ámbitos del decoro, nunca escatologías) que le confiera a la escena un halo onírico, y al conjunto de la película ese 'no sé explicarlo pero me gusta' que los americanos surrealistas intentan imitar de forma tosca, siendo David Lynch uno de los más acertados, y aún así resultando demasiado excesivo para mi gusto. Por eso digo que Buñuel sí que manejaba el asunto con clase, con arte, con saber hacer cine. Y en general los europeos puede que estén mejor dotados para tratar la cosa.

Y es que no creo que se deba confundir el Surrealismo con, por ejemplo, el Absurdo, la Parodia, el Exceso o la exageración, el Simbolismo... O como en este caso, que creo que hablaríamos más de un film NIHILISTA que surrealista. Está claro que el conjunto del metraje no cuenta una historia en sí, sino más bien una metáfora. Un himno al 'Qué más da', al no hay mañana, al 'por qué no'. Por cierto, bien realizado, coherente en su propuesta, bien hecho.

Hay muchas peliculejas modernas que frustran intentos de algo parecido. El otro día vi LA CIENCIA DEL SUEÑO, que en todos los aspectos que he ido mencionando, es un completo fracaso. Y también he visto recientemente VIVA LA MUERTE, del Arrabal, que incumple la regla acerca de no resultar escatológicos, y también la de no poner simplemente cosas raras delante del objetivo porque sí. Sinceramente, creo que esta última a la que hago mención es una hora y media de aquella escena de cinco minutos de EASY RIDER en el cementerio, esa que provocaba dolor de cabeza y que no tenía sentido ninguno, tan sólo era Dennis Hopper jugando con una cámara y con sus amigos a ser vanguardistas. Pero no creo yo que se trate de eso, ¿verdad?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
JACHi
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26 de mayo de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al igual que el título de la película que dirigiera Paul Newman seis años más tarde, estas margaritas producen sensaciones alucinógenas.

Película collage simpática, con momentos sensacionales con otros menos conseguidos, o mejor dicho, menos sorprendentes, pero para nada desdeñables.
Dos chicas deciden ser malas, y aunque podrían serlo de muchas maneras diferentes lo hacen experimentando realmente situaciones elaboradas con inusitada gracia visual.

Lo que hace que esta película prevalezca por encima de otras de similares características realizadas a finales de los 60 es su aire pretendidamente despreocupado y una duración ajustada.

Película muy socorrida para los estudiantes de artes plásticas.
waldeker
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29 de noviembre de 2015
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas que mejor ejemplifican el concepto “Europa” y también la manoseada pérdida de la inocencia, que tanto en nuestra época de la mano de directoras como Soffia Copola (Las vírgenes suicidas) como hace cuarenta años versan el mundo de la misma manera. Más inteligente de lo que a priori nos pudiera parecer, este cuento sobre la amistad y sobre el erotismo inconsciente y la lujuria más infantil nos ofrece un compendio entre la ancestral historia “Lolita” y la historia política de Europa. La curiosidad con la que se asoman las dos bellas adolescentes al mundo real y gris nos hace comprender lo alejados que estamos realmente de la felicidad que tiene un niño si intentamos ser o hacernos los mayores.
gpiqueras
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